Mientras los grandes grupos automovilísticos se han consolidado mediante procesos de fusión entre iguales o adquisiciones, la Alianza Renault Nissan Mitsubishi funciona de otra manera. Renault tiene acciones de Nissan, Nissan de Renault y de Mitsubishi. Están entrelazados y relacionados, pero siguen siendo fabricantes independientes aunque jueguen en cooperativo. Son como un triángulo amoroso, se quieren, pero tienen sus roces.

Cerrando especulaciones sobre el futuro de la Alianza y la salud de la misma, hoy se ha emitido un comunicado de prensa conjunto. Los tres socios van a trabajar de forma que cada dólar, yen o euro funcione de forma más eficiente. En otras palabras, las nuevas medidas buscan mejorar la competitividad, a la vez que reducirán la competencia entre ellos.

“Las tres compañías de la Alianza cubrirán todos los segmentos y tecnologías de vehículos, en todas las zonas geográficas, en beneficio de cada cliente, al tiempo que aumentan su respectiva competitividad, rentabilidad sostenible y responsabilidad social y medio ambiental”, declaró Jean-Dominique Senard, presidente del Consejo de Administración de la Alianza y de Renault hasta el 1 de julio, cuando le sucederá Luca de Meo.

Bajo el nuevo modelo de cooperación se aumentará la estandarización, es decir, menos plataformas y más modelos. En cada segmento de mercado habrá un modelo “líder” de un fabricante, que tendrá sus derivados en los restantes, los “seguidores”. Renault será el referente en Europa, Rusia, Sudamérica y África del Norte. Nissan lo será en China, Norteamérica y Japón. A Mitsubishi le dejan el predominio en Sureste Asiático y Oceanía.

Sin profundizar demasiado en detalles, el comunicado nos da ejemplos de esta operativa. Renault será el fabricante de referencia para el segmento B-SUV europeo, mientras que en el C-SUV lo hará Nissan. Nissan y Mitsubishi colaborarán en Japón en los kei cars. Así, en 2025, la mitad de los modelos de la Alianza se habrán desarrollado bajo este esquema. Vamos, es aplicar básicamente la filosofía que ya se aplica con vehículos comerciales.

Así esperan reducir hasta el 40 % las inversiones necesarias por cada modelo

A nivel tecnológico, Mitsubishi seguirá siendo la referencia en segmento C/D con motorizaciones híbridas. Nissan se especializará en conducción autónoma, conectividad en China y vehículos eléctricos puros. Por su parte, Renault liderará las versiones híbridas en plataformas CMF-A/B y lo referente a la arquitectura eléctrica y electrónica, además de Android Auto.

Todavía no sabemos las implicaciones que tendrá esto en lo referente a fábricas, sabiendo que Renault ha obtenido un respaldo de 5.000 millones por parte del Gobierno de Francia en el que se incluye no seguir deslocalizando producción gala, fomentar el impulso del coche eléctrico, etc. A Nissan solo le queda una fábrica en Europa, la de Barcelona, y la de Sunderland (Reino Unido) ya está oficialmente fuera por el “Brexit”. Y a Nissan le sobra capacidad de producción para lo que vende.

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La segunda lectura de este comunicado es que vamos a ver quizás menos diferencias entre los modelos de la Alianza, manteniendo sus “culturas y legados”. Dentro de Renault tenemos que añadir a Dacia, Lada y Alpine, colgando de Nissan seguirá Infiniti, mientras que Datsun está ya a la espera de que le desconecten la respiración artificial; segundas partes no siempre fueron buenas.

En cuanto a qué hará Nissan, la conferencia de resultados del año fiscal 2019/2020 comenzará a las 9:00 (hora peninsular), y entonces sabremos qué va a pasar con la planta de Barcelona. Mientras tanto, el Gobierno de España está tratando in extremis de salvar la planta con este razonamiento: mantenerla abierta supondrá 300 millones de euros de inversión, chaparla les va a costar 1.000 millones de euros. Una de dos, o se deshacen de Sunderland, o de Barcelona.

Respecto a Renault, habrá otra conferencia el viernes a las 10:00, en ella presentarán un plan de reducción de 2.000 millones de euros en costes fijos durante los próximos tres años.