Los coches híbridos son, hoy día, una de las opciones más interesantes de cuantas hay en el mercado. Mezcla la movilidad eléctrica sin emisiones –y sin gastar combustible– con la tradicional movilidad del motor de combustión. Toyota fue quien comenzó a trabajar en esta idea y la marca que, actualmente, representa el espejo en el que todos se miran. Pero hay unos años, la hibridación no era tan común y se hacían toda clase de experimentos, entre los que destacó, por encima del resto, la hibridación diésel. ¿Os imagináis hoy un híbrido diésel? Qué locura, ¿verdad?
Pues imaginad como sería un híbrido diesel es una carrocería que mezcla, o al menos pretende mezclar, ciertos rasgos de coupé, con una carrocería de cinco puertas y un claro enfoque premium innovador. La cuadratura del círculo, o dicho de otro modo, el Citroën DS5. Seguro que muchos os habías olvidado de este coche, pero apareció hasta ya cerca de 10 años y suponía uno de los primeros pasos del sello DS dentro de Citroën, antes de desgajarse y marchar en solitario como lo hacen ahora. Y para ser sinceros, el Citroên DS5 no estaba exento de atractivo, sobre todo si era un fan de los coches de la firma de chevrones.
No cabe duda que el Citroën D5 es un coche peculiar por sus formas, y por supuesto, no es un coche que guste a todo el mundo. Pero ahora, visto con perspectiva, es evidente que ya empezaba a enfocar muy bien lo que buscaban ofrecer desde PSA con la división DS y que, hoy día, es claramente una de sus mayores características. Hoy se ven bastante pocos, era demasiado “especial” y también, demasiado caro para llevar el emblema de Citroën, aunque eso no quiere decir que no lo valiera, simplemente, nadie paga ciertas cantidades por determinadas marcas –aunque ahora estén dispuestos a pagar más de 40.000 euros por un SUV de Citroën…–.
Sin embargo, dejando esas cosas de lado, lo que está claro es una cosa: lo realmente interesante de este coche es su grupo motor. El Citroën DS5 HYbrid4 supuso la primera iteración de un grupo motor híbrido por parte de la firma francesa y lo hizo como no podía ser de otra forma a finales de 2011: con un diesel. Dicho grupo propulsor estaba compuesto por un bloque 2.0 HDi de 163 CV y un motor eléctrico de 37 CV en el eje trasero, cuya potencia conjunta era de 200 CV. El motor eléctrico contaba con la ayuda de una batería de iones de litio y ya contaba con dos formas de cargarse: mediante el funcionamiento invertido del propio motor eléctrico –cuando se dejaba de acelerar o se frenaba– o mediante el motor de combustión.
El consumo homologado para el Citroën DS5 HYbrid4 ea de 3,4 litros de gasóleo cada 100 kilómetros y presumía de ser el coche con más de 4,5 metros de largo que menos gastaba. La verdad es que el consumo con la normativa actual, la WLTP, seguramente sería más alto y quizá, sus cifras no sean tan interesantes, pero en su momento, era espectacular. También se anunciaba una autonomía eléctrica de unos cuatro kilómetros, con una velocidad máxima de hasta 60 km/h en modo eléctrico.
No era, a pesar de las cifras, un coche especialmente rápido. La marca prometía 211 km/h y un 0 a 100 km/h de 8,5 segundos, bastante poco para su potencia, aunque el coche pesaba 1.735 kilos y escondía un pequeño detalle. Cuando la batería estaba agotada y el motor de combustión tenía que cargarla –a través del alternador–, el motor eléctrico solo rendía 11 CV…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS