Todos los coches de Lamborghini son, claramente, bastante radiales en cuanto a diseño. Con la característica forma en cuña, que viene de los años 70, de aquel Countach que se basaba en el movimiento Edge Design, los Lamborghini son inconfundibles, incluso el Urus, pero esa línea, esa particularidad de la marca, nunca se ha llevado tan al extremo como con el Lamborghini Egoísta.
El Countach supuso un antes y un después, su influencia en el devenir de la marca fue indudable, y hoy, como ya hemos comentado, todos los coches adoptan las líneas básicas que aquel coche estrenó. Poro el Lamborghini Egoísta es un coche que apenas presenta las inimitables formas de Lamborghini y quizá, sea uno de los coches más radicales de la marca –sin contar con las unidades de competición—.
La existencia del Egoísta se debe al 50 aniversario de la compañía italiana, que se celebró en 2013, momento en el cual, hizo acto de presencia el prototipo. Es un coche muy extremo, se proyectó sin intención de llevarlo a producción y por tanto, no había límites en cuanto a formas y soluciones que influyeran en las ideas que surgieran en el equipo dirigido por Walter da Silva.
El responsable del diseño exterior fue Alessandro Dambrosio y para el interior se optó por Stefan Sielaff. Al parecer, según se contó en su momento, el coche está inspirado en la aviación de combate, más concretamente en el helicóptero Apache, detalles que marcaron claramente la fisionomía del coche e inspiración que, como podemos imaginar, fue de donde salió la forma de acceder al coche.
No hay puertas, el Lamborghini Egoísta no tiene ni una sola puerta. Para acceder al habitáculo, de una sola plaza –por eso se llama Egoísta, porque es un coche solo para una persona, una egoísta que solo quiere disfrutar ella–, hay que hacerlo mediante la cúpula con cristales de tono anaranjado, la cual, se retira hacia delante como si fuera la carlinga de un avión de combate. Además, para llegar hasta el habitáculo, hay que pisar la carrocería –hay una zona donde pone claramente “step here”, básicamente, “pise aquí”–.
Como todo Lamborghini desde hace décadas, el chasis se fabricó con fibra de carbono. El Egosita es un coche funcional, no una simple maqueta, pero nunca se llegó a decir sobre qué coche se basaba, tan solo que tenía un chasis de fibra de carbono y un motor V10 de 5,2 litros atmosférico y 600 CV. De todas formas, el motor nos da una pista sobre que, posiblemente, sea un prototipo creado a partir del Lamborghini Gallardo –todavía no había sido reemplazado por el Huracán cuando se presentó el Egoísta–.
Lo más curioso, si es que se puede decir esto de un coche como este, es que la carrocería, según contó Lamborghini, se fabricó con un material que evitaba ser detectado por los radares. Para ser más exactos, empleaba un material similar al que usan los cazas “invisibles”, los Northrop Grumman B-2 Spirit y Chengdu J-20.
Tras su presentación, fue a parar inmediatamente al museo de la marca y nunca más se ha vuelto a saber del coche.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Pocas veces en un artículo la palabra egoista se ha escrito de tantas diferentes maneras….egosita, eogista……no hay más comentarios, señoría
Intentamos ser originales, amigo Pep XD. Corregido.