Para finales del siglo pasado llegaba a nuestros mercados el que es hoy nuestro protagonista, el Ford Mondeo ST200, una berlina de corte deportivo que ponía la marca estadounidense al servicio de sus clientes más exigentes, conjugando por un lado la comodidad y versatilidad que puede ofrecer un automóvil de su segmento, y que añadía un plus de deportividad respecto al resto de la gama.
Presentado a inicios de 1999, se mantuvo en el mercado tan solo hasta diciembre del año 2000, momento en el que Ford empezó el proceso de renovación de su emblemática berlina. Se estrenaba como el tope de gama del modelo en versiones de cuatro (sedán) y cinco puertas (berlina), además de una versión SW o Turnier que por desgracia no se llegó a comercializar en nuestro país.
Justo por debajo de él su hermano, el ST24 se ofrecía como versión descafeinada del ST200, consiguiendo rendir 170 CV a 6.250 RPM, aunque estéticamente también se beneficiaba al igual que nuestro protagonista de un kit aerodinámico que lo hacía diferenciarse de sus hermanos menos prestacionales.
El Ford Mondeo ST200 se presentaba como una de las opciones con más carácter deportivo de su segmento, gracias a su V6 de 2,5 litros y su potencia de 205 CV
En cualquier caso, el ST200 venía para intentar dar la réplica a las berlinas Premium alemanas, evidentemente hablamos del BMW 328i (E46) y el Audi A4 2.8 (B5), si bien es cierto que en los últimos meses del año 2000 la marca de la hélice Baviera presentaba su nuevo 330i (E46) que sería nuevamente la referencia del mercado en todos los aspectos.
Lo que quedaba latente era que Ford tenia muy claro que para poder competir con los alemanes debía centrarse básicamente en dos aspectos. En primer lugar, crear un coche que consiguiera dar la talla a nivel dinámico, y para ello instaló en su vano motor el propulsor 2.5 V6 que ya venía usando en el Mondeo (Mk. I) en su versión ST24.
Después de una profunda revisión interna, a base de mejorar tanto la inyección como revisar la compresión y otros aspectos mecánicos, el ST200 conseguía incrementar la potencia hasta los 205 CV a 6.500 RPM, con un par máximo declarado de 235 Nm a 5.500 RPM. Ford capitalizó la experiencia acumulada en el British Touring Car Championship, campeonato británico de turismos, donde ya había participado el Mondeo.
Con los datos sobre la mesa, la nueva versión más racing del Mondeo quedaba por encima de sus rivales en cuanto a niveles de potencia se refiere, que en ambos casos declaraban 193 CV, aunque si bien es cierto el BMW 328i seguía siendo la referencia de dinamismo en la categoría, el Ford, gracias a una configuración bastante más deportiva que la de sus rivales, no quedaba muy distanciado de este.
Con un equipamiento superior al de sus rivales y un precio bastante inferior, el ST200 demostraba estar a la altura de la competencia Premium alemana
Para ello la marca norteamericana dotó a su nueva versión del Mondeo de un equipo de frenado a la altura, con cuatro discos ventilados de 278 mm y 252 mm delante y detrás -respectivamente-, llantas y neumáticos específicos para esta versión, en medidas 215/45 R17, y una suspensión rebajada con un tarado bastante más deportivo que el de la competencia.
A todo ello hay que sumar su estética tanto exterior, con el mencionado kit aerodinámico, como interior, donde se cuidaron todos y cada uno de los detalles en el ST200. Desde unos fenomenales asientos Recaro en piel y tela, pasando por sus acabados en símil de fibra de carbono en diferentes piezas del habitáculo, o su cuadro de instrumentos con fondo azul que le diferenciaba del resto de versiones.
Lo mejor de todo es que -además- el departamento comercial de Ford logró un precio final imbatible. Con 4.200.000 pesetas como tarifa base, no tenía rival en cuanto a relación calidad/precio, además de un equipamiento de serie muy superior al de sus contendientes. En este apartado el A4 de la firma de Ingolstadt se iba hasta 5.695.000 pesetas en su versión base. Para igualar al de Ford y su equipamiento debíamos incorporar el paquete S-Line, con lo que el precio final se elevaba de manera considerable.
El BMW 328i era la referencia en cuanto a deportividad en el segmento de las berlinas medias y el ST200 buscaba rivalizar con el este apartado, aunque bien es cierto que el germano brillaba de una manera sobresaliente por encima de cualquier otro competidor gracias a su configuración mecánica incluyendo la propulsión trasera. Por su parte, el L6 de BMW aún era más caro que el anterior y rozando los 6 millones de las antiguas pesetas, definitivamente jugaba en otra liga y se diferenciaba sustancialmente en cuanto a tacto de conducción y comportamiento.
La cuestión es cómo el Mondeo ST200 no tuvo el éxito y reconocimiento que sí obtuvieron sus rivales. Básicamente el amor a las berlinas alemanas en Europa era y es una tradición, y aunque a veces otras marcas nos ofrezcan productos más completos globalmente, seguimos dejándonos encandilar por los Premium alemanes.
Nuestro protagonista de hoy es la viva imagen de esa tendencia, al igual que volvió a ocurrir con su predecesor, el Ford Mondeo ST220, del que ya os hablamos en otro artículo desde espíritu RACER. En la actualidad podemos encontrar unidades a precios de derribo en nuestro mercado, aunque si bien es cierto que en países como Alemania o Reino Unido están empezando a darle un reconocimiento como futuro youngtimer con la consiguiente revalorización.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS