El FIAT Marea 2.4 TD HLX era un coche que casi no tenía rivales en el mercado. Era un sedán de 4,39 metros de largo, al cual, podríamos considerar como una opción más dentro de la gama Bravo/Brava, es decir, una tercera carrocería que completaba al tres puertas –FIAT Bravo– y al cinco puertas –FIAT Brava–. Solo había un coche similar en el mercado, el Volkswagen Vento, que no era otra cosa que, por así decirlo, un Golf con carrocería de tres volúmenes.

A mediados de los 90, FIAT puso en circulación tres coches muy emparentados entre sí, pero que, con diferentes objetivos en el mercado, tuvieron muy distinta acogida. Hablamos de los FIAT Bravo, FIAT Brava y FIAT Marea, tres modelos que básicamente eran el mismo coche, pero con distinta carrocería, distinta puesta a punto y con un cliente objetivo muy concreto. Coches, por cierto, que tuvieran buenas críticas por parte de la prensa y por parte del público en general.

El que menos tirón comercial tuvo fue el FIAT Marea, la opción de carrocería sedán. Y no fue porque contara con un mal diseño o porque sus prestaciones no fueran buenas, simplemente, la propuesta que representaba no caló entre los usuarios como si lo hizo su principal y único rival, el Volkswagen Vento. No obstante, hay que destacar que, por aquellos años, todo lo que hacía la firma alemana tenía muchísima aceptación, pero lo que hacía FIAT se situaba en el lado contrario.

Aun así, los Bravo y Brava contaron con una buena tirada en ventas, pero el Marea no pudo igualarles, a pesar de contar con versiones como el 2.4 TD HLX, uno de los sedanes turbodiésel más rápidos de su categoría y capaz de plantar a cara a coches de mayor categoría, como bien contaban en la revista Coche actual –número 458–, que lo llegaron a comparar con coches como el Ford Mondeo, el Citroën Xantia e incluso el Audi A4.

Bravo, Brava y Marea compartían muchísimas cosas, como el salpicadero, la plataforma, faros… Salvo el motor 2.4 TD de 124 CV, que solo se montaba en el sedán

El FIAT Marea 2.4 TD HLX se situaba un escalón por debajo de los mencionados modelos, pero les podía poner las cosas muy complicadas gracias al propulsor turbodiésel del Lancia Kappa, un cinco cilindros de 2.387 centímetros cúbicos, culata de dos válvulas, turbo, intercooler e inyección indirecta. Ponía sobre el asfalto 124 CV a 4.000 revoluciones y 265 Nm de par a 2.000 revoluciones, más que suficiente para mover un desarrollo en quinta de 45 km/h a 1.000 revoluciones y de poner el conjunto, que pesaba 1.280 kilos, a 195 km/h, o de acelerar de 0 a 1.000 metros en 31,1. Buenos registros también en el 80 a 120 km/h, que en quinta lo completaba en 11,1 segundos.

Si tomamos como referencia los datos y los comentarios publicados en la mencionada revista, también habría que destacar la habitabilidad y la estabilidad en carretera, pero también unos consumos algo más alto de la media; 7,3 litros cada 100 kilómetros. No obstante, la autonomía media era de 860 kilómetros con un solo depósito.

Estéticamente, el FIAT Marea 2.4 TD era un coche atractivo. No era sorprendente, no tenía líneas audaces ni soluciones rompedoras, pero, por el contrario, mostraba un buen equilibrio de volúmenes y formas. Un coche interesante que, según estándares de la época, tenía un precio en la media: 3.550.000 pesetas, 221.335 euros de 1997.