El Lamborghini Athon Speedster Concept -o Athon a secas- fue un concept car creado con la intención de completar la escasa gama de la marca hace 40 años, escogiendo lo mejor del Miura y del Countach para convertirlo en un cruce de estas dos obras maestras, y basándose en el Silhouette. Se dio a conocer en el Salón del Automóvil de Turín de 1980.
A principios de los 80 Lamborghini se encontraba sumido en la peor crisis de su existencia, en fase de liquidación. Bertone quiso crear este superdeportivo por iniciativa propia, a modo de homenaje a los trabajos realizados tiempo atrás bajo la batuta de Ferruccio Lamborghini.
El Athon despertó tal interés que, a pesar de estar Lamborghini en proceso de desmantelamiento, ya existían varios pretendientes para comprarla. No solo eso, tuvo una enorme influencia en las películas de ciencia ficción de los años venideros, inspirando a los coches de los filmes “Desafío Total”, “Robocop” y “Tron”, entre otros.
El Athon era y es uno de los coches más raros y valiosos que se han construido hasta la fecha. Salido de la mente de Bertone, en realidad fue diseñado por Marc Deschamps, sucesor de Marcello Gandini en el puesto de director de diseño. Bertone era más dado a diseños del tipo del Miura, el Countach y el Espada. Solamente se fabricó una unidad, de aquí su exclusividad.
Para hacernos una idea de lo especial y diferente que era de sus hermanos, nos damos cuenta de que su nombre se desvió de la costumbre de Lamborghini de bautizar a sus criaturas con nombres taurinos. Athon -Atón en español- era el dios egipcio del sol, y se traduciría literalmente como “himno al sol”, de aquí la razón de no llevar techo.
Su diseño exterior era una mezcla de estilos vintage, moderno y contemporáneo, pero sobre todo muy futurista. Mostraba la típica línea en forma de cuña afilada, con los faros escamoteables y un parabrisas muy inclinado, casi una línea continua con el capó. Las puertas mordían una parte del pilar A, ofreciendo una línea de cintura alta.
Con el cielo como techo las sensaciones de conducción son… muy gratificantes. Su larguísimo capó trasero también llamaba la atención, así como la forma de las aletas. La zaga no era menos espectacular, con predominio de las líneas rectas y unos pilotos finos y alargados para no romper su solidez.
En cuanto a sus dimensiones, tenía 3.739 mm de longitud, 1.882 mm de anchura y 1.041 mm de altura. Si el exterior llamaba la atención, el interior se llevaba la palma. Sus dos ocupantes iban en una posición bastante adelantada. Su curioso volante no tenía radios y la conexión con la barra de dirección se hacía mediante una barra acodada situada en un único punto del aro.
Todo el interior iba tapizado en piel y moqueta de color marrón, salvo algunos elementos en color negro, como los altavoces, la parte de la consola donde se alojaba el freno de mano o las pantallas de control. Los controles auxiliares estaban agrupados en una piña situada a la izquierda del volante, dando la sensación de estar flotando.
El grueso de la instrumentación estaba situado en una pantalla rectangular que ocupaba medio salpicadero, diseñada por Veglia, un conocido proveedor italiano. También encontrábamos numerosos botones repartidos por el habitáculo y varios altavoces, al más puro estilo ochentero. Entre los asientos y el motor contábamos con un pequeño maletero.
Este prototipo estaba impulsado por un V8 a 90º de 3 litros que entregaba 260 CV de potencia a 7.500 RPM y 321 Nm de par, situado en posición central trasera. Llevaba doble árbol de levas en cabeza por bancada de cilindros y dos válvulas por cilindro, e iba alimentado por cuatro carburadores Weber. La caja de cambios era manual de cinco relaciones, sincronizadas mediante un embrague monodisco de asistencia hidráulica.
El chasis estaba construido en acero, y al igual que el motor, estaban tomados del Urraco. La suspensión era independiente en ambos ejes, con muelles helicoidales y amortiguadores telescópicos. El equipo de frenos estaba formado por unos discos ventilados Girling sobre los que actuaban unas pinzas Campagnolo.
Calzaba unos neumáticos Michelín de medidas 195/50 VR15 delante y 275/40 VR15 detrás. Sus escasos 1.085 kg se dejaban llevar por encima de los 270 km/h y alcanzaba las 60 mph (97 km/h) en 7,3 segundos. Eran unas muy buenas prestaciones para un concept car de los 80.
Fue vendido por 487.000 dólares -unos 400.000 euros- en la subasta del 21 de mayo de 2011 de RM Sotheby’s, durante el Concorso d’Eleganza Villa D’Este. Fue un tributo de Bertone a la fábrica de Sant’Ágata Bolognese, permitiendo en cierto modo su resurgimiento de las cenizas.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...COMENTARIOS