El Kia Rio es un coche que cambio muchísimo a lo largo de su vida comercial. La primera vez que hizo acto de presencia en el mercado, era algo así como un familiar low cost, cuya máxima aspiración, era servir como “coche de batalla” y ser una opción muy asequible y lógica. También estuvo disponible con carrocería tipo sedán, pero en España se vio muy, muy poco.
La segunda generación ya mostró un cambio radical, tanto en planteamiento como en calidades y diseño, pero la tercera generación sufrió una nueva evolución que representaba claramente como avanzaba la propia marca, como Kia adoptaba una posición muy diferente a la inicial cuando llegó a Europa y como sus objetivos, así como sus ambiciones, crecían.
Aquella tercera generación del Kia Rio se presentó oficialmente en el salón del automóvil de Ginebra allá por el año 2011 y se puso a la venta meses después. Se desarrolló sobre la plataforma del Hyundai Accent, otro coche que había sufrido una transformación importante y sus nuevos objetivos estaban muy claros: competir con los SEAT Ibiza, Ford Fiesta, Opel Corsa, Peugeot 207… No era ni mucho menos fácil, sobre todo si tenemos en cuenta la imagen que se tenía de la compañía en Europa.
Por ello, el diseño que la marca surcoreana le otorgó al Río fue una de las novedades más destacadas del coche. Seguía la pauta marcada por otros lanzamientos, como el Kia Cee’d, y se mostraba más juvenil e incluso más deportivo. Y en su habitáculo el cambio también fue importante, tanto en cuestiones de diseño como en temas de calidad de fabricación y materiales.
El Rio 1.4 CRDi se quedó muy ligeramente por detrás de los referentes del segmento, pero representaba una opción lógica y más que buena tanto por prestaciones, diseño y fabricación
La cuestión era, tras la primera década del Siglo XXI, que no se podía pelear con garantías entre los utilitarios, sin tener motores turbodiésel en el catálogo. Y eso en Kia lo sabían, así que dotaron al Rio con dos opciones: una con 75 CV y otra con 90 CV. Esta última, sin duda la más interesante, daba forma al Kia Rio 1.4 CRDi, una opción que tenía un precio de 14.840 euros –acabado Emotion y con 2.800 euros de descuento que hacía a marca en aquellos años, a modo de estrategia comercial–.
Era, desde luego, interesante. El motor, un cuatro cilindros de 1.396 centímetros cúbicos, alcanzaba sus 90 CV a 4.000 revoluciones y presumía de 220 Nm de par a 2.750 revoluciones. Unido a un cambio manual de seis relaciones, homologaba un consumo de 4,3, litros cada 100 kilómetros, una cifra que estaba entre los mejores –dejamos fuera al Opel Corsa 1.3 CDTi y su imaginativa cifra de 3,5 litros de media… –. Solo se le podía achacar que fuera algo lento en el 0 a 100 km/h, que lo completaba en 14,2 segundos, así como en velocidad punta, que homologaba 172 km/h.
Según las pruebas de la época, ese 1.4 CRDi era buen motor, suave, silencioso y poco gastón, pero el cambio tenía unas relaciones de marchas muy largas que penalizaban sus prestaciones. No obstante, eso era algo normal en una época en la cual, se empezó a pensar en las emisiones de CO2 como el mal a erradicar.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Las empresas concesionarios Nicaragüenses que venden carros para qué importan vehículos que no existen repuestos en el mercado, como es el caso del carro marca Kía, solamente ellos monopolizan el mercado de repuestos. Y algo más, si usted dueño de un Kia, nunca ha llevado a los Talleres Kía/Pellas, ni siquiera para que lo miren ¡¡¡ Olvídese, que nunca se lo van a recibir para una reparación !!!
Lo divulgó, porque eso me pasó a mi con mi Kía Río 2017 1.4 Lt comprado a la mismísima Casa Pellas.