Si echamos un vistazo hacia atrás en el tiempo, veremos que antes las cosas eran bastante diferentes. Por un lado, la vida comercial de los diferentes modelos era de lo más variable, por otro, los fabricantes generalistas, en ocasiones, ofrecían coches bastante interesantes en segmentos que ahora sería impensable. Por ejemplo, ¿os imagináis a Opel en el segmento “ejecutivo”, donde militan los Audi A6 o BMW Serie 5? Pues en la década de los 80 tenía un coche destinado a ese segmento y no le envidiaba nada a nadie.

Hablamos del Opel Senator, un modelo que se lanzó en 1978 y que estuvo a la venta durante más de una década, ¡más de una década! ¿Qué coche moderno está más de 10 años a la venta? No obstante, para la ocasión, nos vamos a quedar con el Opel Senator aparecido en 1982, con el restyling, y en especial, con el Opel Senator 3.0 E, la versión más prestacional de la gama, pues ofrece una imagen muy particular de lo que ofrecían algunas marcas hace 40 años. De hecho, el Senator, además de un motor de tres litros, también tenía en la gama propulsores de 2,5 y 2,8 litros, es decir, motores grandes –grandes en Europa, claro–.

El Opel Senator fue uno de los primeros coches de importación que llegaron a España cuando la transición democrática aliminó el proteccionismo al que había sido sometido el país por el dictador Franciso Franco. Era un coche muy grande y con una buena presencia, que, para hacernos una pequeña idea, cuando llegó al mercado, revistas como Auto Zeitung, lo compararon con coches como el Mercedes 280 SE y el BMW 730. Es decir, mucho más que un sedán ejecutivo y durante los primeros compases de su vida comercial, el coche fue un auténtico éxito de ventas. El restyling de 1982 apareció poco después de la segunda crisis del petróleo iniciada en 1979.

Con respecto al Opel Senator 3.0 E, se trataba de la versión más prestacional de la gama y que compartía motor co el Opel Monza, que no era otra cosa que la versión coupé del Senator. El motor era un seis cilindros en línea de 2.968 centímetros cúbicos con culata –de hierro– con 12 válvulas, es decir, un motor tradicional y sin complicaciones, pero también fiable. Estaba colocado en posición longitudinal, unido a una caja de cambios manual de cuatro relaciones –luego fueron cinco– que enviaba sus 180 CV a 5.800 revoluciones y los 248 Nm entre 4.200 y 4.800 revoluciones al eke trasero. No era un coche tremendamente rápido, o no lo es a través de nuestros ojos “modernos”; pues anunciaba 196 km/h de velocidad máxima, un 0 a 100 km/h en 10,5 segundos, 400 metros con salida parada en 17 segundos y el kilómetro también con salida parada en 31,2 segundos.

El Opel Senator 3.0 E, además de potente para comienzos de los años 80, también era un coche muy tradicional, y muy grande. Alcanzaba los 4.828 milímetros de largo, 1.728 milímetros de ancho y 1.410 milímetros de alto, mientras que el peso, para su tamaño, era muy contenido: 1.370 kilos. Es evidente que se trata de un tipo de coche que Opel no volverá a tener en catálogo nunca más. Y de tenerlo, será toda una sorpresa.