La camioneta o pick-up 1993 Ford SVT F-150 Lighting es un ejemplo de la pasión que sienten los norteamericanos por modificar cualquier objeto con ruedas y dotarlo de un comportamiento deportivo, independientemente de su naturaleza -turismo, furgoneta, camioneta, camión-. Fue modificada por el Special Vehicle Team (SVT) de Ford.
En este caso particular los ingenieros de Ford partieron de una versión de cabina sencilla y batalla corta (por aquello de contener el peso), con dos puertas y dos asientos, y empezaron a modificarla y mejorarla hasta conseguir un vehículo que aunase la capacidad de carga y arrastre de una camioneta con las prestaciones de un deportivo -o casi-. Para conseguir su objetivo primero se ocuparon de la mecánica, para posteriormente mejorar su comportamiento dinámico y su aspecto exterior.
Decidieron instalar el conocido motor Windsor V8 a 90o con árbol de levas en cabeza (OHV) de 5,8 litros (351 pulgadas cúbicas), que entregaba 240 CV a 4.200 RPM de potencia y 460 Nm a 3.200 RPM de par motor. Para conseguir estos valores lo sometieron a algunas modificaciones, como la sustitución del árbol de levas, unos cilindros y pistones de elevado contenido en silicio procedentes del Ford GT40, así como unos segmentos más ligeros. La alimentación era por inyección de combustible, abandonando la clásica carburación.
Estas mejoras se complementaron con una reprogramación de la centralita y se le sustituyó el sistema de escape por otro menos capado, de doble salida y con cuatro convertidores catalíticos. La potencia del motor se transmitía al eje trasero a través de una transmisión automática E40D de cuatro velocidades mediante un inusual árbol de transmisión fabricado en aluminio. Algunos compradores se quejaron de que no se ofreciese una transmisión manual, cosa extraña en el país.
Con una profunda actualización y sustitución de diferentes elementos del motor Windsor V8 de 5,8 litros, se consiguieron obtener 240 CV de potencia y 460 Nm de par. Con ellos alcanzaba las 60 mph (96 km/h) en 7,2 segundos y el 1/4 de milla (400 metros) en 15,6 segundos
La suspensión tenía que ir acompasada con las prestaciones del motor y se le sustituyó la de origen por otra más deportiva, con un esquema delantero independiente de doble brazo, muelles helicoidales, amortiguadores Monroe Formula GP y barra estabilizadora de 25,4 mm de diámetro. Detrás se conformaba con un eje rígido, ballestas y los mismos amortiguadores y barra estabilizadora que en eje delantero. También se introdujeron refuerzos en el chasis para mejorar su rigidez.
En cuanto al equipo de frenos, contaba con discos ventilados delanteros de 294 mm y discos macizos traseros de 276 mm. No contaba con la ayuda de ABS. Para terminar, mencionamos las ruedas, con unas llantas de 17×8” fabricadas en aleación, calzadas por unos neumáticos específicos Firestone Firehawk GTA P275/60 HT-17.
Con todas estas mejoras se consiguió un comportamiento más deportivo, no solamente bastaba tener una buena aceleración en línea recta sino moverse con soltura y seguridad por carreteras de curvas. Se consiguió un buen ejemplar de lo que los norteamericanos denominan una “camioneta deportiva”.
Lo cierto es que corría bastante, sobre todo en el tema de recuperaciones y aceleraciones. Las 60 mph (97 km/h) desde parado las alcanzaba en 7,2 segundos y el ¼ de milla (400 m) los recorría en 15,6 segundos, alcanzando una velocidad de 87,4 mph (140 km/h). Eso sí, la velocidad punta no era elevada, del orden de los 180 km/h. ¿Quién necesita ir más rápido con semejante vehículo, capaz de remolcar más de 3.800 kg?
Esta F-150 “ligera” se sometió a importantes mejoras técnicas, con una amortiguación deportiva y debidamente tarada para cambiar su dinámica de “barco” por una más efectiva, sobre todo en curva. Se complementaba con un equipo de frenos -sin ABS- y ruedas a la altura del motor y chasis
En cuanto a la estética, se mejoró su aspecto para darle una apariencia más deportiva. Se eliminaron los cromados exteriores y se pintaron los paragolpes del color de la carrocería. Visualmente se veía más baja que la original por un doble motivo: por la amortiguación, que rebajaba su altura unos cuantos milímetros, y por la presencia de un nuevo paragolpes delantero más bajo.
Con esta rebaja de altura también se rebajaba el centro de gravedad y por ello mejoraba su comportamiento dinámico. El resultado final se redondeaba por la presencia de numerosas pegatinas “Lighting” para recordar su nuevo apellido. Los asientos eran de tipo baquet, con el logotipo “Lighting” bordado en los reposacabezas.
Su gama de colores era muy simple, pues tan solo se ofrecía en dos colores: rojo y negro. En total se matricularon 11.563 unidades durante cuatro años. Esta limitada producción se quedó muy corta ante la elevada demanda, por lo cual están muy solicitadas hoy en día.
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Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS