Un madrugador comunicado de prensa conjunto del Grupo PSA y Fiat Chrysler Automobiles nos cuenta más información sobre su plan de fusión. Primero de todo, es un paso importante, pero la fusión no es un hecho ni mucho menos. Está en fase de estudio, si bien se han sentado las bases para dicha fusión.

Los consejos de administración de ambas empresas han dado luz verde para una fusión entre iguales (50/50), dando instrucciones a sus respectivos equipos para finalizar las negociaciones y dar lugar a un memorándum de entendimiento (MoU) en las próximas semanas. Aún esto se puede parar, así que no hay que vender la piel de oso antes de cazarlo.

En principio la fusión no contempla el cierre de fábricas. Si se juntan los datos de 2018, tenemos que PSA-FCA (o FCA-PSA) tendría un volumen de 8,7 millones de vehículos, cuarto fabricante mundial después de Renault Nissan Mitsubishi, Volkswagen y Toyota. Contarían con varias marcas en prácticamente todos los segmentos que hay. Su fuerza laboral combinada es de 400.000 personas.

La facturación conjunta sería de 170.000 millones de euros, con un beneficio operativo de más de 11.000 millones de euros sin tener en cuenta a las empresas asociadas de componentes, Faurecia (PSA) y Magneti Marelli (FCA). Las sinergias pueden ahorrar un total de 3.700 millones de euros cada año por compras conjuntas y desarrollos comunes.

En el plazo de cuatro años se alcanzarían el 80 % de esas sinergias, y ese proceso costaría un total de 2.800 millones de euros. Los accionistas de Grupo PSA y Fiat Chrysler Automobiles tendrían a partes iguales el 50 % de la nueva empresa. Previo a la fusión, FCA dará un dividendo especial de 5.500 millones de euros a sus accionistas, y PSA dará a los suyos el 46 % de Faurecia. Así queda todo equilibrado.

En cuanto al futuro consejo de administración, más de lo mismo. Contará con 11 miembros, cinco nominados por FCA, incluyendo a su actual CEO, John Elkann, y otros cinco por PSA. El director ejecutivo del grupo resultante será Carlos Tavares, actual CEO de PSA, y también formará parte de dicho consejo de administración. Estará al frente de su cargo cinco años. Tavares ha salvado de la ruina a PSA, que tocó fondo hace siete años.

Todo esto que habéis leído es una propuesta, insistimos. De momento se salva el escollo del Gobierno de Francia, ya ha dado el visto bueno al plan de fusión. El ministro galo de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, declaró en un comunicado: “Esta operación responde a la necesidad del sector automovilístico de consolidarse para afrontar los desafíos de la movilidad del futuro. Permitirá la creación del cuarto grupo automovilístico mundial”.

¿Y de cuántas marcas hablamos?

FCA aporta las generalistas/deportivas Abarth, Chrysler, Dodge, Fiat, Jeep y SRT con las marcas Premium Alfa Romeo y Lancia (aún), la de lujo Maserati, y en vehículos comerciales Fiat Professional y RAM. PSA, por su parte, tiene cuatro marcas generalistas, Citroën, Opel, Peugeot y Vauxhall (integran sus vehículos comerciales), y la Premium DS. Podemos meter también en el saco a Mopar (FCA) y Free2Move (PSA).

Es de esperar que las sinergias se estrechen mucho en vehículos comerciales, pero también en turismos, tanto la generación puente entre los térmicos y eléctricos puros, como las de finales de década, que deberían estar ya todos electrificados. También habría notables sinergias tecnológicas, especialmente en vehículos autónomos.

Al parecer las marcas no competirán entre ellas y aprovecharán para reforzar su presencia en los mercados donde son más fuertes, FCA tiene más pisada en América, PSA en Europa. Tendremos más información según se vayan conociendo los detalles del MoU. Una cosa está clara, el mapa de alianzas con otros fabricantes, como Toyota, tendrá que ser reconfigurado a futuro.