Al igual que muchas compañías en estos días, BMW tiene una ambiciosa estrategia de electrificación. Para 2023, planea lanzar una docena de nuevos coches totalmente eléctricos. Pero como dejar de fumar, no es algo que se suela hacer de la noche a la mañana. Y por suerte para los aficionados, BMW tiene pensado continuar ofreciendo motores de combustión interna durante, al menos, 30 años más.

El fabricante alemán cree que existe una demanda de una amplia gama de sistemas de propulsión y las arquitecturas deben ser lo suficientemente flexibles como para cumplir con las regulaciones de emisiones más estrictas, al tiempo que satisfacen los cambiantes deseos de los clientes. “Una arquitectura flexible es la mejor solución para los próximos cinco a 10 años, pero si el mundo se vuelve completamente eléctrico, desarrollaremos arquitecturas dedicadas”, explicó Klaus Fröhlich, jefe de I + D de BMW, a Automotive News Europe.

“La mejor suposición es que los vehículos electrificados representarán del 20 al 30 % de las ventas mundiales para 2030, pero con una distribución global muy diversa. […] Sin embargo, nuestros motores diésel de cuatro y seis cilindros permanecerán durante al menos otros 20 años, y nuestras unidades de gasolina durante al menos 30 años”. Algunos se han apresurado a calificar este movimiento como absurdo, pero no lo es absoluto.

Los coches que funcionan con baterías han avanzado mucho en los últimos años, pero todavía estamos muy lejos de ver un vehículo cargado con suficiente energía para cubrir más de 300 kilómetros en cinco minutos. Ahí es donde los motores de gasolina o diésel aún reinan. BMW, como muchos otros fabricantes de automóviles, gasta mucho dinero en inversión, y es de agradecer que parte del total se destine al desarrollo de motores de combustión interna.

En un primer paso hacia la eliminación total de los automóviles movidos por mecánicas térmicas, las personas comenzarán a adoptar a los híbridos a mayor escala. Luego, para los coches de alto rendimiento, los motores V12 y V8 serán reemplazados por unidades de seis y cuatro cilindros en línea de 3 y 2 litros respectivamente con algún tipo de electrificación, porque eso es lo que pedirá el mercado. Un motor que haga ruido siempre animará a los entusiastas, pero tendremos que ir haciéndonos la idea de que no será mediante cilindradas altas.

“Es posible que el V12 no tenga futuro dado que solo producimos unos pocos miles de unidades cada año, y los varios miles de euros de coste adicional que se necesitan para cumplir con las normas de emisiones más estrictas”, maniestó Fröhlich a la publicación estadunidense. “Cuando se trata del V8, ya es difícil crear un negocio sólido para mantenerlo vivo, dado que tenemos una unidad híbrida enchufable de seis cilindros que ofrece 441 kW (600 CV) suficiente par para destruir muchas transmisiones”.

Lo último que escuchamos acerca del motor de 12 cilindros de BMW es que se quedaría, como poco, hasta 2023, debido a la alta demanda del bloque en el Medio Oriente y Asia. Nos sorprendería si durara más a juzgar por las tendencias actuales. En cuanto a sus V8, bueno, siguen siendo un gran activo en la línea de la compañía, especialmente en sus modelos firmados por M. Tenemos curiosidad por ver dónde termina la compañía cuando llegue el 2050.

Según Fröhlich, los híbridos probablemente representarán hasta uno de cada cuatro coches vendidos en Europa, mientras que los diésel y de gasolina representarán más de la mitad.  “En Europa hay renuencia a saltar directamente a los BEV (eléctrico puro), por lo que los híbridos enchufables son la solución correcta. Esperamos que estos últimos representen hasta el 25 % de las ventas europeas, la gasolina y el diesel tendrán más del 50 % y el resto serán BEV”, dijo.