Toyota ha estado vendiendo silenciosamente coches de corte deportivo maravillosamente enfocados y sin pretensiones en el mercado japonés durante años. Modelos casi completamente desconocidos para aquellos que no están en la escena automovilística japonesa. El Toyota Mark X GRMN que ves en estas imágenes es uno de ellos.
El Toyota Mark X nació hace 15 años como sustituto del Mark II (1968-2004), una berlina media a medio camino entre el lujoso Cresta (1980-1998) y el más deportivo Chaser (1977-2001). Una berlina que, en su segunda generación (2009), llega a los 4,8 metros y mantiene las características más clásicas del segmento: tres volúmenes perfectamente definidos, motores longitudinales de cuatro y seis cilindros, y propulsión.
El Toyota Mark X es un coche nacido a medio camino entre un Audi A4 y un BMW Serie 5, ahora con extra de deportividad de la mano de Gazoo Racing
Con motivo del Salón de Tokio, Toyota ha presentado el Mark X GRMN. Bajo su capó se esconde un motor de seis cilindros de aspiración natural que envía su potencia a las ruedas traseras a través de una palanca de cambios de accionamiento manual. Sus características llaman la atención, especialmente en un momento donde los motores de combustión interna -sobre todo los atmosféricos- y las cajas de cambios manuales están llegando a su fin. Es como un BMW de hace 20 años con la fiabilidad de Toyota de hoy.
Tras pasar por las manos de Gazoo Racing, se mantiene una elegancia que conjuga a la perfección con una agresividad muy JDM. Sus paragolpes gozan de un nuevo diseño, con tomas de aire de mayor tamaño acabadas en negro satinado. El logotipo Toyota se ha suprimido delante en pro del de GRMN. En la zaga, contrastando con el blanco de la carrocería, destacan el pequeño spoiler del portón y un difusor que integra cuatro salidas de escape. Las llantas de aluminio forjadas de 19 pulgadas firmadas por BBS ponen la guinda al pastel a un conjunto que no desmerece.
El techo del coche se puede encargar en fibra de carbono, ahorrando 10 kg de los 1.560 kg que pesa de por sí la berlina
El motor que da vida a esta berlina es un V6 atmosférico de 3.456 cm3 (2GR-FSE) que eroga 318 CV de potencia a 6.400 RPM y 380 Nm de par motor a 4.800 vueltas. La única opción de transmisión a elegir es manual de seis relaciones, al igual que el sistema de tracción: propulsión. La suspensión ha sido completamente optimizada, de doble triángulo delante y multibrazo detrás, además de contar con una puesta a punto específica y un equipo de frenos a la altura. Estas lucen el logo GRMN, al igual que los asientos -tapizados en microfibra sintética- y volante, tomado del GT 86.
Estará disponible en el mercado local en cinco tonalidades de carrocería: plata metalizado, negro, negro perlado (opcional), blanco perlado (también opcional) y granate metalizado. La producción estará limitada a tan solo 350 unidades y su precio de partida será de 5,13 millones de yenes, algo más de 41.000 euros al cambio. Por filosofía, concepto y precio no hay nada parecido en el Viejo Continente, y así seguirá siendo. Tan solo los nipones podrán disfrutar de esta máquina.
Dada la desaparición de estos conceptos, el Toyota Mark X GRMN es la berlina deportiva y purista que tanto echamos de menos. Sin artificios ni excesivas complicaciones, un coche enfocado meramente al placer de conducción. Un coche con espíritu RACER.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.No entiendo la política de Toyota de vender modelos más bonitos en EEUU y en Japón, y aquí tener a la venta lo que tienen a la venta… En otros países tienen cosas realmente agraciadas.
El Mark X es para Japón y poco más. En Europa sin motor diésel no se habría comido un colín.
No hablo de este modelo en concreto ni de las motorizaciones, hablo de diseños
Es un debate recurrente… ¿Cuántos querríamos tener, por ejemplo, un Dodge Challenger? Seguro que muchos. ¿Cuántos pagaríamos por él los más de 40.000 euros que costaría? Unos cuantos menos. A eso se reduce todo, si no hay una masa de clientes -no entusiastas- con el dinero en la mano, tal o cual modelo carecen de sentido.