Ferrari 250 GT Boano: un bello desconocido

Ferrari 250 GT Boano: un bello desconocido

No es tan famoso como los de Scaglietti o Bertone, pero tiene un plus extra


Tiempo de lectura: 4 min.

Tal vez el nombre de Mario Felice Boano no te resulte igual de familiar que otros como el de Scaglietti o Bertone. Sin embargo, es posible que quieras indagar un poco más en su historia después de ver esta impresionante “herejía” de 1956 llamada Ferrari 250 GT Boano. Si bien cualquier cavallino rampante de la serie 250 siempre es digno de admirar, en esta ocasión la expectación es mayor motivada por la rareza de este ejemplar en particular.

Carrozzeria Boano construyó uno de los Gran Turismo más refinados que jamás haya llevado la insignia de Ferrari después de que se le adjudicara el contrato de 1954 para construir el prototipo 250 GT de Pininfarina. Boano decidió reelaborar un poco las formas del que era su compatriota, y lo que podría sonar como una insulto, resultó en una silueta más suave y un conjunto innegablemente hermoso. En dos años, Carrozzeria Boano fabricó entre 70 y 80 de estos preciosos coupés, y prácticamente ninguno igual a otro.

De hecho, lo que hace aún más especial a esta unidad es la carrocería de aluminio, en lugar de ser de acero como la gran mayoría de ejemplares. Eso significa que este es uno de los 14 Ferrari 250 GT con esta especificación jamás construidos, lo que permite a los conductores sacar aún más partido del motor V12 “Colombo” que lo impulsa. Eso lo hacía especialmente atractivo para los gentleman drivers de la época, y este ejemplar entregado Luigi Chinetti, el importador estadounidense más famoso de Ferrari, no es una excepción.

Ferrari 250 GT Boano 1956 1

Los Ferrari 250 GT siempre generan expectación por su belleza y pedigrí en el mundo de las carreras, lo que generalmente se traduce en precios en subasta realmente altos

Boano, que había fundado su empresa en 1954, no era nuevo en el sector. Ya contaba con una experiencia previa trabajando con Vignale y Ghia durante los años 30, creando algunos ilustres vehículos. Primero, Boano se ocupó de carrocerías para Alfa Romeo, famoso por su 6C 3000, que diseñó y construyó para el déspota argentino Juan Perón. En 1955, Raymond Loewy le encargó que construyera un Jaguar XK140 basado en sus diseños, y en el mismo año también diseñó el famoso Indianápolis para Lincoln.

Boano presentó una propuesta de un descapotable de 250 centímetros cúbicos junto con el diseño de Pininfarina en el stand de Ferrari en Ginebra esa misma primavera, con el número de chasis “0461GT”. Boano se adhirió estrictamente al diseño de su vecino más famoso: la característica de los vehículos designados como 250 GT Boano es la línea de cintura alta y su estructura del techo comparativamente reducida que presentaba una ventanilla panorámica detrás del pilar B. Y todos ellos se fabricaron en Brescia.

Ferrari 250 GT Boano 1956 (5)

Jan de Vroom corrió con este Ferrari 250 GT Boano en el Gran Premio de Nassau de 1956, a pesar de contar con un interior de cuero azul y crema a juego como un GT de lujo

Mecánicamente hablando, el famoso propulsor V12 de 3,0 litros presente en otros modelos de la empresa en ese entonces entregaba 240 CV a 7.000 RPM, suficiente para empujar los apenas 1.050 kilogramos de masa hasta una velocidad máxima superior a los 200 km/h con la ayuda de una caja de cambios manual de cuatro relaciones. Todo cubierto por una esbelta carrocería terminada en un tono azul celeste con un techo blanco en contraste. Porque, aun yendo a los circuitos, los italianos no podían perder el estilo.

Si estás interesado en hacerte con él, has de saber que sale a subasta el próximo 8 de junio en el evento AstaRossa de MonacoCarAuctions (donde también saldrá el Enzo Ferrari nº 1 de Fernando Alonso). El 2+2 italiano tiene todo en orden, y prueba de ello es que viene con la certificación Ferrari Classiche que confirma la autenticidad de todos sus componentes, y se espera que alcance un precio de venta de 1,3 a 2 millones de euros.

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Luis Blázquez

Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.

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