Una tendencia relativamente frecuente en el mundo del automóvil es el llamado badge engineering, es decir, vender modelos virtualmente idénticos bajo marcas distintas, unas veces por pertenecer éstas al mismo grupo, otras por acuerdos puntuales (o recurrentes) entre marcas rivales. No es, por ejemplo, el caso de los actuales BMW Z4 y Toyota GR Supra, pues comparten desarrollo, plataforma y componentes mecánicos, pero sus carrocerías son totalmente diferentes. Algunas veces se comparten muchas piezas comunes, pero se busca una mayor diferenciación, como serían los Mazda MX5 y Fiat/Abarth 124 Spider. Pero el badge engineering propiamente dicho consiste en que la inmensa mayoría de los componentes son compartidos por los dos (o más) vehículos.
Un caso muy llamativo es el de los modelos nacidos del “Button Car Plan” en Australia. La razón de ser de estos gemelos respondía a la necesidad de racionalizar la industria australiana del automóvil, permitiendo que los aranceles de importación se redujeran. De esta iniciativa salieron, entre otros, los Ford Maverick gemelos de los Nissan Patrol de la época. En Europa tenemos casos muy recientes, como por ejemplo en Mitsubishi, que vende sus actuales ASX y Colt basados en los Renault Captur y Clio, respectivamente.
Hoy nos vamos a fijar en un dúo muy peculiar, dos pequeños deportivos japoneses que conocéis muy bien: los Toyota GR86 y Subaru BRZ, pues se da la circunstancia de que, en Estados Unidos, sus ventas están siendo muy dispares. La primera generación de estos modelos, curiosamente, se vendía bajo tres marcas distintas: son los Toyota 86, Scion FR-S y Subaru BRZ. Scion desapareció del mapa, por lo que la segunda generación sólo está disponible bajo marcas Toyota y Subaru.

Si nos fijamos en los datos, el pasado mes de junio Subaru vendió 243 unidades del BRZ, mientras que Toyota puso en el mercado nada menos que 1.500 unidades. ¿Es algo puntual? Pues las tendencias nos dicen que no: en la primera mitad de año el Toyota ha encontrado 7.467 compradores, frente a los 1.414 que han elegido el Subaru. Es decir, Subaru ha vendido menos unidades del BRZ en seis meses que Toyota del GR86 tan solo en el mes de junio. Seguimos con las cifras: si comparamos las ventas en junio de 2023, Subaru vendió 382 unidades, mientras que Toyota consiguió vender 1.178; y si nos fijamos en las ventas en la primera mitad de 2023, tenemos 5.263 Toyotas frente a 2.512 Subarus. Traduciendo, las ventas del Toyota han aumentado y las del Subaru han disminuido. ¿A qué puede deberse? Vamos a intentar analizar distintas razones.
-El precio: puede ser un factor determinante, pero la realidad es que el Subaru es menos de mil dólares más caro que el Toyota.
-La fiabilidad: en el análisis que hace J.D. Power resulta que el Subaru tiene una puntuación de un 78%, mientras que el Toyota consigue un 73%; esta diferencia puede deberse a que al haber un mayor porcentaje de Toyotas, la probabilidad de fallos aumenta.
-El interior: exceptuando pequeñas diferencias, el del Subaru da la sensación de estar un poco por encima del interior del Toyota.
-El exterior: el frontal es más suave en el BRZ, mientras que el del GR86 es más agresivo; además, el Toyota puede equipar un spoiler posterior de mayores dimensiones.
-La red de concesionarios: la de Toyota es mayor que la de Subaru en EE.UU. Este motivo puede ser de peso.
-Los intangibles: para el Toyota, el llevar el nombre de Gazoo Racing pesa, y mucho; y tampoco podemos olvidar que la denominación 86 nos recuerda al genuino Hachiroku, cargada de historia y emociones.

En resumen: en el libro de los gustos no hay nada escrito. Las diferencias entre los dos modelos japoneses son escasas, aunque las hay. Probablemente sea la herencia del AE86 la que pese más en la balanza, y por tanto la que explique en mayor medida que el Toyota esté vendiendo cinco veces más que el Subaru. Y vosotros, ¿qué pensáis? ¿Con cuál os quedaríais? Estaremos encantados de leer vuestras opiniones en los comentarios.
Jesus Alonso
Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.COMENTARIOS