Aunque no existe un sonido demasiado elevado para los entusiastas de la gasolina, a todos nos gusta una melodía sonora y llamativa. Para el que no, que disfrute de las carreras de los eléctricos. Eso es algo que en especial se cumple entre los propietarios de coches japoneses, siendo la línea de escape el primer punto a cambiar. Sin embargo, no siempre se puede ser tan ruidoso, y por por eso en lugares como Nürburgring, este Mazda RX-7 ha sido prohibido.
Lógicamente, este RX-7 está sustancialmente modificado. Más allá del kit de carrocería, las llantas forjadas Volk TE 37 que envuelven un juego de gomas semi-slick y el enorme alerón detrás, el coche cuenta con un sistema de escape que genera más de 130 decibelios. Para que te hagas una idea, el umbral del dolor para el oído humano es una intensidad de 120 dB (un martillo neumático genera 130 dB y un avión a reacción durante el despegue un máximo de 150 dB). Circular el “modo incógnito” no es una posibilidad.
La tercera generación del biplaza de Hiroshima acoge bajo su capó un motor rotativo de dos rotores y 1,3 litros (13B-REW). Con la ayuda de dos turbocompresores secuenciales, podía generar inicalmente 255 CV de potencia a 6.500 RPM y 294 Nm de par a 5.000 RPM. Bien, resulta que ese bloque fue reconstruido y modificado para que entregase más de 400 CV y sonara prácticamente como una nave espacial ascendiendo a la estratofera. Dicho y hecho, y con todas mis alabanzas a su dueño (@khn_fd en Instagram).
El propietario de este RX-7 (FD) eliminó el doble turbo secuencial y pasó a montar una única turbina para generar 400 CV transmitidos íntegramente al eje posterior
A muchos nos encantaría replicarle y poder gozar de la melodía de ese Mazda RX-7, pero resultó ser demasiado para Nürburgring. Y es que nadie que conduzca un vehículo que produzca más de 130 dB puede ingresar a la famosa pista de carreras. Es exactamente por eso por lo que fue prohibido después de solo dos vueltas. Era demasiado ruidoso cuando Misha Charoudin, entusiasta del mundo del motor, circulaba a toda máquina por el Infierno Verde mientras el propietario sonreía cual crío en víspera de Navidad.
Como para no hacerlo, pues aún desde el lado del copiloto es puede vivir una experiencia visceral. Y es que el Mazda RX-7 siempre ha sido uno de los favoritos de los preparadores y amantes de la conducción deportiva. Es un coche equilibrado, de tracción trasera, ligero (en torno a 1.225 kg) y, en general, es bastante fácil de llevar rápido mientras entiendes cuál es la diferencia entre un coche que puede ir rápido, y uno en el que sientes que tú eres rápido. Como suelo decir, se trata de sensaciones, no de velocidad pura.
Misha Charoudin es un entusiasta de los coches nacido en Rusia, crecido en los Países Bajos y residente Nurburg. Te puedes imaginar que se sabe de memoria cada curva del circuito
El velocímetro de este RX-7 marca solo hasta 180 km/h, pero es, obviamente, mucho más rápido que eso. ¿Cómo lo sabemos? Alerta de spoiler: algunos BMW y Porsche tuvieron que quitarse del camino. Esa decisión de marcar velocidad tan bajas en vehículos de más de 250 CV sigue el mismo “pacto de caballeros” nipón de la década de 1990, para no incitar a la gente a correr cada vez más. De todas formas, más de 30 años después de su debut, el RX-7 sigue siendo un coche para disfrutar como pocos los han hecho.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS