En los años 90, los compactos todavía dominaban las ventas en Europa y se posicionaban como los pilares básicos de los fabricantes generalistas. Bien visto, tenía bastante lógica, porque los compactos ofrecían un espacio aprovechable y un buen aplomo en carretera, con un tamaño exterior relativamente contenido. Los compactos eran, por así decirlo, los coches para todo y se notaba en las tiendas y en las propias marcas, que invertían muchísimo en su desarrollo.
Por entonces, el Volkswagen Golf ya se había convertido en el referente y el resto de marcas no tuvieron más remedio que copiar su fórmula, pero obviamente, cada una a su estilo. Así nacieron algunos modelos más que interesantes, como el Peugeot 306. El 306 llegaba al mercado para reemplazar al Peugeot 309, uno de esos exitazos de la firma francesa, aunque representado por un concepto que tenía los días contados. El Golf obligó a estandarizar, por así decirlo, el segmento de los compactos, ya no se volverían a ver carrocerías con un pequeño tercer volumen como el del 309, o el Ford Escort, por ejemplo, todo sería en formato hatchback con tres o cinco puertas, y en alguna ocasión, carrocería sedán, familiar y descapotable.
Es curioso como en los años 90, los compactos llegaron con infinidad de carrocerías, para luego eliminarlas del catálogo a pesar de las buenas ventas que se obtenían. El Peugeot 306 era precisamente de esos modelos, cuyo catálogo abarcaba toda clase de carrocerías. Concretamente, el compacto francés tenía tres y cinco puertas, sedán, familiar y descapotable. En Renault se llegó un poco más lejos, ya que también se sumó una carrocería monovolumen, aunque Renault es un caso aparte, pues siempre fueron un poco a su ritmo.
Fue Pininfarina quien se encargó de dar forma al Peugeot 308 y el resultado, como cabe esperar, tuvo una buenísima acogida. De Pininfarina fue la idea de alargar los faros delanteros y otorgarle esa “mirada felina”, que fue la base de Peugeot durante algunos años. Llegó incluso a los 406. Pininfarina también le otorgó unas formas básicas muy reconocibles, con unos paneles de carrocerías bastante lisos y unos volúmenes muy proporcionados. Era la visión básica de lo que se entendía como un compacto, y el público acudió en masa a las tiendas.
El Peugeot 306 se presentó en el salón de Ginebra de 1993 en carrocería de tres y cinco puertas. El sedán apareció en 1994, junto al descapotable, que también fue diseñado por Pininfarina –era, quizá, una de las versiones más bonitas del modelo–. Estéticamente podía rivalizar con el Volkswagen Golf e incluso con el mismísimo Alfa Romeo 145, aunque como modelo francés, pecaba de asientos blandos, aunque tenía una puesta a punto realmente equilibrada.
No faltaron las versiones deportivas, por su puesto, con el Peugeot 306 S16 con 158 CV y el deseado Peugeot 306 GTi con 167 CV. También representó a la marca en rallies con la brutal versión kit car, el 306 Maxi.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS