A partir de mañana se podrán ver en las gasolineras de toda Europa un nuevo etiquetado de los combustibles basados en gasolina, gasóleo y en estado gaseoso, con el motivo de facilitar su comprensión en cualquier rincón del continente a pesar del pifostio lingüístico que hay. Además, los vehículos de nueva comercialización también tendrán dicho etiquetado. No está previsto repartir etiquetas para los vehículos que ya están en circulación.

El marcado no sustituye las marcas comerciales de cada gasolinera, y convivirá un tiempo con las denominaciones a las que nos habíamos acostumbrado, como “95 octanos” o “Stargas”. Para más información, visita www.fuel-identifiers.eu.

Conviene irse familiarizando con estas etiquetas. Pueden parecer confusas, pero hasta un niño puede distinguirlas en cuestión de segundos:

Gasolina

Los más viejos del lugar sabrán la diferencia entre la gasolina normal y la súper, o la sin plomo y la con plomo. Hoy día también hay diferencias en gasolinas, principalmente por el grado de etanol que contienen. Sí, la gasolina viene mezclada con una porción de bioetanol con la idea de reducir las importaciones de petróleo. Nos habíamos acostumbrado a diferenciarlas por el octanaje o RON.

Los combustibles basados en la gasolina tendrán tres marcados con un círculo: E5 (95 % de gasolina y 5 % de etanol), E10 (90 % de gasolina y 10 % de etanol) y E85 (15 % de gasolina y 85% de etanol). Más de uno se sorprenderá al ver que en el manual de instrucciones de su coche se permite repostar hasta un 10 % de etanol sin romper nada ni degradar el rendimiento.

El E85 se reserva para las motorizaciones Flexifuel, que tienen adaptaciones mecánicas para funcionar sin problemas con una mayor cantidad de biocombustible, entre sus diferentes propiedades fisicoquímicas y un octanaje de hasta 103 RON. Es un combustible difícil de encontrar una vez desaparecieron las subvenciones, ya que el consumo en litros aumenta notablemente -el poder energético por litro es menor- y la diferencia de precio no merece la pena.

Gasóleo

En segundo lugar hay tres marcados de gasóleo: B7 (93 % de gasóleo y 7 % de ester metílico de aceite de colza), B10 (90 % gasóleo y 10 % de biodiésel) y XTL (gasóleo sintético). Da igual que sea gasóleo normal o “del caro”, el B7 lo admite cualquier motor. Proporciones mayores de biocombustible pueden estar prohibidas por el fabricante, conviene leer el manual de instrucciones.

La idea no es nada estúpida, teniendo en cuenta que hay gente que ha llegado a echar gasolina a un diésel por el típico “es que va muy suave”. Al revés, el boquerel del gasóleo no cabe en uno de gasolina.

Combustibles gaseosos

Respecto a los combustibles gaseosos, son hidrógeno (H2), gas natural comprimido (CNG), gas licuado de petróleo o autogas (LPG) y gas natural licuado (LNG). Con este marcado se evitará cualquier confusión debido al idioma en lugares tan dispares como Islandia, Serbia o Lituania, aunque equivocarse al repostar sea en la práctica bastante difícil.

Por lo tanto, que no cunda el pánico, el etiquetado no implica ningún cambio en los propios combustibles, simplemente se aclaran un poco más sus diferencias y facilitan la vida al consumidor.