¿Funcionarían los muros de pago -o paywall- en prensa del motor?

¿Funcionarían los muros de pago -o paywall- en prensa del motor?

O lo que es lo mismo, si quieres ciertos contenidos, es pagando por adelantado


Tiempo de lectura: 8 min.

El pasado martes 22 de octubre comenzó una aventura por parte de El Mundo en su versión digital -elmundo.es-, incluyendo un muro de pago para acceder a ciertos contenidos. Bajo la modalidad El Mundo Premium, pagando una cuota diaria, mensual o anual, el lector puede acceder a contenidos de mayor elaboración, como reportajes o los artículos de las llamadas “firmas”. El resto de contenidos siguen siendo visibles sin límite.

Esta fórmula puede que sorprendiese a mucha gente, pero llevan años intentando perfilarlo. ¿Cómo conseguir poner en valor el periodismo, en una época en la que nos hemos acostumbrado al todo gratis? ¿Sufrirá elmundo.es una sangría de lectores que consideran que pagar 7,99 euros al mes es mucho? ¿Irán otros medios detrás e implantarán muros de pago para acceder a ciertos contenidos?

Si me permitís un apunte personal, el hecho de haber estudiado periodismo entre 2014 y 2019 me ha aportado mucho más que si lo hubiese hecho cuando “me tocaba”, 2001-2005, porque el panorama no tiene nada que ver. Hace 18 años la prensa se mantenía con sus lectores y con la publicidad, algunos medios usaban “formas alternativas de financiación” (y lo dejaré ahí, el que sabe, entiende a qué me refiero). Hoy día no se verifica esa ecuación.

Buzzfeed

Esto es lo que los lectores de Buzzfeed España han dejado de disfrutar

La gran mayoría de los medios se están financiando con la publicidad, y ahí entran los banners, los artículos patrocinados (tanto los que se avisan como los que van disfrazados de información), formatos publicitarios más o menos molestos, etc. El impacto de las redes sociales y los buscadores han hecho que haya que atraer a un tráfico que no es fiel, el de los paracaidistas, mediante la viralización de contenidos: atraer clics a toda costa para generar más impactos y por tanto mayores ingresos.

También ha degenerado en la dictadura del SEO, que consiste en escribir artículos para los buscadores, no para seres humanos, dando lugar a aberraciones bien visibles

¿Funciona eso? Pues depende para quienes. Muchos sabéis que durante siete años y medio estuve en una publicación muy relevante del motor español, en cuanto a digitales se refiere, y viví periodos en los que la publicidad metía paladas de billetes y otros en los que llegaba a fin de mes justísimo. No era estable. En el verano de 2008 el hundimiento del mercado publicitario cambió radicalmente las cosas. De no haber sido así, ya tendría medio pagada una casa y me movería en un Porsche 911.

Buzzfeed España, paradigma de lo que es un medio que funciona por la viralización pura, demostró ser inviable, tuvo que cerrar en enero. Hablemos de medios del motor, ¿os suena una tal Autoblog Spain? A pesar de tener 10 años de recorrido, editores reconocidos, un tráfico estupendo… también fue víctima de un recorte decidido por una reunión de ejecutivos, bueno, esa publicación y otras tantas en el mercado europeo. Se alegó viabilidad económica.

Autoblog Español 2013

Portada de Autoblog en Español a mediados de 2013

¿Puede ligar un medio de comunicación su superviencia exclusivamente de la publicidad? A largo plazo yo creo que no. Ese modelo implica bajar la calidad, porque o es un medio enorme (y suficientes migajas de publicidad hacen un banquete) o las cuentas no salen. Así no se pueden pagar sueldos dignos, financiar reportajes -de esos que no son tan rentables-, investigar, tener una plantilla abundante…

Y esto es cíclico en la historia de esta noble profesión. Desde que los burgueses del renacimiento empezasen por pagar por la información para sus negocios, han nacido medios y han muerto cuando han dejado de ser viables. La publicidad provoca dependencias de quienes la sirven, ya sea una red de anuncios -como Google Adsense- o empresas que pagan directamente por estar ahí. Y las métricas de rendimiento se convierten en una dictadura de lentejas, que las tomas o las dejas.

En el mundo del motor cobrar por los contenidos es bastante difícil de ver. Una de las publicaciones decanas en Estados Unidos, Motor Trend, inició en 2016 esta aventura –Motor Trend on demand-, la de cobrar por contenidos diferentes y elaborados. Pues ahí siguen, la fórmula les ha debido funcionar. Fuera de ese ejemplo poco más vamos a encontrar.

Suscripcion Motor Trend

Sabemos que miráis más medios del motor, no somos celosos. Para evitar dar nombres, supongamos que está el medio A, el medio B y el medio C. ¿Cuál de ellos seguiríais visitando si hubiese que pagar por ciertos contenidos? ¿Pagaríais o abandonaríais? ¿Creeríais que vais a financiar un mejor periodismo? Las respuestas pueden ser para ti mismo, y si decides compartirlas, preferimos que aludas a las letras comodín para evitar cualquier posible agravio.

En esta publicación, espíritu RACER, consideramos que la calidad debe estar al alcance de todos nuestros lectores, por eso no nos planteamos la fórmula del paywall, ya sea con nuestros niveles de tráfico o si los multiplicamos por 100. Eso sí, dejamos la puerta abierta mediante Patreon a que, quien quiera colaborar económicamente, lo haga de forma voluntaria y sin ninguna presión por nuestra parte. Eso sí, el montante tiene relación con lo que podemos ofrecer y lo que no. Es la misma fórmula del británico The Guardian, puedes leer gratis todo, pero puedes aportar si quieres.

Pero creo que en algún momento medios de la competencia tendrán que elegir si la sostenibilidad pasa por rebajar el listón de la calidad, dado que el crecimiento en tráfico no es infinito, o por empezar a cobrar por ciertos contenidos, véase vídeos, pruebas, coberturas de deportes de motor, secciones de opinión o lo que se les ocurra. Algunos tienen otras formas de financiarse, y totalmente lícitas e irreprochables, y las cuentas salen.

Publicidad de Yugo en EEUU

La independencia de los medios se consigue cuando solo hay que rendir cuentas ante los lectores. Si nos metemos a indagar cuándo ha sido la época dorada del periodismo, no ha sido precisamente gracias a la publicidad en Internet, ni impresa, ha sido por los suscriptores o por venta por ejemplar. Sí, la radio y la televisión funcionan de forma bastante distinta, hablo de papel e Internet.

El New York Times arrancó con su paywall en 2011, con un límite de artículos gratuitos y ahí sigue, con más de 2,2 millones de suscriptores que pagan por el buen periodismo, aunque la fórmula se actualizó este verano. The Financial Times tiene casi un millón. El Wall Street Journal tiene más de 1,4 millones… Y así, queridos amigos, es como el buen periodismo sobrevive y se perpetúa: con financiación estable.

Cierto, alguno dirá que en esos medios hay gente de alto poder adquisitivo que prefiere pagar para obtener una información que necesita, como analistas de bolsa o ejecutivos, o que sus audiencias locales son suficientemente grandes (solo en la ciudad de Nueva York viven 8,6 millones de personas). En España va a costar llegar a esa conclusión, y aceptar que El Mundo, El País, ABC, La Vanguardia… tengan muros de pago para cierto tipo de contenidos, a la vez que garantizan el derecho a la información con su parte gratuita.

¿Estarán preocupados en elmundo.es por perder tráfico? Según Comscore MMX, en septiembre tuvieron 21.162.000 usuarios únicos. Con que el 1% acceda a pagar los 7,99 euros al mes facturarán 1,69 millones de euros ¡cada mes! Eso puede compensar de sobra la audiencia que se vaya considerando que qué listos estos periodistas, que pretenden vivir de su trabajo. ¡Qué se habrán creído!

Quiero compartir con vosotros un extracto de un artículo de Medium.com. Titulado “El auge de los muros de pago y la salvación del periodismo” (2018), viene de explicar qué supuso en su momento Napster, Kazaa, Torrent y similares para la industria musical, acostumbrada a que se pagase religiosamente por soportes físicos, cuando la gente obtenía por su cuenta lo que quería por medios de dudosa legalidad. Dice así:

“La experiencia del mundo musical mostró que la gente pagaría por aquello a lo que han accedido antes sin coste, si se muestra valioso para ellos, el precio es razonable, y los medios de adquisición de la cosa era simple o cómoda.” – Cam MacMurphy

Ahora os preguntaré algo muy íntimo: ¿cuántos pagáis suscripción a Amazon, Netflix, Spotify, HBO, DAZN, Movistar+ (algún paquete de deportes o motor, p.ej.), o similares? ¿Por qué, pudiendo piratear sus contenidos? Imagino que la respuesta será similar a la cita que he puesto previamente, no se desviará demasiado. De hecho, en el mundo del deporte, películas, series… el modelo de suscripción de pago se está asimilando bastante bien.

Así que, querido lector, me temo que en los próximos años empezaremos a ver más movimientos de este tipo, hasta que llegue un momento en el que alguien se pregunte cómo se pudo sostener durante tanto tiempo una industria que no vive del aire con un modelo de “todo gratis”. Habrá que sacar cifras de despidos, EREs a mansalva, deudas infinitas y una comparación cualitativa de todo lo que se ha perdido por el camino. Es para reflexionar. No olvides hacerlo respecto a los medios que sigues, incluyendo a este mismo.

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Sobre mí

Javier Costas

Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.

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Guillermo García Alfonsín
Invitado
Guillermo García Alfonsín

En nuestro país y habla, es un camino condenado al fracaso, por simple “formato cultural”. No se puede mirar el espejo de la música o el vídeo en streaming. La razón por la que la gente acabó pagando en iTunes o paga Netflix es porque paga por ver el contenido fácilmente. El simple hecho de que ver la misma película o escuchar la misma canción implicaba una barrera tecnológica importante (bajarse emule, exponerse a virus, necesitar cierto grado de conocimiento informático, no tener certeza de lo que se va a obtener, obtenerlo de baja calidad, tener sensación de “ilegalidad), sirvió… Leer más »

Javi Martín
Editor

Pues mira, yo te voy a responder con un claro sí, pagaría por leer en internet. De hecho, ya pago una suscripción a la página web de una famosísima publicación sobre motor con nombre de vía para automóviles. Es un mísero euro al mes, pero pago. ¿Dónde está el problema?

Alex
Invitado
Alex

Es complicado. Si los contenidos son de calidad pagar es lo normal, puesto que ayudas a generarlos. El problema es como saber si lo son con la barrera de no poder acceder a ellos. Yo sigo 7 páginas de motor a diario, y pagando por sus contenidos los haría con una o dos máximo y tendría que tenerlo muy claro.

Reverfons
Invitado
Reverfons

Una vez me dijeron “cuando algo es gratis el producto eres tú”. Tal y como bien expones en el post, en el caso concreto de los medios de comunicación esto significa que es el número de usuarios, de clicks, etc lo que se mide en un modelo de financiación por publicidad, con lo que se ofrece el contenido que más de eso pueda dar. En la búsqueda de esto es fácil caer en los contenidos fáciles, rápidos y chocantes para lograr un buen número de lectores ya que funciona (a nivel televisión podríamos estar hablando del modelo de Telecinco por… Leer más »

Juanjo Chamizo
Invitado
Juanjo Chamizo

Al igual que llevo casi 30 años comprando prensa del motor no me importaria pagar por contenido digital,pero claro, al igual que compro prensa o revistas y e ido seleccionando segun han ido pasando los años,con lo digital haria mismo. Si pagamos religiosamente todos los meses suscripciones a plataformas digitales de musica o television,por que no pagar por leer lo que nos gusta?


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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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