Coche del día: Ford Sierra 2.0i S DOHC

Coche del día: Ford Sierra 2.0i S DOHC

Más potencia y menores consumos gracias a un motor totalmente nuevo


Tiempo de lectura: 3 min.

El Ford Sierra 2.0i S DOHC, aparecido a finales de los 80, reemplazaba al modelo de la misma denominación y que, si hacemos caso a la prensa de la época, tenía un motor algo anticuado y necesitaba uno más moderno para ser realmente un coche competitivo. El Sierra 2.0i S de 1989, en teoría, solucionaba ese “pequeño” escollo con un propulsor con inyección, más caballería y sobre todo, mejores consumos.

Para reemplazar al Ford Taunus, la compañía norteamericana puso en circulación el Sierra, un coche que, quizá, llegó al mercado demasiado diferente a lo que había –y a lo que tenía en Ford–, al menos estéticamente, y costó algo de tiempo que los usuarios lo aceptaran. Pero, aunque su imagen era bastante innovadora, el resto del coche era muy tradicional y en algunas ocasiones, suponía un pequeño lastre.

Sin embargo, la combinación de imagen diferente y técnica tradicional no salió mal del todo, aunque también es cierto que el Ford Sierra pasó por dos cambios de imagen. El primero llegó algo después del inicio de comercialización, en 1987, y centró muchos cambios en el frontal, uno de los principales apartados que recibieron más críticas. No obstante, no todo fue estético, pues ese cambio de imagen también trajo consigo otras cosas, como motores más eficientes, como el “dos litros” con doble árbol de levas e inyección, un propulsor que le sentó la mar de bien.

El propulsor, de nuevo desarrollo, mejoraba la curva de par, pero sobre todo, los consumos, una queja recurrente de los propietarios de un Ford Sierra 2.0i S

Ford Sierra 2 0i S

Corría el año 89 y Ford ponía en liza el Sierra 2.0i S –a veces, se le añade las siglas DOHC, Doble Overhead Cam o bien el apelativa Twin Cam, para diferenciarlo de la primera generación–, una versión que se posicionaba entre las más interesantes por su equilibrio general y por un precio que la prensa definía como “verdaderamente interesante”. Una tarifa que arrancaba en 2.275.000 pesetas, 13.673 euros de 1989.

El motor era totalmente nuevo, con bloque de fundición de hierro, taqués hidráulicos, nuevos pistones y bielas, cigüeñal de fundación modular… Una serie de cambios que buscaban reducir fricciones un 40% y mejorar la eficiencia en un 25%. Tenía 1.998 centímetros cúbicos –cotas cuadradas, 86 milímetros para diámetro y carrera de los pistones–, encendido electrónico, válvulas en V a 40 grados, inyección Bosch L-Jetronic y compresión 10,3:1, para rendir 125 CV a 5.600 revoluciones y 17,7 mklg a 2.500 revoluciones. Por supuesto, el cambio, manual de cinco relaciones, enviaba la potencia a las ruedas traseras, donde, curiosamente, había unos frenos de tambor…

Había 10 CV más que en la generación anterior y según la revista Autopista –número 1.567–, las prestaciones son bastante mejores, al igual que la velocidad punta. No obstante, también decían que la principal mejora era la curva de par y la forma de entregar la potencia, así como el consumo, que cifraron en 8,9 litros cada 100 kilómetros de media.

La velocidad máxima del Ford Sierra 2.0i S DOHC era de 192 km/h, mientras que los 400 metros con salida parada los completaba en 17,12 segundos, los 1.000 metros en 10,23 segundos y alcanzaba los 100 km/h en 10,23 segundos.

Créditos imagen de cabecera:
CC-BY-2.0 / Flickr images reviewed by FlickreviewR / Photographs by Spanish Coches
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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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