El Caterham Project V supone la antesala de uno de los deportivos eléctricos más esperados de los últimos tiempos. Aunque su llegada al mercado no se espera antes de 2026, y que muchos de los detalles fueron revelados ya hace unos meses, cada nueva noticia relacionada con este modelo sigue despertando el entusiasmo de los aficionados a los cupés ligeros y sencillos, y al automóvil pasional en general. Hoy queremos compartir con vosotros un vídeo que la propia marca ha publicado en su canal de Youtube, y en el que Bob Laishley, su presidente ejecutivo, nos ofrece su punto de vista acerca de la significación que posee este automóvil para la compañía británica.

A lo largo de los cinco minutos que dura este vídeo promocional vestido de entrevista, el directivo subraya que, aunque su imagen se aparte de la del Caterham Seven, desde un inicio se planteó que el Caterham Project V también habría de ser un cupé ligero y sencillo, que reportara a su piloto un placer de conducción puro. No cabía otra alternativa para una empresa que lleva 50 años de trayectoria marcada por estos principios. Es, en palabras del propio Bob Laishley, “nuestra manera de entender el deportivo eléctrico, y nuestra forma de avanzar hacia el futuro”.

Con todo, la aproximación del equipo técnico al desafío de desarrollar el que ha de ser no solo su primer eléctrico específico, sino el primer vehículo diseñado por ellos desde el primer tornillo —el Caterham Seven había sido adquirido a Lotus, no lo olvidemos— fue realista, puesto que no se debía perder de vista la sencillez. Ni materiales extravagantes ni rimbombantes trenes de potencia de tres o cuatro motores, capaces de desarrollar miles de kilowatios, formaron parte de las quinielas. Empaquetamiento y distribución de peso constituyeron las dos prioridades iniciales; los “sólidos conocimientos técnicos” de Caterham se convirtieron en los canalizadores para articularlo todo.

Uno de los aspectos más importantes de este proyecto estuvo constituido por el diseño de su carrocería, una vez que la electrificación del Seven no era una opción para este deportivo de baterías. Bob Laishley nos cuenta cómo Anthony Jannarelly fue la opción perfecta para llevarlo a cabo, puesto que, como amante de la marca y dueño de un Seven él mismo, se podía confiar en que este diseñador sería fiel a los principios de la marca. Lo novedoso de su exterior tiene continuidad en un habitáculo que, como pudistes leer aquí en su momento, apunta a ofrecer configuración 2+1 o 2+2, a elección de cada cliente, aunque la marca baraja todavía “diferentes escenarios” a este respecto.

Tal y como el presidente ejecutivo de Caterham afirma en el vídeo, los coches eléctricos son una realidad, y la marca británica necesitaba dar ya este paso. No obstante, “el Seven no se irá a ningún sitio”, afirma también el directivo, y, la verdad, nos quedamos más tranquilos. Y es que es de agradecer que este pequeño fabricante quiera seguir manteniendo su honor de producir los coches más ligeros del mundo, también en la nueva era de la electromovilidad, cuando otros —¿alguien ha dicho Lotus?— han renunciado a esta versión automovilística de la fórmula de la felicidad.

Es, a primera vista, una decisión racional, toda vez que los deportivos ligeros y sencillos, que en tiempos pasados gozaron de relativo éxito en el mercado, viven desde hace tiempo su ocaso, antes ya de esta fiebre voltaica. De hecho, más que ser productos de nicho, parece que están, como concepto y comercialmente, en un nicho, y supone una noticia esperanzadora que Caterham no abandone su poco común —cada vez menos— forma de hacer las cosas. Sonriamos, puesto que no todo está perdido: la electromovilidad no hará morir al pequeño deportivo, sencillo y ligero, creado con mimo, desde que era solo una idea sobrevolando una hoja en blanco, para ser disfrutado “en una mañana soleada de domingo, durante una conducción rápida y entusiasta por una carretera rural”, según las palabras textuales de Bob Laishley. Eso sí, no nos dejemos llevar por el optimismo, porque el Caterham Project V no contradice esa nueva regla que establece que el coche eléctrico no puede ser barato. Cuando salga al mercado dentro de prácticamente tres años, este deportivo eléctrico británico tendrá un precio de 100.000 euros.