A la fábrica de Ferrari en Maranello la llaman “la fábrica de sueños”, no en balde, de allí salen algunos de los coches más deseados y carismáticos del mundo. No podemos negar que Ferrari es diferente, es una empresa especial, cuyos coches con auténticas joyas de la automoción que, por desgracia, se pasan más tiempo guardados en garajes y colecciones particulares que circulando por carretera siendo exprimidos hasta la última gota.

Nunca entenderemos que alguien se compre un coche, en este caso un Ferrari, pensando única y exclusivamente en la inversión económica que supone. Quizá nos pueda más la pasión que la razón, o puede que no sepamos entender que la inversión económica inherente a un Ferrari, sobre todo si es una edición especial, es más importante que el disfrute de una máquina única.

Sin embargo, sí entendemos cuando un vehículo es una rareza por sí mismo, siendo ya un coche especial de por sí. Por eso, ahora, estás viendo una pareja muy especial, dos coches que ya son especiales por sí mismo, pero que en esta ocasión lo son mucho más, por el simple hecho de tener un color diferente. El Ferrari F50 y el Ferrari Enzo se vendieron en su mayoría de color rojo, pero hubo quien los solicitó en color “Giallo Modena”, que es, por si alguien no lo sabe, el segundo color más popular de Maranello.

Ferrari F50, solo 31 unidades en “Giallo Modena”

El Ferrari F50 llegó al mercado como la continuación de la saga iniciada por el Ferrari F40, la celebración del aniversario de la compañía por todo lo alto. El Ferrari 288 GTO puede considerarse miembro de tan exclusiva estirpe de “Ferrari especiales”, pero su motivo de existencia es otro bien distinto, sin nada que ver con el aniversario de la marca. El Ferrari F50 si celebraba el aniversario de la firma, concretamente el 50 aniversario, como bien indica su denominación.

Fue la última vez que se empleó esa forma de llamar a los modelos “aniversario”, y también fue el último en emplear un cambio manual. Se podría decir que el Ferrari F50 fue uno de los últimos superdeportivos analógicos y para puristas, sin electrónica, sin cambio automático, sin dirección asistida… ¡ni siquiera tiene elevalunas eléctrico! Un coche que en su día fue criticado por no ser más rápido que el McLaren F1, pero que en realidad tenía otra intención: trasladar la tecnología y la experiencia adquirida en Fórmula 1 a la calle. Es más, su motor derivaba del empleado en un Fórmula 1, ¿Qué más se podía pedir?

Ese motor era un V12 atmosférico de 520 CV y 470 Nm de par, era un joya mecánica con un sonido espectacular, del que solo se hicieron 349 unidades, de las cuales, solo 31 estaban pintadas de color “Giallo Modena”, es decir, amarillo. Es muy común ver un F50 rojo, es el color de Ferrari y el más popular y en ocasiones, el único disponible. También es relativamente común ver un Ferrari F50 de color negro, aunque también se hicieron muy pocos, pero no es tan corriente ver uno de color amarillo.

Ferrari Enzo, 39 de ellos salieron en “Giallo Modena”

Para el 60 aniversario de la compañía del Cavallino Rampante, es decir, para reemplazar al F50, en Ferrari había preparado algo especial, algo que pondría a Ferrari por delante de todos sus rivales en cuanto a capacidades, prestaciones y diseño. Durante mucho tiempo, a lo largo de su desarrollo, se le llamó Ferrari F60, pues era el nombre lógico que todos esperábamos, pero finalmente se llamó Ferrari Enzo y dejaba viejo y lento al F50 de un plumazo.

El diseño era realmente fuera de lo normal, casi una nave espacial obra de un japonés que trabajaba en Pininfarina, el señor Ken Okuyama (quien, por cierto, también dio forma al Honda NSX de la primera generación, al Ferrari 599 GTB Fiorano o al espectacular Maserati Birdcage 75th). Pero el Ferrari Enzo no era solo diseño, era tecnología, era prestaciones y era, nuevamente, Fórmula 1. Si de algo ha presumido siempre la casa de Maranello, es por su conexión directa con la F1 y por llegar a convertirse en un mago de la aerodinámica y la electrónica.

Con el Enzo, esos apartados llegaron a un nuevo nivel, que se veía reforzado por otro V12, pero en este caso, con 660 CV y 657 Nm de par, que lo lanzaban hasta los 350 km/h. Actualmente puede parecer que no destaca por potencia o prestaciones, pero en su momento, en el año 2003, era un compendio de prestaciones y tecnología, el coche a batir que se las tuvo que ver con máquinas como el espectacular Porsche Carrera GT. Y al igual que ocurre con el F50, ver una unidad en amarillo resulta bastante raro, pues solo se fabricaron 39 ejemplares de un total de 400 coches.

Ambas unidades están a la venta a través de DK Engineering, una empresa británica que está considerada como uno de los mayores especialistas en Ferrari del mundo. No han publicado precios, pero podemos estar seguros que no serán precisamente baratos.