Let Michael pass for the championship. Los tifosi o, simplemente, los amantes de la Fórmula 1 que vivieron esa época, recordarán esas palabras de Jean Todt en el circuito hoy conocido como Red Bull Ring. El Campeonato Mundial del 2001 todavía estaba en las primeras fechas y Michael Schumacher se estaba consolidando como líder en la general de Pilotos.

Mientras el equipo de Ferrari le ordenaba por radio a Rubens Barrichello dejarse adelantar por el alemán y así sumar más puntos para el campeonato, mientras en Williams las conversaciones por radio nada tenían que ver con el torneo, sino con un ciervo perdido cruzando la pista –el “¡Oh, dear!” de Juan Pablo Montoya tras la advertencia “creemos que está en algún lugar del circuito, así que maneja con cuidado–, el coche que ven aquí, en su estado actual y a la venta, se encaminaba hacia su única victoria en la máxima categoría.

Es el chasis 16A-05, pero los memoriosos de la historia de McLaren en el deporte de motor lo recordarán como el número 4. Un monoplaza que valió un Gran Premio, aquel de Austria, pero que aportó varios puntos más, fundamentales no para pelearle el título de constructores a los de Maranello, sino para asegurar el segundo puesto: sin sus puntos, McLaren habría terminado en tercer lugar al finalizar la temporada, pues la diferencia final con Williams fue de 22 puntos.

De los 65 puntos cosechados por el británico David Coulthard, quien acabaría segundo en la temporada, 20 los obtuvo el McLaren MP4-16 2001 número 4. Sumemos los cuatro ganados por Mika Häkkinen, quien lo condujo hacia el podio del Gran Premio de Canadá antes de que el coche entrara, con una última oportunidad trunca en el medio por el retiro de Coulthard en Alemania, en su etapa de monoplaza de reserva.

Pero, volviendo a Austria, el británico rompió con todo pronóstico, menos con el pronóstico del clima. En la clasificación no pudo con el viento en contra, lo que le produjo a su número 4 la inestabilidad trasera suficiente para caer al octavo lugar en la parrilla de largada. Como sigue ocurriendo en la actualidad, una entrada al pit lane precisa y en el momento indicado puede llevar a ganar carreras. Eso hizo Coulthard ese domingo 13 de mayo. Se priorizó el ritmo antes que los neumáticos y paró en boxes después de que lo hicieran los Ferrari. El overcut funcionó y el McLaren ganó por 2,2 segundos.

Hoy, este McLaren que valió en su momento un Gran Premio y un segundo puesto en la era dorada de Ferrari, presenta configuración de exhibición. Aquellos 24 puntos se traducen ahora en casi un millón y medio de euros, cifra a la que su propietario pretende venderlo, pero lo cierto es que el motor que lleva es un motor de prueba y, de momento, no está en condiciones de ser manejado. En las fotos de archivo de Sotheby’s aparecen momentos de sus carreras más gloriosas. Allí lo vemos a Coulthard, con el puño en alto en Austria, todavía adentro de su McLaren MP4-16 2001, un coche, dicho sea de paso, diseñado por Adrian Newey.