Coche del día: SEAT Toledo Marathon

Coche del día: SEAT Toledo Marathon

Con este modelo de tracción total y motor Audi, la marca podría haber plantado cara en el Dakar a los Citroën


Tiempo de lectura: 5 min.

El año 1986 fue clave para SEAT. El momento en el que tras años de amparo estatal la administración pública comenzó a vender sus acciones en la empresa transitando así a un modelo puramente privado. Un cambio de era que coincidió con la transición de FIAT hacia Volkswagen como socio referencial, lo cual supuso una reestructuración completa de la gama de cara a los noventa. Además, en lo que se refiere a la competición 1986 fue el año en el que la FIA prohibió los Grupo B al tiempo que paralizaba el desarrollo de los Grupo S. Un contexto complejo del cual, sin embargo, saldría siete años más tarde un vehículo tan interesante como el SEAT Toledo Marathon.

De todos modos, en la vida cualquier historia tiene su orden. Por ello vayamos por pasos. En primer lugar hay que reseñar que SEAT, aún siendo una empresa centrada en la motorización de un país económicamente más humilde que las potencias industriales europeas, siempre tuvo un cierto interés por las competiciones sobre tierra. En ese sentido están el tercer y cuarto puesto en el Rallye Montecarlo 1977 de los SEAT 124 1800 llevados allí por pilotos como Salvador Canellas con el apoyo de la marca. Una senda deportiva que llegó a los ochenta contemplando el interés de SEAT por participar en los Grupo B.

La categoría posiblemente más radical y potente en la historia del Campeonato Mundial de Rallyes, para la cual se desarrolló un curioso Ibiza Bimotor que en las versiones más afinadas llegó hasta los 300 CV con la suma de ambos ingenios. Un proyecto en el que tuvo mucho que ver José María Serviá, quien compitió con este coche en el Campeonato de España de Rallyes de Tierra. Trofeo al cual quedó relegado el Ibiza Bimotor tras la prohibición del Grupo B a raíz de la trágica muerte de Henri Toivonen y su copiloto en el Rally de Córcega con su Delta S4. Un hecho que intervino en cómo SEAT dejó de mirar a los rallyes para poner su anhelo en los raids.

seat toledo marathon (3)

En SEAT ya se ha había gestado desde los setenta una inquietud por las competiciones sobre tierra. Dentro de esta trayectoria el Ibiza Bimotor fue un paso importante, al que siguió en 1993 el Toledo Marathon

SEAT Toledo Marathon, un modelo tan breve como espectacular

Tras dar ciertas alegrías y también algunos problemas mecánicos derivados de coordinar sus dos propulsores, el Ibiza Bimotor acabó sus días en la competición. No así José María Serviá, quien continuó pilotando para ganar en 1990 y 1991 el Nacional de Raids a bordo de un Audi Quattro. Un dato fundamental para entender la aparición del SEAT Toledo Marathon. Y es que la trayectoria de este piloto y su experiencia con el motor Audi son el primer factor a tener en cuenta en este proceso. Más allá de esto, el segundo es la presentación en 1991 del SEAT Toledo. La nueva berlina de la marca y uno de los modelos que más hicieron por dar el salto a una nueva época, la cual necesitaba de grandes dosis publicitarias.

Justo lo que el Grupo PSA estaba consiguiendo con los Citroën ZX Rallye Raid y Peugeot 405 T16 Gran Raid. Dos vehículos que obviamente poco tenían que ver con los modelos de serie, pero que gracias a su destacado papel en competiciones como el Dakar lograron asentar una buena imagen corporativa para sus respectivas marcas. De esta forma, sumando el aprendizaje acumulado con el Quattro de Serviá y el usar las carreras como forma de publicidad al fin todo estaba listo para la llegada del SEAT Toledo Marathon. Un modelo de 1993 creado sobre un chasis tubular construido en acero de alta resistencia al cual se le añadieron partes en fibra de carbono.

Buena base para un modelo necesitado tanto de resistencia como de ligereza, el cual se asentó sobre unas suspensiones de paralelogramo deformable en combinación con amortiguadores dobles de gas. Todo enfocado a dominar terrenos abruptos a altas velocidades. Además, en lo que se refiere al motor la experiencia de Serviá resultó idónea ya que se optó por el mismo cinco cilindros turbo del Audi Quattro. Un ingenio que en el caso del SEAT Toledo Marathon subió hasta los 330 CV a 5.500 rpm. Suficiente para entrar a lo más alto de la categoría, más aún con la ayuda del diferencial autoblocante, la tracción total y una estudiada transmisión manual de seis velocidades.

A pesar del éxito inicial SEAT dejó en la estacada al Toledo Marathon para centrar sus esfuerzos en el Campeonato Mundial de Rallyes. Su objetivo desde que la eliminación del Grupo B truncase las esperanzas puestas en el Ibiza Bimotor

Así las cosas, el SEAT Toledo Marathon parecía el candidato perfecto para las arenas del desierto. Una ambición por el Dakar nada disimulada que, sin embargo, se quedó en nada a pesar de los buenos resultados en la Baja Aragón y la Baja Portugal. De hecho, incluso llegó a hacerse con la victoria en Grecia con Servíá a los mandos. Quien aquel 1994 contó con la ayuda de Erwin Weber como compañero de equipo. Un contexto muy favorable para este coche, el cual finalmente cayó en desgracia debido a que SEAT Sport decidió orientar sus intereses hacia el Campeonato Mundial de Rallies. En fin, un viraje contra todo pronóstico que nos privó de ver al SEAT Toledo Marathon dando rienda suelta a todo su potencial sobre las dunas.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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