Coche del día: SEAT León 1.6 Stella (1M)

Coche del día: SEAT León 1.6 Stella (1M)

Ni era la mejor opción de la gama, ni el mejor de su categoría


Tiempo de lectura: 3 min.

El SEAT León 1.6 Stella pasó bastante desapercibido durante su vida comercial, totalmente eclipsado por las versiones turbodiésel, pero era una de las variantes más vendidas en España. Su precio era realmente competitivo: 2.267.000 pesetas, unos 13.625 euros –23.230 euros con la subida del IPC incluida–, solo el For Focus 1.6 16v tenía un precio lo suficientemente bajo como para inclinar la balanza a su favor: 2.090.000 pesetas, frente al resto –Opel Astra, Renault Mégane o Citroën Xsara– había diferencias entre 10.000 y 70.000 pesetas.

La puesta en escena del SEAT León fue todo un revulsivo para la firma española. El coche fue un verdadero éxito, lo suficiente para que se convirtiera rápidamente uno de los pilares de la marca junto al SEAT Ibiza y, por supuesto, en un futuro clásico. Los motores TDI fueron los más populares, incluso en las versiones deportivas, una muestra de que, claramente, la elección de esos motores fue culpa de la mala percepción de la gente con respecto a su menor gasto y se olvidaban otras opciones más lógicas, como el motor 1.6 de gasolina.

El SEAT León 1.6 Stella era la versión equivalente al TDI más vendido, que primero fue el de 90 CV y luego, el de 110 CV. Era un motor sencillo, con una culata de dos válvulas por cilindro, un solo árbol de levas en cabeza –con ocho válvulas no hacen falta dos árboles de levas–, inyección electrónica y 1.595 centímetros cúbicos. Era un motor de carrera cota –81 por 77,4 milímetros para diámetro y carrera– que, no obstante, rendía su potencia relativamente pronto. Hablamos de 100 CV a 5.600 revoluciones y 14,8 mkg –145 Nm– a 3.800 revoluciones.

SEAT acertó de lleno con el León, sin duda, pero no todas sus versiones eran interesantes y eso es lo que ocurría con el 1.6 Stella

SEAT León 1 6 Stella

Lo que no se decía entonces porque había pocas pruebas del SEAT León 1.6 Stella, era que las suspensiones escogidas para esta versión, nada tenían que ver con la imagen de “coche dinámico” que tenía el modelo español. En realidad, las suspensiones del León 1.6 Stella era de tarado blando, muy suaves y cómodas en carretera por el centro de la ciudad, pero demasiado flojas cuando se enfrentaba a carreteras con curvas, pues permitían demasiado balanceo de la carrocería. Pero no terminaba aquí la cosa, pues según la revista Motor 16 –número 868–, el SEAT León 1.6 Stella era un coche lento de reacciones, muy subvirador y algo torpe en conducción “alegre”.

El lo que respecta al motor, el cuatro cilindros del SEAT León tampoco era el mejor del segmento. Era muy suave, transmitía una gran finura de funcionamiento, pero era lento en aceleraciones y recuperaciones –y no era por desarrollos, pues en quinta tenía 32,2 km/h a 1.000 revoluciones–, era por falta de fuerza del motor y porque tenía que mover el conjunto más pesado de la categoría: 1.220 kilos.

Por otro lado, el equipamiento que ofrecía el León 1-6 Stella no era el más completo y había lagunas que no se podían cubrir ni en opción. Por ejemplo, no se podía montar llantas de aleación ni pagando aparte –en las fotos aparece con llantas, pero porque no se publicaron fotos oficiales con embellecedores–, tampoco podía montar ni como extra los faros antiniebla o el control de estabilidad. El aire acondicionado se pagaba como opción, al igual que el ABS, aunque al menos montaba airbags frontales y laterales de fábrica.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Tomás
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Tomás

Tuve uno idéntico al de las fotos (en color, porque como declara la nota el mismo vino sin llantas/faros antinieblas/airbags laterales), en lo personal me pareció un buen auto para una conducción normal. Las terminaciones eran buenas, lastima que los botones y manijas interiores de puertas tenían la pintura soft touch que se salía con el tiempo (en mi caso solo lo sufrí en las manijas interiores).


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Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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