El atractivo de un coche, cosa subjetiva si las hay. La idea es que se los someta a límites para conservar un mínimo de buen criterio, pero la unanimidad es para pocos. Ahora bien, hasta los objetores de estéticas de automóviles son lo suficientemente inteligentes para saber reconocer cuándo un modelo, más allá de lo que se ve, fundamenta su alto poder de seducción en ese no sé qué y en la influencia de su consagración e impacto culturales. Al SEAT 600 lo podemos sujetar a este principio.
Pienso en el clásico que se ha metido a toda España en el bolsillo porque, en las últimas horas, un prototipo japonés me ha encarrilado por esa misma senda de pensamiento. Urbanitos abundan y, en este contexto de electromovilidad en expansión, van proliferando. Pero noto algo diferente en el Mazda Vision X-Compact. Algo más. Como el nombre anticipa, de momento no es más que un pequeño experimento, pero eso no puede evitar que imaginemos un mundo con este concepto de diseño en concesionarias y el tráfico del día a día.
¿Por qué creo que, si fuese un modelo de producción en serie, a su belleza valdría considerarla una equivalente extranjera, moderna y futurista de la del SEAT 600? Porque, como éste supo hacer, carga sobre sí una belleza intrínseca que trasciende a las preferencias y observaciones sobre rasgos específicos o, directamente, sobre las siluetas que su carrocería propone.
Piensa y detente en lo primero que se te venga a la mente e imagina que eso detiene el tiempo a su paso y no deja peatón sin paralizar. No importan los gustos. Esa cosa ha llamado la atención sobremanera y en la mirada de los testigos, que nunca han visto nada igual, se lee su potencial de objeto de deseo a gran escala. Ahí es donde estos coches, los elegidos, forjan la gran conquista. Un rostro tan rompedor que al verlo por primera vez se acaba con todos los misterios: ese coche molaría como pocos o ninguno.
Este concept car cumple con los requisitos, encajaría a la perfección en la escena del párrafo anterior porque genera un cimbronazo en las retinas. Testigos que nunca han visto nada igual, porque, insisto, la proyección comercial de los pequeños del segmento A es notable en España. El 600 escribió la historia y la actualidad va colocando a los nuevos en posiciones más que respetables. Eso sí, modelos emergentes que pecan de parecerse más de la cuenta. En su reluciente rojo, esta muestra presentada en el Japan Mobility Show no puede disimular su destino: si fuera un coche de serie, estaría en condiciones de ser el que marque una época.
Apreciaciones que se reducen a cómo el diseño de un coche puede impactar tanto para transformarse, un día, en el coche del pueblo, y tanto como para terminar gustando, convenciendo e incluso dando lugar a un intrigante efecto: olvidarse por completo y para siempre de que ahí, en ese pequeño irreverente, siguen estando esos gestos estéticos que en un principio no pasaban desapercibidos. Al 600 le ha ocurrido y veo en este prototipo un equivalente.
No digo que la versión de producción del Mazda Vision X-Compact sea en el futuro el coche del pueblo. Su mecánica toda eléctrica no dice que no debemos precipitarnos a tamaña definición. Ahora bien, por su presencia cautivadora, como pocas o ninguna entre los de su tipo, merecería ser ese elegido. Como detalle no menos importante a tener en cuenta, que este Mazda no lleve pantalla central puede ser interpretado como una declaración de principios de querer volver a las fuentes.


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Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS