Navegando por la página web de Ford hace unos días, curiosamente, me di cuenta de que el Mustang de cuatro cilindros ya no estaba dentro de la gama del fabricante estadounidense. Francamente, pensé que se trataría de un error en el configurador, pero no, resulta que la firma del óvalo azul ha dejado de comercializar su coupé más icónico con cuatro pucheros en el mercado europeo. ¿Sorpresa? Tal vez no tanto.
“Ford ha dejado de comercializar el Mustang 2.3 EcoBoost en Europa desde finales del año pasado”, dijo un portavoz a Carscoops. Cuando la sexta generación del Mustang debutó en 2015, lo hizo con la intención de ser, por primera vez en sus 50 años de historia, un vehículo global. En el Viejo Continente, su mayor problema siempre ha sido el tener que dar de beber a un sediento motor de seis u ocho cilindros. Desafortunadamente, a este lado del charco el zumo de dinosaurio es sensiblemente más caro.
Por este motivo, la firma de Detroit anunció que, junto con el tradicional corazón V8, habría disponible una opción de cuatro cilindros turboalimentada con el fin de convencer al pueblo europeo que podía tener un muscle car con unos consumos moderados y prestaciones más que aceptables para su imagen, y claro, un precio de salida más atractivo. Sin embargo, ese que añora un Ford Mustang desde la niñez, no quiere un cuatro cilindros turboalimentado, sino un burdo V8 atmosférico de gran cilindrada.
A nivel musical, el motor 2.3 EcoBoost tampoco emite un sonido capaz de hacer frente al de su hermano mayor, razón por la cual el sistema Active Noise Control crea un sonido artificial a bordo
Un servidor ha criticado en muchas ocasiones la existencia de un moto tetracilíndrico en el Mustang, puesto que no considero que represente el espíritu original del coche. Porque no fue creado para ser “eco” ni discreto, sino para hacer mucho ruido y despertar los instintos primarios del entusiasta de la combustión interna. Podríamos decir que es la aspiración al “sueño americano” de los petrolheads europeos. Y así parece que lo han corroborado todos los que han comprado uno en los últimos años.
Y a pesar de que el mercado europeo es mucho más exigente en términos de consumos, el bloque de 2,3 litros no ha dejado impresionado a nadie. Inicialmente con 317 CV y 432 Nm, y tras el lavado de cara de 2018 con 290 CV y 440 Nm, las prestaciones del coupé de Michigan eran tan apropiadas como aceptables sus consumos; en su última evolución hacía el sprint de 0 a 100 km/h en 5,8 segundos y marcaba una velocidad máxima de 233 km/h, siendo el consumo homologado de 8,9 l/100 km (WLTP).
El Ford Mustang EcoBoost ya no figura en los sitios web oficiales de la marca en Alemania, Italia, España y Francia, y es posible que también se haya retirado de otros países europeos
Aún así, el público europeo ha preferido el V8, que aunque es más sediento, también es más suave y consigue captar la esencia del concepto muscle car. Como resultado, Autocar afirma que el 15 % de los Mustang vendidos en el Reino Unido se han equipado con el bloque de cuatro cilindros desde su aterrizaje en 2015. “Los recursos ingenieriles han de priorizarse en todos los modelos, equilibrando su popularidad, cumplimiento de emisiones y contribución de CO2”, dijo un portavoz a la editorial británica.
Leyendo entre líneas, el Mustang V8 también podría desaparecer de la gama europea cuando la normativa Euro 7 sacuda la industria automotriz con un objetivo casi inasumible de alcanzar en materia de emisiones. La regulación aún no está escrita en papel, pero los fabricantes y las asociaciones comerciales la denominan una “prohibición de facto” de los vehículos movidos por combustibles fósiles. Si en 2021 la Euro 6d limita a 80 mg/km de óxidos de nitrógeno (NOX), en 2025 deberían de caer a 30 mg/km.
Hasta que suceda lo inevitable, el Mustang más asequible en Europea seguirá vendiéndose bajo la apariencia “GT” en forma de coupé o de descapotable y únicamente con motor V8. Próximamente, desembarcará desde América del Norte el nuevo Mach 1, el cual promete ser tan bueno y eficaz como el Shelby GT350 que aquí no pudimos disfrutar. Todos ellos se pueden escoger con una transmisión manual de seis relaciones o una automática de 10 que, como no podría ser de otra manera, canaliza la energía del “Coyote” a las ruedas traseras.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.Hace dos años tuve la suerte de conducir durante una semana el V8 y entiendo perfectamente porqué los compradores lo prefieren respecto al ecoboost. En Europa el ecoboost tenía sentido sobre el papel, por el coste de la gasolina, pero está claro que en general quien se gasta más de 40mil en un coche puede permitirse gastarse dinero en darle de beber más aún tratándose como se trata de todo un icono automovilístico. Desgraciadamente la próxima generación seguramente será híbrida y aunque mejorará prestaciones perderá sensaciones, aún recuerdo ese sonido del 5.0 coyote al arrancar, al pisar el acelerador… Que… Leer más »
Y también influye en algo que los coches nuevos se los compra quien se los compra… quien tiene una estabilidad, unos ingresos, una seguridad… y el cliente típico del cuatro cilindros andará pelado y tendrá que irse a algo más modesto. Habría que ver cómo se habría vendido el Mustang 2.3 en los felices años del ladrillo.
Totalmente de acuerdo, en esos años se vendían coches premium con motorizaciones de acceso como churros, se habría vendido bien, pero esa realidad ya no existe, y cada vez es un esfuerzo mayor para la clase media la compra de un coche con lo que estos coches caros de miembro quedan para bolsillos muy holgados que no van precisamente a la gama de acceso. Quizá el renting puede dar salida a los premium de acceso, pero en el caso concreto del Mustang no es un modelo de renting típico. Ford parece que lo ha tenido claro con esta decisión.