Coche del día: SEAT Toledo Cupra Concept

Coche del día: SEAT Toledo Cupra Concept

Nunca llegaría a producción, pero su diseño y su conjunto motor-transmisión acabó dando vida al León Cupra 4


Tiempo de lectura: 3 min.

El SEAT Toledo de la segunda generación, conocido por el código 1M como la primera generación del SEAT León –no en balde, el León no es más que un Toledo “sin culo”–, es posiblemente uno de los mejores coches que la marca española ha puesto en circulación en toda su historia. También, como el León 1M, es uno de los coches más queridos por los fanáticos de la marca y además, uno de los primeros coches sobre los que trabajó Walter da Silva cuando recaló en la firma de Martorell.

Allá por 1999, con motivo del salón del automóvil de Ginebra, la marca presentó un prototipo que nunca llegó a convertirse en un modelo de calle, pero que sentó las bases para las versiones más deseadas del SEAT León: el León FR y el León Cupra. SE presentó como SEAT Toledo Cupra Concept y con solo mirar las fotos, muchos reconocerán en sus formas al SEAT León Cupra 4, aquella rara versión del León con el V6 de Volkswagen con 204 CV y tracción total, cuya imagen acabó adoptando posteriormente el León FR 1M. Tanto los paragolpes como las taloneras acabaron montados en las mencionadas versiones del compacto español, pero se estrenaron con el Toledo Cupra Concept.

Walter da Silva llegó al Grupo Volkswagen desde Alfa Romeo, tras haber dado forma, entre otras cosas, al genial Alfa Romeo 156. Cuando fichó por VAG, se le encomendó la misión de renovar la imagen de SEAT, dando forma a una generación de modelos que no gustó a todo el mundo. Se le criticó un poco por sus trabajos en SEAT después de haber creado cosas como en mencionado modelo de Alfa, sin olvidar al Alfa 147, al Alfa 166 o a los Alfa Romeo 145 y 146, aunque se lució con otras creaciones como el bellísimo SEAT Tango que, por desgracia, tampoco llegó nunca a producción.

seat toledo cupra concept (2)

El SEAT Toledo Cupra Concept es anterior a los SEAT Salsa y Tango, prototipos que aparecieron en el año 2000 y en el 2001 respectivamente. Era un trabajo sobre un diseño de Giorgetto Giugiaro y ciertamente, supo como darle este toque que le faltaba al modelo. Destacaba especialmente el color rojo cereza, las grandes llantas de 18 pulgadas o el escape en posición central. Su habitáculo, a excepción del selector del cambio, acabó también en los León Cupra 4 y León FR, caracterizado por montar asientos deportivos, esferas para la instrumentación con fondo blanco, volante específico, pedales metálicos y una consola central en tono plateado.

Bajo el capó se escondía el VR6 en su última evolución, un seis cilindros de 2.771 centímetros cúbicos, que desarrollaba 204 CV a 6.000 revoluciones y 280 Nm de par a 3.200 revoluciones, acoplado a un cambio manual de cinco relaciones y al sistema de tracción total. El mismo motor que montaba, efectivamente, el Cupra 4. Las cifras no eran malas: 238 km/h, 7,5 segundos para el 0 a 100 km/h, todo con un peso de 1.305 kilos.

SEAT hizo dos unidades, ambos diferenciados por el logotipo, pues la segunda iteración del prototipo montaba el emblema que estrenó la marca poco después. Ambos desaparecieron del mapa a pesar del enorme éxito que tuvieron en cuanto a crítica y opciones del público. Diversas situaciones de aquellos años, como el auge de los monovolúmenes o la caída de venas de los sedanes del segmento C –el Toledo no era un sedán como tal, pero si estaba muy cerca por su portezuela trasera–. El lanzamiento del SEAT León también paralizó el posible desarrollo de una versión de producción, pues significaba la entrada de la marca española en uno de los segmentos más competidos de Europa.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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