El nuevo Hyundai Elantra dio sus primeros pasos allá por el mes de marzo, en pleno estado de alarma en España por la pandemia de COVID-19. Lo hacía con un diseño rompedor, llamativo y potente, aunque con algunos detalles como los pliegues de las puertas, que resultan un tanto exagerados y poco equilibrados con el resto del coche.
Olvidando este tipo de cosas, la nueva generación del Elantra, que por si alguien no lo recuerda, nunca llegará a Europa, supone un paso al frente, e incluso dos, respecto a la anterior generación del modelo. Es una imagen clara del camino que lleva el grupo Hyundai y cómo evoluciona su producto gracias a las diferentes incorporaciones, como el diseñador Luc Donckerwolke, o gracias a sus sucesivos desarrollos como las mecánicas híbridas y eléctricas que emplean algunos modelos.
Donde también está trabajando con ahínco la firma surcoreana es en su vertiente deportiva, tanto en las versiones deportivas, adornadas siempre con la letra “N”, como en los acabados y versiones aspiracionales, que se centran en una imagen más dinámica y agresiva, las cuales reciben el apelativo de N Line. Una forma de trabajar que siguen muchas marcas como Ford con los ST y ST-Line, Audi con las versiones S y S-Line o Peugeot con los GT y GT-Line.
Este Hyundai Elantra N Line no es simple maquillaje
Mientras que en Europa tenemos los Hyundai i30 N e i30 N Line, los Hyundai Tucson N Line e incluso el Hyundai i10 N Line, en Estados Unidos podrán disfrutar del nuevo Hyundai Elantra N Line. A falta de saber si habrá alguna versión con el motor de los i30 N y Veloster N (que tampoco llega a Europa), la adopción de este acabado supone la opción más deportiva para este sedán de origen coreano y vida americana. Una opción que va más allá de un simple maquillaje, como ocurre en algunas ocasiones.
Este tipo de versiones suelen distinguirse por ser mero adorno, una variante que se centra principalmente en lo estético y en el equipamiento, pero que deja el resto intacto. No es algo que ocurra siempre, pero suele ser la receta general empleada. En el caso del Hyundai Elantra N Line, que según el comunicado oficial, está diseñado para brindar una mayor diversión de conducción. Así, los cambios efectuados afectan al chasis, además del equipamiento y por supuesto, su imagen.
Los ingenieros han trabajado en el conjunto de la suspensión, la cual tiene ahora un tarado más firme y un grupo multibrazo trasero. Los rotores de freno son más grandes en las ruedas delanteras y la dirección se ha recalibrado. Las llantas tienen 18 pulgadas y se añaden algunos detalles interesantes, como levas para el cambio automático detrás del volante y nuevos asientos deportivos N.
Bajo el capó solo se puede escoger el motor 1.6 turbo de 203 CV y 265 Nm de par, asociado al cambio automático antes mencionado, que ofrece siete relaciones con doble embrague, o bien a un cambio manual que tiene en este caso seis marchas. Un motor ya conocido en América por usarse en el KIA Soul Turbo y en el KIA Forte GT.
Equipamiento específico aunque sin alardes
Hyundai también ha creado un catálogo de componentes “aftermarket” para potenciar la deportividad de sus coches que se denomina, como cabe esperar, N Performance. Aquí se pueden encontrar multitud de elementos para personalizar el nuevo Hyundai Elantra N Line. Algo que si el comprador se lo puede permitir, sería interesante ya que su personalización no es excesiva y quizá un toque más “guerrero” le sentaría bien.
No obstante, la carrocería no está falta de cierto atractivo, que se adereza con detalles en negro brillante y un difusor trasero. En el interior tampoco hay exceso de detalles, aunque el resultado es atractivo gracias a las costuras en color rojo, al volante de tres radios (mucho más deportivo que el equipado en el resto de la gama) y por unos pedales metálicos. De serie lleva la pantalla pequeña, pero se puede equipar una de mayor tamaño de 10,25 pulgadas.
La instrumentación también puede ser totalmente digital y no falta la conectividad con Android Auto y Apple CarPlay o los asistentes a la conducción como el sistema para evitar colisiones frontales, la ayuda al mantenimiento de carril, asistente para luces o la advertencia de vehículo en el ángulo muerto o atención del conductor.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS