A finales de los años 90, SEAT parecía estar más fuerte que nunca y prometía un futuro de lo más interesante. Por aquellos años, la marca apuntaba a convertirse en uno de los puntales deportivos del Grupo Volkswagen, gracias a lanzamientos como el SEAT León, que destacó por su comportamiento y a la presentación de coches como el SEAT Fórmula, uno de los prototipos más atractivos de la marca en muchos años. De hecho, el Fórmula levantó una enorme expectación, con toda clase de rumores y especulaciones que nunca llegaron a convertirse en realidad.
El SEAT Fórmula se presentó en el salón de Ginebra de 1999 y sorprendía por un despliegue significativo en todas sus áreas. Lucía una espectacular figura y un concepto nunca visto en la marca, ni por entonces ni nunca, porque se quedó ahí y no se volvió a dar forma a nada similar. Era un roadster radical, destinado al disfrute al volante sin compromisos, con un habitáculo casi desnudo, donde el centro de todo era el conductor. Además, esa idea se potenciaba porque su carrocería no disponía de techo y era relativamente pequeño, con una longitud de 3,94 metros, una anchura de 1,75 metros y una altura de 1,15 metros.
Durante los años 90 y los primeros compases del nuevo siglo, SEAT estuvo muy activa en el ámbito deportivo y cada propuesta que se presentaba era más interesante que la anterior. No debemos olvidar que en el mismo salón de Ginebra que la marca dio a conocer el espectacular Fórmula, también mostró el Toledo Cupra Concept, el coche que adelantó el León Cupra 4. Eso provocó que muchos pensaran en una edición limitada del SEAT Fórmula, algo que nunca había realizado la marca y que, tal y como estaban las cosas, podría, incluso, haberse convertido en realidad. La marca española, en aquellos años, parecía comerse el mundo.
Sin embargo, el Fórmula se quedó en prototipo y todos los quedamos con las ganas de ver un SEAT tan radical y deportivo. No obstante, seguramente, su paso a producción habría supuesto algunos cambios. Por ejemplo, la carrocería del concept car estaba fabricada con fibra de carbono y estaba montada sobre un chasis tubular fabricado con aluminio. Las suspensiones eran de paralelogramo con el conjunto muelle-amortiguador colocado on board y el motor era un cuatro cilindros 2.0 turbo situado en posición trasera central, capaz de rendir 240 CV –era el motor del SEAT Córdoba WRC pero “descafeinado”–, que le permitían acelerar hasta los 100 km/h desde parado en 4,8 segundos y de alcanzar los 235 km/h. Además, prometía sensaciones de competición, porque estaba acoplado a un cambio automático con levas en el volante y los asientos, sin apenas mullidos, eran más propios de competición. En la zaga escondía un alerón que se accionaba a partir de los 50 km/h.
El Fórmula fue uno de los mejores trabajos de Walter da Silva en SEAT, junto al mencionado Toledo Cupra Concept y junto al genial SEAT Tango. Posteriormente, da Silva dio forma al SEAT Salsa, que adelantó el nuevo lenguaje de diseño de la marca y coches como el SEAT Altea o el SEAT León. Después de su presentación acabó en la famosa nave 122, donde la marca guarda todos sus proyectos, aunque se dejó ver en el año 2015, en ClassicAuto de Madrid y en el AutoRetro de Barcelona.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS