Coche del día: Packard Hawk

Coche del día: Packard Hawk

En base era un Studebaker, contando con su propio estreno el episodio final de este prestigioso fabricante


Tiempo de lectura: 4 min.

En la compleja y diversa historia financiera del automovilismo en los Estados Unidos destaca todo lo referido a los Packardbakers. El conjunto de cuatro modelos creados sobre base Studebaker aunque rematados con detalles de la lujosa Packard, aparecidos en la segunda mitad de los cincuenta como fruto de la fusión de ambas empresas en medio de un plan finalmente irrealizado. Sin duda una historia que merece ser contada paso a paso, haciendo además una parada en temas mecánicos como el sobrealimentador montado en el vehículo sobre el cual centraremos nuestra atención: el Packard Hawk de 1958.

Así las cosas, lo mejor será empezar poniéndonos en contexto. Para empezar, debemos entender cómo ambas empresas se movían en segmentos de prestigio. No obstante, Packard resultaba algo más exquisita en sus gamas, mientras que el mayor índice de popularidad disfrutado por Studebaker le otorgaba una competente red de distribuidores. Llegados a este punto, en 1954 Packard inició la compra de Studebaker esperando acceder a toda esa red comercial. A cambio, los de Studebaker – una empresa con mucha más producción – ansiaban encontrar liquidez ya que sus cuentas no se encontraban en el mejor momento.

Con todo ello, de haber salido bien todo esto tenía como fin estabilizar a ambas empresas y, a partir de ahí, lanzarse a un estudiado plan de fusiones bajo el paraguas de la American Motors Corporation. Es decir, reunir a diversas empresas automovilísticas que no estaban pasando sus mejores horas de cara a sanear sus cuentas y entrar a la vanguardia de la industria. Es más, aquellas maquinaciones preveían el superar a Chrysler. Sin embargo, las sorpresas en materia de capital – Studebaker estaba aún peor de lo que había anunciado – así como las sempiternas rencillas propias de toda fusión torpedearon el proyecto desde dentro. De hecho, Packard cerró en 1958, Studebaker en 1967 y la American Motors Corporation llegó a estar bajo el dominio de Renault en los años ochenta.

packard hawk (1)

Dotado con un compresor volumétrico, la potencia de este modelo fue realmente notoria, siendo hoy en día una excelente pieza de colección

Packard Hawk, una especie de alta gama Studebaker

En medio de aquel complejo proceso de fusiones, cierres y creación de nuevas gamas, la planta de Packard en Detroit fue vendida a la aeronáutica Curtiss-Wright. De esta manera, la oferta de Packard siquiera contaba con cadenas de producción donde ser montada. Así las cosas, el plan de saneamiento creado a partir de la unión de las dos marcas estableció usar la denominación comercial Packard como el emblema del grupo, vendiendo bajo la misma unidades Studebaker modificadas en el plano estético, mecánica y de equipamiento para alcanzar así los segmentos más exclusivos.

Es decir, algo similar a lo que ocurre actualmente entre Mercedes y Maybach. Por cierto, con resultados en materia de estilo igual de discutibles pues, aunque actualmente el Packard Hawk cuenta con el encanto que otorga el tiempo a todo vehículos clásico, lo cierto es que en 1958 no fue especialmente bien recibido por los medios especializados. Sea como fuese, lo cierto es que bajo sus líneas repletas de cromados se escondía un Studebaker Golden Hawk 400 con nuevos detalles, un interior de cuero y aluminio con estética náutica y, sobre todo, un nuevo capó más alargado bajo el cual se escondía un compresor volumétrico.

Gracias a este añadido, su motor V8 con 4,7 litros llegaba hasta los 275 CV con un par motor de 547 Nm. Cifras éstas que lo hacían ser el Packard más veloz de entre todos los existentes, plantándose en el mercado como una alternativa seria frente al Ford Thunderbird. No obstante, el Ford no sólo era un modelo más icónico y atractivo, sino también mejor comercializado. Debido a ello, sólo se llegaron a vender menos de 600 unidades. Un dato al que seguro contribuyó la noción pública sobre el inminente cierre de la empresa, con todos los problemas que en materia de atención postventa puede implicar esto.

packard hawk (3)

En sus últimos años, Packard intentó sobrevivir con una compleja estrategia de compras y fusiones que, finalmente, se demostró como un enorme fracaso

No obstante, hoy en día el Packard Hawk alcanza cotizaciones casi el doble de altas que el Studebaker en el cual éste se basa. Algo obvio debido a que, en el mercado de clásicos, la escasez es uno de los valores con mejor traducción al precio. Además, este modelo cuenta como pocos los últimos momentos de una de las empresas más prestigiosas en el mercado estadounidense. De hecho, de los cuatro Packardbakers éste posiblemente sea el más atractivo. Por cierto, con un morro elaborado en fibra de vidrio. Un material que aún estaba en ascuas en materia automovilística durante los años cincuenta.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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