Coche del día: Chrysler Neon 2.0 CS

Coche del día: Chrysler Neon 2.0 CS

La versión más deportiva y rápida del Neon europeo a mediados de los 90


Tiempo de lectura: 3 min.

El Chrysler Neon 2.0 CS representaba la guinda deportiva de un modelo que nunca acabó por encajar en Europa, a pesar de que no eran un mal coche. Así, al menos, parecía entenderse en las pruebas que se podían leer en la época.

Las firmas norteamericanas han buscado establecerse en Europa en más de una ocasión, pero casi siempre lo han hecho sin adaptar el producto al mercado. Solo Ford ha sido capaz de ver el camino a seguir, mientras los demás se empeñaban en traer coches diseñados para el mercado norteamericano.

Son varios ejemplos los que podríamos poner, como el Chevrolet Alero o, también, el Chrysler Neon. Sin embargo, el Neon es un coche que se adaptaba mejor a los gustos europeos, aunque solo fuera por tamaño y planteamiento, pues por diseño, al menos la primera generación, era claramente yankee.

El caso es que podría ser muy yankee, pero tenía una personalidad desbordante y el Neon 2.0 CS era su versión más deportiva, aunque no se notaba en exceso en su exterior, donde las llantas y el alerón sobre la tapa del maletero eran los detalles más llamativos. No obstante, bajo el capó había un cuatro cilindros “dos litros” que no funcionaba nada mal, a tenor de los datos disponibles.

A simple vista, estaba claro el origen del Neon, aunque no cabe duda de que era uno de los coches más distinguibles del mercado

Chrysler Neon 2 0 CS (1)

Con 1.996 centímetros cúbicos, Chrysler anunciaba 132 CV a 6.000 revoluciones y 175 Nm a 5.000 revoluciones, enviados al eje delantero mediante un cambio manual de cinco relaciones. Solo eran 1.109 kilos de peso –con 4,36 metros de largo y 1,71 metros de ancho, era una buena cifra de peso–, así que podía presumir de un 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y de una velocidad máxima de 210 km/h. Además, homologaba un consumo de 11,5 litros en circulación urbana y de 5,9 litros en carretera abierta.

Según parece, era un motor que daba lo mejor cuando trabajaba alto de revoluciones, de 4.000 para arriba, aunque también tenía mucho que ver el cambio, que contaba con unos desarrollos algo largos y afectaba a las recuperaciones.

El comportamiento, por el contrario, estaba más en consonancia con los gustos europeos. Las suspensiones era más firmes que en otros Neon y afrontaba las curvas sin movimientos de la carrocería, pero con mayor precisión que otras versiones. En algo tendría que notarse su talante deportivo, ¿no?

Sin embargo, donde no gustó el Chrysler Neon 2.0 CS fue en su presentación interior. La calidad general estaba por debajo de lo acostumbrado en Europa en todos los aparados. El aspecto del salpicadero, los paneles de las puertas, el tacto de los mandos, las tolerancias de todos los elementos… el Neon 2.0 CS dejaba notar su origen norteamericano en multitud de sitios; eso sin contar con el peculiar diseño del núcleo del volante y las ventanillas sin marco, que dejaba que entrara demasiado ruido al interior.

El Chrysler Neon 2.0 CS costaba 3.295.000 pesetas, no era un coche barato, pero a cambio, se tenía un automóvil con muchísima personalidad, un motor de buen rendimiento, un comportamiento muy europeo y un equipamiento bastante completo.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Jorge
Invitado
Jorge

Estuve a punto de comprarle como mi primer coche, pero me echaron para atrás con el tema de los recambios (“coche extranjero, no se consiguen…”), que era el gran bulo de entonces. Una pena porque lo hubiera conseguido a muy buen precio y estaba muy bien equipado para la época. Discrepo en lo de los acabados, otro chisme típico, tenía identico acabado al de un Fiat, por ejemplo. Además la versión europea no era igual que la americana, que yo conocía perfectamente por haber tenido que ir a trabajar en los USA. Entre una cosa y otra el coche no… Leer más »

HECTOR muñiz rojas
Invitado
HECTOR muñiz rojas

Yo tengo un 1999 y jala muy bien y me gusta su diseño su motor si tiene buen desempeño y muy confiable aunque problemas en lo eléctrico perl ya han sido reparadas perl siento que es en lo que tienen problemas mas


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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