Cuando la firma del óvalo presentó el nuevo Ford Focus ST a principios de este año sabíamos que sería uno de los compactos con más espíritu RACER del mercado. Ahora, la compañía ha presentado una variante aún más completa, el Ford Focus ST Sportbreak. Una puesta a punto deportiva para aquellos que buscan practicidad y sensaciones al volante.
Al igual que la vertiente de cinco puestas, el Ford Focus ST Sportbreak tiene dos opciones mecánicas a elegir: un gasolina 2.3 tetracilíndrico turbo capaz de desarrollar 280 CV y 420 Nm, o un turbodiésel de 2 litros con 190 CV y 400 Nm. El motor de gasolina puede combinarse con un cambio manual de seis velocidades o con una automática de siete, mientras que la vertiente movida por gasóleo solo obtiene la caja manual.
El propulsor de gasolina es capaz de cubrir el 0 a 100 km/h en 5,8 segundos, una décima más lento que el hatchback del que deriva. El diésel es capaz de cubrir el mismo registro en 7,7 segundos. Sí, este segundo no ofrece las mismas capacidades que el primero, pero sí que logra unos consumos mucho mas frugales: 7,9 l/100 km para el gasolina frente a 4,8 l/100 km de los que logra el diésel.
El Focus ST Sportbreak conserva los distintos modos de manejo seleccionables, los asientos firmados por Recaro, el diferencial electrónico de deslizamiento limitado, ajuste automático de revoluciones (punta-tacón) y suspensión trasera independiente. Básicamente, es solo una versión estirada del compacto con más espacio en la parte posterior; la capacidad del maletero es de 608 litros para ser exactos.
También se incluye una dirección un 15 % más directa que en el resto de la gama Focus y una suspensión de corte deportivo. El Ford Focus ST Sportbreak se sitúa 10 milímetros más bajo que cualquier otro modelo de la gama, y los amortiguadores son un 20 % más firmes en la parte delantera y un 13 % en la parte posterior. Un kit estético más agresivo y unos neumáticos Michelin Pilot Sport 4S ponen la guinda al pastel.
El nuevo Focus ST Sportbreak estará a la venta este mismo verano, aunque por ahora no hay una fecha concreta de comercialización ni tampoco precio. Lo que sí sabemos es que en el mercado británico partirá de una tarifa de 30.595 libras para el diésel (34.975 euros) y 33.095 libras para la vertiente de gasolina (37.830 euros).
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS