El SEAT León se presentó a finales de los 90, concretamente en septiembre de 1999, durante la celebración del salón del automóvil de Frankfurt. Era un derivado del SEAT Toledo, al que había quitado el pequeño tercer volumen para convertirlo en el primer “auténtico” compacto de la marca y en uno de los mayores éxitos que ha puesto en circulación la firma española. El León se convirtió en algo fuera de lo normal, se vendía todo, incluso aquella miserable versión con motor 1.4 gasolina de 75 CV.
Año tras año, el SEA León copaba las listas de ventas de la compañía y se convertía, con sus versiones FR, en el rival a batir. Sin embargo, casi desde el primer día, los aficionados y la prensa especializada, aclamaban por una carrocería de tres puertas. En aquellos años, las carrocerías con tres puertas –dos laterales más el maletero, recordad– todavía tenían su hueco en el mercado y el SEAT León llegó al mercado únicamente con una carrocería de cinco puertas. Es más, esa carrocería de cinco puertas fue la única disponible durante sus dos primeras generaciones. Volkswagen nunca dio el visto bueno al desarrollo de una opción adicional, ni con menos puertas ni de tipo familiar, muy seguramente, por miedo a que fuera capaz de pisarle ventas al Volkswagen Golf.
Hubo que esperar hasta la tercera entrega del modelo, presentada en 2013, para ver por fin una versión con carrocería de tres puertas. Era el SEAT León SC –por Sport Coupé– y apenas variaba sus cotas con respecto al SEAT León “de toda la vida”, con una batalla 35 milímetros más corta y una altura con 12 milímetros menos. Es decir, buscaba una imagen ligeramente más deportiva y además, podía ser hasta 500 euros más barato que la variante de cinco puertas. Se fabricaba en Martorell, en Barcelona.
Según algunas publicaciones, el SEAT León SC era una de las mejores opciones del segmento por agilidad, estabilidad y sensaciones al volante. Por lo general, el León siempre ha sido algo más dinámico y deportivo que el Golf, aunque en apartados como el nivel de acabados o el equipamiento, el alemán siempre ha ido un paso por delante. Volkswagen se empeñó siempre en marcar las distancias entre ambos modelos, cuando habría sido mejor buscar un hueco para cada modelo en el mercado y dedicarse a vender unidades como churros.
Cuando se puso en circulación contaba con muchos rivales, todos los compactos contaba con carrocería de cinco puertas y si no eran todos, había muy pocos que no la tenía, como era el caso del León en sus dos primeras generaciones. El Renault, por ejemplo, había transformado la carrocería de tres puertas del Mégane en un modelo realmente atractivo, casi un coupé –la propia Renault lo denominaba Coupé– que tuvo muy buena acogida. Citroën había retirado del mercado en 2010 su C4 Coupé, que fue un coche realmente interesante y Volkswagen, además del Golf de tres puertas, tenía en catálogo el Scirocco, que resultó ser un coche con unas buenas ventas a pesar de su mayor precio y su talante más deportivo. Sin olvidar, por supuesto, la segunda generación del Opel Astra GTC. Es decir, cuando apareció el primer SEAT León con carrocería de tres puertas, el León SC, no tenía las cosas fáciles en el mercado.
Por supuesto, contó con versiones FR y CUPRA. La primera versión ya estaba empezando a perder su esencia y a ser un “simple” acabado, mientras que la segunda siempre fue la variante más prestaciones y llegó a contar con 300 CV.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS