El Peugeot 207 1.6 THP 155 CV era el 207 más potente y rápido de la gama, con el permiso de la versión RC de 175 CV, que desapareció sin dejar rastro. Estaba ya a punto de ser sustituido por el 208, por lo que contaba ya con una imagen anticuada, pero no por ello dejaba de ser un gran coche. Se comercializó dese el año 2010 hasta el 2015 y reemplazó al 207 GT 1.6 THP de 150 CV.
El puesto de conducción resultaba amplio, cómodo y con una elevada sujeción lateral gracias a sus grandes pétalos laterales. La visibilidad era bastante buena, sin carencias importantes, como un pilar A bastante grueso y unos retrovisores situados en una posición más baja de la habitual, aunque de tamaño correcto, que ofrecían una buena visión. Una correcta iluminación venía ofrecida por unos faros halógenos.
Esta versión montaba el conocido propulsor de gasolina turboalimentado de 1.6 litros de cilindrada (EP6 DT), que entregaba 156 CV. Su buena fama venía dada por sus bajos consumos, baja sonoridad y una potencia muy aprovechable
Todo este cóctel ofrecía un auténtico devorador de kilómetros en un coche muy cómodo. Era un motor muy progresivo, sin la típica patada turbo. Su régimen ideal estaba entre los 1.400-5.800 RPM, margen donde mostraba toda su contundencia y poderío; por encima de este régimen desfallecía de forma evidente.
Era un propulsor de cuatro cilindros en línea en posición delantera transversal, cuatro válvulas por cilindro, con el bloque y la culata fabricados en aluminio. La distribución portaba dos árboles de levas en la culata, y la alimentación era por inyección directa, turbo e intercooler. Los 156 CV los entregaba a 6.000 RPM, y el par máximo era de 240 Nm a 1.400-4.000 RPM.
Las asépticas cifras de prestaciones oficiales nos decían que tenía una velocidad máxima de 216 km/h, dedicando 8 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h. Más interesante nos resultaban las sensaciones, con una elogiable rapidez acelerando y alcanzando las velocidades legales en un respiro, al igual que los adelantamientos, que se realizaban en un visto y no visto.
El corte de la inyección era sobre las 6.500 RPM, siendo totalmente inútiles las últimas 500 vueltas, pues lo único que íbamos a conseguir ruido y un maltrato innecesario de la mecánica. Con todo era un motor excelente, cercano en comportamiento a su hermano mayor RC de 175 CV. Exprimiendo con cabeza este propulsor por carreteras sin tráfico y de confianza sorprendía lo que daba de sí la caballería bajo el capó.
La caja de cambios era manual, de seis relaciones, bien escalonadas entre sí, con una sexta bastante larga para relajar el motor en autopistas/autovías, pero con empuje de sobra para moverse en ella fuera de las vías rápidas. El tacto de la palanca era el típico pastoso de los coches franceses, aunque a su favor hay que mencionar que las marchas entraban con suavidad y sin excesiva fuerza. El pomo era de aluminio, lo que significaba abrasarse la mano en verano y congelarse en invierno.
Su equipo de frenos estaba a la altura, con discos ventilados de 283 mm delante y macizos de 249 mm detrás. El tacto del pedal era contundente, pues frenaba con fuerza desde la primera presión, sin necesidad de pisar con exceso para obtener una buena frenada. Traía ABS de última generación, y sistema de ayuda de emergencia a la frenada, que dotaba de mayor presión al sistema, haciendo más eficaz la frenada y recortando las distancia de frenado.
El control de tracción ASR era de serie en el acabado Allure, minimizando las pérdidas de tracción. Con este acabado se primaba el confort, pero sin descuidar el dinamismo. La suspensión era enérgica, manteniendo los balanceos de la carrocería a raya; su esquema era McPherson delante y rueda tirada con elemento torsional detrás. Solo en curvas lentas se podía deslizar la zaga si forzábamos la trayectoria, pero con un agarre excelente gracias a unos neumáticos 205/45/17 Pirelli PZero Nero –opcionales- de compuesto blando; con ellos se agarraba como una lapa al firme.
El ESP también era de serie en el acabado Allure. Era muy poco intrusivo, permitiendo llevar el coche bastante suelto, pero actuaba de forma muy rápida, colocando al coche en su sitio en un suspiro. Se podía desconectar de forma manual, pero a partir de 50 km/h se activaba automáticamente. Todos estos elementos convertían a este Peugeot 207 en un vehículo cómodo y estable.
Su calidad de rodadura era envidiable, por los aspectos que comentábamos antes -comodidad, bajo consumo y nivel sonoro reducido-. Por autopistas ofrecía un nivel de comodidad comparable al de una buena berlina. A una velocidad de 100 km/h se obtenía un consumo de 6 l/100 km, un valor considerablemente bajo. Por ciudad, medio donde más a gusto se encontraba, este consumo subía hasta los 9 l/100 km.
Su carrocería de tres puertas no facilitaba mucho el acceso a las plazas traseras, y estaba homologado para cinco plazas, con sendos reposacabezas y cinturones de seguridad. El maletero contaba con 270 litros, lo justito para un fin de semana. Para nuestra seguridad llevaba hasta seis airbags repartidos por el habitáculo, obteniendo en su día cinco estrellas EuroNCAP en la protección de ocupantes y cuatro estrellas en protección infantil.
Esta versión prestacional del Peugeot 207 era una opción muy interesante para aquellos que buscaban un compacto de tres puertas que aunaban prestaciones, comportamiento y un consumo aquilatado, acompañado de un elevado grado de confort y equipamiento, con unos niveles de calidad mejorados sobre productos anteriores, válido para todo uso. Su precio era de 20.000 euros en acabado Allure en el año 2011, algo menos de 22.000 euros de hoy.
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NOTA: las imágenes corresponden al 207 RC, no hubo imágenes de prensa del 1.6 THP de menor potencia
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...A mi personalmente es q el 207 me parecia feo. Con un morro completamente desproporcionado
Es que en diseño el 206 dejó el listón muy alto, aunque pensandolo bien por ejemplo era fácil mejorar al 307 y lo hicieron feo con el primer 308. A mi el 207 tampoco acabó de convencerme
Yo tuve uno del 2007, un GT THP de 150cv.
Estaba enamorado del coche hasta el 2009, cuando se acabó la garantía y empezó a fallar de motor. “Fallo antipolución” precedido de un pitido del ordenador de a bordo que hacía que se me helara la sangre. Se pasaba la mitad del año en el taller. Lo acabé malvendiendo en el 2011 tras haberle cambiado tres veces el kit de distribución y la electroválvula del turbo.
No ha vuelto ni volverá a entrar un PSA en mi casa.
Pues yo aun tengo uno 2008 y anda muy bien
Cómo un par de veces si el fallo de antipolucion a encendido el piloto del tablero
Qué con cambio de bujías bosh y ya
Las bujías se las cambiaba como el que cambia de zapatos. Desde Bosch hasta NGK de platino o de iridio…