Coche del día: Cadillac Cien

Coche del día: Cadillac Cien

Un espectacular deportivo de motor trasero central y 750 CV, que nunca pasó de ser un prototipo


Tiempo de lectura: 4 min.

Cadillac no ha tenido nunca mucha tradición en Europa, como le ocurre a otros tantos fabricantes estadounidenses, pero aun así, su imagen de lujo y de alto standing ha llegado hasta nuestras fronteras. No en balde, Cadillac siempre ha contado con grandes automóviles de elevado lujo, ha sido protagonistas en películas de Hollywood y además, la historia no se puede borrar. Eso sin contar la época que estuvieron vendiendo sus coches en el Viejo Continente, destacando modelos como el Cadillac Seville, un coche nacido para Estados Unidos, pero vendido en varias partes del mundo, el Cadillac XLR, un roadster diseñado para ser global o bien, por nombrar otro modelo, el Cadillac BLS, un automóvil que usaba la plataforma del SAAB 9-3 y que se había diseñado exclusivamente para Europa.

Sin embargo, aunque Cadillac siempre ha tenido una imagen de alto lujo claramente marcada, nunca ha tenido un deportivo “de verdad” en su catálogo. El XLR, por ejemplo, era un descapotable biplaza con cierta dinámica, pero era un roadster de lujo y no un deportivo, un rival directo del Mercedes SL. También presumió de coupé “tecnológico” con el Cadillac ELR, un híbrido en serie basado en el Chevrolet Volt y de diseño muy atractivo, que tampoco era realmente un deportivo. Una situación que a punto estuvo de cambiar, pero que finalmente, se quedó en un intento que, por otro lado, resultó ser superespectacular. Ocurrió en 2002, cuando la marca cumplía 100 años de historia y buscó una forma de celebrarlo. Esa conmemoración se llamó Cadillac Cien y era un espectacular deportivo de motor central, que, por desgracia, nunca pasó de ser eso, un prototipo.

La nota de prensa que publicó la marca en aquel momento, afirmaba que el Cadillac Cien, era un icono apropiado para marcar el comiendo del 100 aniversario de la marca y definía el diseño de su carrocería como “dramático”. La espectacular silueta del Cien, se inspiró en el avión de combate F-22 Stealth y lucía el lenguaje de diseño que empleaba la marca en aquel momento, muy caracterizado por las líneas rectas y con un elevado nivel de personalidad. De hecho, se pueden apreciar rasgos de algunos de los modelos antes mencionados, como el XLR.

cadillac cien (3)

No se escatimó en el desarrollo del Cadillac Cien. La carrocería y el chasis estaban fabricados con un compuesto de fibra de carbono, explotando la experiencia de la marca en competición. Contaba con entradas y salidas de aire controladas electrónicamente integradas en el lateral de la carrocería, que se abrían o cerraban según las necesidades de refrigeración y contaba con elementos aerodinámicos activos, como un alerón que se ajustaba automáticamente según la velocidad a la que circulara el coche. Y para rematar, incorporaba sistema de visión nocturna, instrumentación digital y una pantalla central para el equipo multimedia y retrovisores mediante cámaras.

Sin embargo, lo más interesante de este espectacular coche estaba colocado en posición trasera central. Estaba animado por un enorme propulsor V12 con 7,5 litros de cubicaje, que se podía admirar a través de una mampara transparente en la cubierta del motor. Dicho motor se llamaba Northstar XV12 y representaba un nuevo concepto de motor de General Motors. Tenía culatas multiválvulas y dos árboles de levas en cada una de las culatas y se fabricaba íntegramente con aluminio. Escondía, al mismo tiempo, cosas como el sistema de desconexión de cilindros “Displacement on Demand”; que permitía circular solo con seis cilindros cuando así fuera posible e interesante para temas de consumos, inyección directa y se combinaba con una caja de cambios semiautomática, con levas tras el volante, inspirada en la Fórmula 1.
Este motor era todo poderío: 750 CV y 610 Nm de par, aunque según la marca, con los requisitos de espacio y niveles de consumo de un V8. Nunca se publicó más datos en cuanto a prestaciones, pero con semejante nivel de potencia, no debía de ser un coche lento precisamente.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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