Un homenaje aplicado con maestría: El ejemplar del Aston Martin Vantage Le Mans 2000 que nos recuerda la perfección de su interior

Un homenaje aplicado con maestría: El ejemplar del Aston Martin Vantage Le Mans 2000 que nos recuerda la perfección de su interior

Una breve crónica introductoria, el repaso de la concepción de esta edición limitada y apreciaciones sobre esta unidad vendida en los últimos días


Tiempo de lectura: 5 min.

Es la última edición del siglo y no es una más. El Salón del Automóvil de Ginebra se despide hasta el milenio entrante y lo hace con lanzamientos que prometen, trayendo a escena novedades varias. Sin antes dejar un diseño inolvidable, inconfundible e inspirador para las próximas décadas –en los años noventa no hubo zaga que supere a la suya–, el Ferrari F355 se oficialmente convierte en modelo del pasado cuando el 360 Módena, pionero en la construcción integral para un Cavallino de producción en serie, aparece en Palexpo ante el público del 69° encuentro. En el stand de Audi, tras el debut de su versión coupé meses atrás, el TT exhibe la versión a cielo abierto, con dos arcos antivuelco que no pasan desapercibidos y un chasis reforzado. Es la opción Roadster, que entrará en el mercado en agosto. Ahora bien, lo que ocurre en la zona Porsche se comprobará como un punto de inflexión hacia el futuro de la compañía. Sale a la luz la primera generación del que será todo un sinónimo de éxito: el Porsche 996 GT3.

En todo ese panorama automotriz, parte de lo que propone la casa de Gaydon se basa en nostalgia, tributo y legado. Aston Martin aprovecha para conmemorar una fecha por demás especial de su único triunfo –lo seguirá siendo 25 años después– en Las 24 Horas de Le Mans. En 2022 será la musa inspiradora de la moderna barchetta de Aston Martin, el DBR22, pero, de momento, el laureado DBR1 1959, aquel que Carroll Shelby supo llevar a la posteridad, es homenajeado por una edición limitada de antología en la historia del Vantage. A 40 años de aquella victoria en la Sarthe, una producción de apenas 40 unidades: el Geneva Motor Show 1999 le da la bienvenida al Aston Martin Vantage V600 Le Mans.

En el stand del fabricante británico hay gran expectativa por el lanzamiento del DB7 V12 Vantage y su equivalente convertible, el DB7 V12 Vantage Volante. Con la renovada fórmula mecánica de los doce cilindros y su elevado aumento de potencia con el que ahora llega a 420 caballos en sustitución de los seis en línea que generaban 340 CV máximos, ambos DB7 desembocan en Ginebra y demuestran ser versiones destinadas a exclusivos clientes. Su construcción a mano y el hecho de que cada uno lleve la firma del ingeniero a cargo hacen de estos Vantage dignos coches de colección. Lo que sucede con el Le Mans, sin embargo, está a otro nivel.

Aston Martin Vantage V600 Le Mans (2)

Una verdadera máquina del tiempo: Aston Martin Vantage V600 Le Mans

El recuerdo de esta edición limitada no me ha surgido sin razón alguna aparente. ¿El motivo concreto? La reciente venta por subasta de uno de aquellos 40 ejemplares. ¿Pero de qué trataba el V600 Le Mans? Un deportivo basado, a mi criterio, en una de las eras del Vantage más soberbias. El V8 se mantuvo debajo del capó, pero su carrocería adquirió rasgos más abultados, una radical caída al sector trasero y un morro que le terminó por dar un aspecto comparable al de los más recientes muscle cars de combustión americanos. Me refiero al Virage y al V8 Coupé, una saga dentro de la cual el Vantage prolongó su ciclo comercial durante los ’90 y fue, de hecho, la expresión más potente. Debido a la doble sobrealimentación de su V8 5.3, las 280 unidades del Vantage coupé y las nueve del Volante contaron con 550 caballos (558 CV). ¿La expresión más potente? De los de serie, pues a esta versión conocida como V550 se le destinaba un paquete que lo llevaba hasta los 600 caballos (608 CV): sí, el V600.

La fórmula de los dos compresores al V8 también incluía un intercooler y un sistema de gestión electrónica del motor, pero el V600 Le Mans recibió un tratamiento final cuando retornó a fábrica luego de sus 40 entregas. El resultado fue una potencia máxima de 612 CV. En otras palabras, el coche de carretera más potente hasta ese entonces. Su exclusiva configuración no se limitaba al poder de su retocado V8. Observen los lados en las fotos de este V600 Le Mans. ¿Les suenan las ventilaciones ubicadas detrás de las ruedas delanteras? Un evidente guiño a las del DBR1. Al respecto, Aston Martin hizo del interior una sensacional máquina del tiempo. El diseño de sus instrumentos es prueba de ello y constituye gran parte de su esencia.

Vendido en Londres a comienzos de noviembre a un valor de 314.375 libras –unos 375.000 euros al tipo de cambio actual–, este ejemplar es el 37° V600 Le Mans 2000 de los 40 fabricados y, lo que lo hace más exclusivo, uno de los 18 con volante a la derecha. Su carrocería luce una pintura Bowland Black y se congenia con unas llantas de magnesio de cinco radios. Eso sí, no crean que en estos 25 años le escapó a los servicios de mantenimiento. Una visita al departamento Aston Martin Works derivó en una reconstrucción de su motor y en la aplicación del tapizado en cuero Magnolia con ribetes negros en contraste que actualmente posee y que, debo decir, qué bien le sienta en fusión con los instrumentos. ¿Le dará su nuevo propietario un mayor uso que el registrado en su odómetro? ¿Será su aceleración de 0 a 100 en 3.9 segundos un estímulo para ir mucho más allá de los 16.000 kilómetros que ha recorrido desde que salió de fábrica?

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Mauro Blanco

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