Porsche 996 Turbo y GT3, los hermanos más dispares

Porsche 996 Turbo y GT3, los hermanos más dispares

Parecidos, pero muy distintos en su concepción


Tiempo de lectura: 5 min.

En la historia del icónico 911 hay modelos peculiares, raros y únicos. Pocos aúnan estas tres características, entre ellos está el Porsche 911 GT1 que repasamos en el artículo contra sus rivales, pero en esta ocasión vamos a hablaros de unos coches que no son tan especiales, pero ya han entrado en el terreno de lo coleccionable para muchos fanáticos. Hoy voy a hablaros de los Porsche 996 Turbo y GT3, los hermanos más dispares que he podido ver en mi vida, parecidos, pero muy distintos en su concepción.

El Porsche 996 venía a renovar por completo el 911 manteniendo lo esencial. Los motores refrigerados por aire dieron paso a los refrigerados por agua, en teoría, porque Porsche no tenía presupuesto para diseñar un nuevo motor refrigerado por aire. Quizá esto les allanó el camino de cara a las posteriores normas anticontaminación, ya que en un motor refrigerado por aire es más difícil de gestionar la polución, pero ese no fue el mayor de sus problemas.

El frontal revolucionó a todos, sus faros de “huevo frito” traicionaron para muchos la estética de los 911, y, posteriormente, Porsche respondió a todos con unos faros rediseñados más acordes a la estética clásica de los 911. Lejos de esas vicisitudes casi triviales, seguía siendo un 911, su motor continuaba retrasado respecto al eje trasero y su comportamiento seguía siendo peculiar por ello. Recuerdo como si fuese ayer la oportunidad que tuve de ver toda la saga del 911 Turbo uno al lado del otro, hasta el 996, que llevaba un par de años en el mercado en aquel momento.

porsche 911 Turbo y GT3(5)

Todos ellos me parecieron especiales, y, si os digo la verdad, el más imponente para mí resultó ser el 993, cuando siempre había defendido el 964 a capa y espada. Aquel joven lector compulsivo de revistas ávido de información que pudiera memorizar de forma casi enfermiza, esperaba impaciente el dato que jamás aparecería en ninguna revista. Por aquella época no era tan sencillo, ni tan realista, ver un video que replicase el sonido fielmente a la realidad, por lo que ese momento se convertiría en el más feliz de aquel año.

El primero en realizar la maniobra de arranque en frío fue el 911 Turbo, con un sonido regular y profundo, casi un zumbido, el imponente 996 Turbo salió de aquel garaje sin inmutarse. He de recordar que yo no tenía visibilidad en aquel momento del interior, por lo que el siguiente fue una sorpresa. Casi ahogado, con mucho más esfuerzo, sonó el arranque de un coche cuyo sonido era irregular, casi roto, de los gases tratando de salir por sus colas de escape en un sonido tan metálico como, y pido perdón por ello, feo.

La sorpresa fue mayúscula cuando del interior emergió un 996 GT3 cuya existencia desconocía, con sus colas despidiendo gran cantidad de vapor y su conductor luchando con su diminuto embrague para afrontar la pequeña rampa. Nada que ver, iguales, pero tan distintos que se podría decir que un abismo separaba a estos dos hermanos, ese mismo instante entendí la existencia de dos modelos que, comparados tras la luz de los fríos datos, eran similares.

porsche 911 Turbo y GT3(4)

El Porsche 996 Turbo es un señor, 420 CV y 560 Nm catapultaban sus 1.615 kg hasta los 100 km/h en tan solo 4,2 segundos, y, si encontrábamos una carretera lo suficientemente recta, alcanzaba los 305 km/h. Serio, discreto e imponente, podría ser tu compañero de viaje a diario y se portaría de forma intachable en cada situación, menos a la hora de llenar su depósito, si eso es un problema para ti. Su tracción a las cuatro ruedas se encargará de pegarte al suelo en terrenos deslizantes, y su turbo te permitirá adelantar un par de coches en un pestañeo, todo es fácil en él, hace lo difícil fácil.

El 996 GT3 vino a adaptarse a la normativa del campeonato de dicho nombre, que demandaba un puñado de cientos de unidades en las que basarse para preparar el coche para dicha competición. Posteriormente, nacería el Cayman GT4, pero en aquel momento el Porsche 911 GT3 era la opción para los que buscaban estar a un paso del circuito de la forma más económica posible, ya que los GT1 eran casi inalcanzables con sus precios, y con sus 25 unidades exigidas por el reglamento.

El Porsche 996 GT3 es un adolescente, 360 CV y 370 Nm movían sus exiguos 1.350 kg hasta los 100 km/h en 4,8 segundos, y no envidiaba en exceso al Turbo, puesto que era capaz de alcanzar los 302 km/h. Pero el GT3 no había venido a eso, para él las rectas eran un trámite para alcanzar su territorio. El summun se mostraba en las curvas, en las que pasar del exterior a encarar el ápice, subirse al piano y volver al exterior tras marcar el mayor número de G’s laterales posibles, rodeado de rivales, aullando hasta las 7.200 revoluciones por minuto en cada marcha hasta la siguiente curva, hasta la siguiente batalla.

Yo pude verlos del mismo color, gris, por lo que no puedo achacar a ello respetable que me pareció el GT3 en cuanto hizo subir sus revoluciones, era un coche de carreras. Su aura sublimaba ese espíritu de carreras, era un pez fuera del agua en aquel polígono, aguantando su temperamento hasta alcanzar la carretera en la que pudiese mostrar su temperamento. Está claro que no es ni mucho menos tan cómodo como el Turbo, pero no lo pretendía, jamás aspiró a ser ese señor, él era un rebelde.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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