No te pierdas el Renault Clio V6 Trophy que se ha imaginado un diseñador británico

No te pierdas el Renault Clio V6 Trophy que se ha imaginado un diseñador británico

El coche es muy radical, bastante más que el original


Tiempo de lectura: 4 min.

El Renault Clio V6 levantó, en su día, muchísima expectación. Era algo así como una reinterpretación del mítico “Culo gordo”, el Renault 5 Turbo, pero sin caer en rediseños ni en tendencias como las actuales, que dan la impresión de una enorme falta de imaginación por parte de los fabricantes. Eran un coche con carácter, con imagen y con prestaciones, aunque hoy día parezca poca cosa con sus 230 CV iniciales, o con los 255 CV que tuvo su segunda generación.

A simple vista era un coche, como se suele decir, gordo, se veía potente, radical, deportivo… No había nada similar en el mercado y no tuvo réplica por parte de ningún fabricante. Fue una de las muchas idas de olla que tenía Renault antaño y, seamos sinceros, fue una idea de olla genial. Ojalá mantuvieran esa forma de actuar, pero las condiciones del mercado de hoy no son las mismas que entonces.

De todas formas, el Renault Clio V6 es, sin lugar a dudas, un coche de culto como lo es el Renault 5 Turbo, o al menos está muy cerca de serlo, pues como aquel, es tan descabellado que solo verlo pasar ya deja sin palabras a muchos aficionados. Quizá por eso, entre otras cosas, todavía en un coche que centra atenciones en redes sociales y también entre diseñadores, como ha ocurrido con Khyzyl Saleem, un diseñador británico que ha dejado volar la imaginación y ha dado forma a un Renault Clio V6 bastante atrayente. No obstante, Saleem se ha centrado en la versión de competición, en el Clio V6 Trophy de la primera generación del modelo.

El Renault Clio V6 se fabricó entre 2000 y 2005, es decir, las primeras unidades del Culo gordo del siglo XXI han cumplido más de 20 años, que se dice pronto, aunque mantiene el mismo impacto visual que tenía en su momento. No tanto en cuanto a prestaciones, hay coches mucho más veloces actualmente, pero no con la misma esencia y la misma imagen.

Su versión de competición, el Clio V6 Trophy, como buena máquina de carreras, estaba completamente vació por dentro y su motor se potenció hasta los 285 CV, nada mal para un coche que apenas llega a los cuatro metros de largo –3,80 metros exactamente–. Medidas y datos de potencia que Saleem no ha modificado en su trabajo digital –el motor, en todo caso, sería teórico, obviamente–, pero ha sabido como radicalizar y el coche hasta el extremo.

Lo primero que llama la atención del trabajo de Saleem es la nula altura con respecto al suelo, claramente enfocado a circuitos, para después, dirigir la mirada al frontal, mucho más ancho, con entradas de aire de nuevo diseño y de enormes proporciones, así como nuevas entradas de aire en los laterales de los faros que se amplían ligeramente por encima de los mismos.

 

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El ensanche al que ha sometido al coche es notable, se aprecia claramente en las aletas y sobre todo en la parte trasera, donde las cosas cambian mucho más que en ningún otro lado. Ahí, pocas cosas tienen que ver con el modelo original, donde un difusor de gran tamaño hace acto de presencia, al tiempo que se aplica un nuevo diseño al paragolpes, que reduce su tamaño y recibe un elemento aerodinámico que abarca desde el mismo difusor hasta el alerón superior –y que deja las ruedas traseras casi al descubierto–, que por cierto, es igualmente enorme.

La verdad es que resulta de lo más interesante y absolutamente radical, mucho más que el Clio V6 Troohy original. Pero claro, la libertad que da el mundo digital no es la misma que se encuentra en los productos que tienen que ir dirigidos a las tiendas. Es cierto que en un coche destinado a circuito, hay consideraciones que no afectan al diseño, pero el tema de costes es bien diferente y no siempre se puede hacer lo que se quiere.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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