Salido de la mano de Giorgio Giugiaro, este especialísimo BMW Nazca M12 tenía un precio de partida de casi 2.500.000 euritos de hoy. Ni Giorgio ni su hijo Fabrizio escatimaron esfuerzos ni medios materiales para conseguir una máquina que luciría con toda dignidad el logo de BMW en su frontal. Este Nazca de Italdesign Giugiaro se desarrolló con total libertad, sin ningún tipo de limitaciones.
Su corazón era el mismo del BMW 850i (E31), una garantía de prestaciones extraordinarias. Sus 12 cilindros se comportaban de una manera casi mágica en el M12, pero lo cierto es que no sufrió ninguna modificación. Lo que sí le hacía único era su chasis de fibra de carbono, un cambio ZF y unos frenos y suspensiones cercanos a los de un Fórmula 1. Todo este compendio de tecnología se concentraba en 1.100 kg.
No tenía nada que envidiar a las mejores creaciones de BMW Motorsport. Se diseñó pensando en sacar pequeñas series de él, pues tenía medios económicos para ello, aunque se quedó como un prototipo único
Recordemos que el BMW M1 fue la primera creación de BMW Motorsport, diseñado también por Italdesign Giugiaro. El estudio de diseño tenía claro cuál era su verdadera actividad, que no era otra que la de ofrecer diseños increíbles e inimitables, así que decidió dejar de lado la producción. Sus dimensiones eran una longitud de 4.364 mm, una anchura de 1.990 mm y una altura de 1.105 mm, con una batalla de 2.601 mm.
El chasis estaba realizado en fibra de carbono y solo pesaba 50 kg. También se utilizó este material en la carrocería, poniendo como ejemplo la parte delantera, con solo 7 kg de peso, o las puertas, con 10 kg cada una. Estos componentes de fibra de carbono eran obra del fabricante italiano Belco Avia. En la parte delantera se anclaba un subchasis de aluminio con la misión de absorber la energía en caso de impacto, deformándose en caso de accidente. Su Cx era de 0,26.
El habitáculo estaba cuidadosamente realizado, con piel que cubría los componentes de aluminio y fibra de carbono; esta última solo se veía en la parte inferior del marco de las puertas, con sistema de apertura de alas de gaviota. El aire acondicionado eclipsaba el sonido del motor -necesario por la existencia de un techo de cristal que solo filtraba el 30 % de los rayos solares situado detrás del conductor-, visible a través de un cristal de separación.
Continuamos encontrando materiales sofisticados en otras partes del coche, como los discos de los frenos y los soportes de las ruedas, fabricados en Ergal, una aleación utilizada en aeronáutica. Los frenos eran terriblemente eficaces, de la casa Brembo, autoventilados y con perforaciones transversales, con un diámetro de 335 mm, cuyos bombines estaban fabricados en material cerámico. Los neumáticos eran unos impresionantes Goodyear de medidas 235/40 delante y 295/35 detrás, montados sobre unas llantas Momo fabricadas en magnesio.
No tenemos apenas información del esquema de suspensión; sabemos que iba montada sobre rótulas, lo que se traducía en un aislamiento mínimo de las irregularidades, transmitiéndose las vibraciones al chasis de fibra y de este al volante, que había que sujetar con fuerza.
La dirección era muuuy directa, con tan solo una vuelta y media de tope a tope, con lo que con una simple insinuación del volante se inscribía en todo tipo de curvas como si fuese sobre raíles. Si añadimos la respuesta casi insultante del motor a cualquier régimen, la provocación para conducir en modo piloto estaba servida.
El BMW Nazca M12 contaba con ABS y sistema antipatinamiento, pero su puesta a punto era tan buena que podía conducirse pilotarse sin estar activados. Su cambio manual se manejaba con gran rapidez, pero el espacio interior era tan exiguo que no había sitio para el pie izquierdo a causa del voluminoso paso de rueda.
No hemos hablado apenas del motor, un bloque de 12 cilindros en V en posición central longitudinal y 5 litros de cilindrada (4.988 cm3). Llevaba un árbol de levas en cabeza (SOHC) con dos válvulas por cilindro y entregaba una potencia de 300 CV a 5.200 RPM, con un par motor máximo de 449 Nm a 4.100 RPM. Era de aspiración natural -atmosférica- y alimentado por inyección.
De todas formas, los incondicionales de los productos de BMW Motorsport no les hubiese gustado que este Nazca M12 hubiese llegado a la producción, pues se alejaba de la línea de lo que nos ofrecía la casa bávara, otra razón por la que no pasó de ser un prototipo.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS