El nombre Gemballa tan solo está en la mente de los más fanáticos del motor. Hace unos meses, supimos que el hijo de su creador, Marc Philipp Gemballa, traería de vuelta las locas creaciones que caracterizaban a la firma, empezando por un nuevo superdeportivo que sería presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra. Eso no pudo ocurrir, pero siempre se puede echar la vista atrás, tanto como hacia este Gemballa Avalanche de 1986.
En la década de los 80 nacieron dos de los especialistas más reconocidos de Porsche: RUF y Gemballa, quienes rápidamente se hicieron un nombre. La segunda de ellas fue fundada en 1981 por Uwe Gemballa, un ingeniero que comenzó a crear interiores a medida antes de desarrollar un gran interés en la aerodinámica y los productos de posventa asociados. Fue entonces cuando se forjó una reputación por sus diseños escandalosos combinados con un rendimiento salvaje.
El Avalanche es el vehículo que ayudó a lanzar a Gemballa al centro del panorama automotriz a nivel mundial. Se basó en el Porsche 911 Turbo “Flachbau” (o “Slantnose”), el cual debutó en 1985 como un coupé, junto con la versión descapotable atmosférica que se conocía como “Cyrrus”. El 911 Turbo original tenía el código interno 930, siendo estrenado en 1975, y conocido por ser muy potente y no del todo seguro para aquellos que no estaban familiarizados con un turbo.
Gemballa tenía su sede cerca del cuartel general de Porsche en Leonberg, Alemania, justo al oeste de Stuttgart
Algunos lo apodaron “widow maker” (“enviudador”), pero la verdad es que solo se necesitaba un pie derecho experimentado y unas manos ágiles. Los propietarios como Peter Sellers, que tenían una amplia práctica en la conducción de coches de alto rendimiento, encontraron que el 930 no era un desafío particular. El “Flachbau” ya era raro, rápido y deseable, pero el equipo de Gemballa quiso hacerlo más agresivo y llamativo, mientras que RUF actualizaba sus mecánicas.
El Gemballa Avalanche hizo su estreno mundial, lo hizo con un precio de 390.000 marcos alemanes (casi 650.000 euros en 1989). Estaba claramente dirigido a la riqueza de los miembros menos convencionales de la sociedad. Uno de los dueños más famosos de un Avalanche fue el rapero Vanilla Ice. Cada uno de ellos recibió nuevos paneles de carrocería (de inspiración Testarossa), interiores hechos a medida con la última tecnología de la época y un tren motriz ajustado según los requisitos del cliente.
Vanilla Ice hizo referencia a su excéntrico 911 en su canción “Everybody Get Loose” (1994) en la línea “Of course a Vanilla rides the groove like a Gemballa Porsche”
Durante los primeros ochos años de producción, solo se construyeron 15 Gemballa Avalanche, lo que significa que son avistamientos realmente extraños en la carretera, y que la mayoría de los propietarios las sacan con poca frecuencia para mantener el kilometraje lo más bajo posible. El que ves en estas imágenes se vendió nuevo en Puerto Rico en 1986, y apenas tiene 22.500 kilómetros. Será subastado por Coys en Londres próximamente, y seguramente sea muy caro.
Dado que RUF era capaz de preparar los Porsche 911 (930) hasta los 375 CV junto con una caja de cambios manual de cinco velocidades de desarrollo propio, sabemos que el Avalanche es una máquina muy rápida. Entre los opcionales de Gemballa, podemos encontrar llantas de aleación HRE Performance de 17 pulgadas, un techo solar eléctrico, asientos deportivos, diales blancos un equipo radio-CD Alpine con amplificador o un sistema de alarma antirrobo Cobra.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS