Coche del día: Cadillac Allanté

Coche del día: Cadillac Allanté

Con una cuidada campaña publicitaria y su carrocería a cargo de Pininfarina, este modelo es todo un ejemplo de vehículo halo


Tiempo de lectura: 5 min.

Al Cadillac Allanté se le puede analizar desde, al menos, dos puntos de vista. Uno es el puramente tecnológico. Aquel que nos habla de las bondades de un descapotable de dos plazas con un motor potente y generoso en la entrega de potencia desde bajas vueltas. Perfecto para tomarse la conducción con el placer que da la calma y el disfrute del entorno, desplazándose con placidez y un gran índice de comodidad envuelto en la clase y la elegancia de una equilibrada carrocería firmada por Pininfarina. El otro, es observar cómo esa plácida imagen de calidad proyecta todo un discurso hacia el resto de la gama del fabricante.

De esta manera, el Cadillac Allanté cuenta con un atractivo obvio para cualquier seguidor de los vehículos que hibridan lo europeo con lo americano. Una prolífica estirpe en la que tenemos a los AC Cobra en el lado más deportivo y radical. Pero también a modelos como éste en el lado de la corriente marcado por el lujo y la tranquilidad. Aquel en el que, perfectamente, se podrían encuadrar los trabajos que Ghia hizo para Virgil Exner cuando éste era el responsable de diseño en Chrysler. Pero regresemos a finales de los ochenta, concretamente a 1987. Año en el que se lanzó al mercado americano el Cadillac Allanté.

Un momento en el que aquel mercado seguía ciertamente acomplejado ante los mejores acabados y refinamientos en el habitáculo dados por los modelos europeos respecto a los salidos de Detroit. Así las cosas, si Cadillac quería competir en su propia liga contra los Jaguar y Mercedes descapotables tenía que dotarse de algún detalle llamativo. Evidentemente, respecto a las mecánicas no había problema. Al fin y al cabo estamos hablando de Cadillac, por lo que los solventes y nada nerviosos motores con más de cuatro litros conectados a una transmisión automática estaban garantizados. Entonces, ¿dónde poner el acento? Pues bien, si tanto Mercedes como Jaguar contaban con el matiz de la elegancia europea este modelo no tenía razones para ser menos.

cadillac allante (2)

Con este modelo, Cadillac quiso jugar en la misma liga que ciertos modelos producidos por Jaguar o Mercedes. Para ello quiso dotarse de un toque de elegancia italiana con un diseño donde Pininfarina no perdió el norte de estar trabajando para Cadillac

Cadillac Allanté, un modelo halo con la ayuda de Pininfarina

Llegados a este punto, lo que hizo el fabricante americano fue echar mano del carrocero italiano Pininfarina. Seguramente el más canónico de entre todos los diseñadores, muy alejado de las voluptuosidades de Zagato o los experimentos firmados en Bertone. Con todo ello, Pininfarina creó una carrocería de ciertos toques americanos – especialmente en los faros traseros – aunque dominada por una elegancia europea basada en la proporción y limpieza de sus líneas. De hecho, aunque de primeras pueda parecer algo anodino, en realidad la vista queda poco a poco atrapada en el Cadillac Allanté, describiendo así lo que ocurre con no pocos de esos diseños llamados a ser clásicos desde su misma aparición.

Además, contaba con el atractivo de poder rodar a cielo abierto. Todo ello en un habitáculo dominado por un par de grandes y mullidos asientos terminados en cuero color crema si así se pedía. Además, Cadillac creo una campaña de publicidad muy bien pensada para el Allanté. Anunciando a bombo y platillo cómo las carrocerías se elaboraban en la fábrica de Pininfarina para luego ser embarcadas en Boeing 747 especialmente adecuado para esta cadena de montaje, llevando en cada vuelo hasta Detroit 56 unidades al mismo tiempo.

Todo aquello se vendió como un puente aéreo exclusivamente creado por y para el Cadillac Allanté. Cosa que era verdad, dando al modelo un aura de refinamiento y exclusividad rematado con la aparición de una línea de atención personalizada a las clientes del coche. En suma, una serie de elementos para envolver al comprador en un discurso de prestigio, calidad y distinción. En cierta manera, aunque el Cadillac Allanté nunca quiso ser más de lo que fue, muchas de las coordenadas de su salida al mercado parecían propias de una marca como Rolls-Royce o Bentley.

cadillac allante (1)

Crear de vez en cuando un modelo halo es una estrategia muy común entre los fabricantes, haciendo de estos vehículos una gigantesca operación publicitaria con la que crear imagen de marca

Pero, ¿por qué? ¿Tan interesada estaba Cadillac en hacer del Allanté un éxito sin paliativos? Sí, y no. Al fin y al cabo, todo este proceso tan cuidado no se hizo tanto como un fin en sí mismo sino como un medio. De esta forma, muchos publicistas centrados en el sector automovilístico siguen teniendo hoy en día al Cadillac Allanté como uno de los mejores ejemplos de vehículo halo. Es decir, aquel que se crea con el ánimo de dar a su fabricante una determinada imagen, tan potente y cuidada, que acabe beneficiando al resto de la gama. Algo así como un diseño simbólico con el cual decir “ somos capaces de hacer esto, luego somos una empresa de gran calidad en todos nuestros productos “. Y bueno, parece que lo consiguieron. No en vano, del Cadillac Allanté se llegaron a vender más de 20.000 unidades a lo largo de sus siete años en producción, colaborando significativamente para con el resto de la gama. Aquella en la que coincidió con otros modelos de alta gama como la berlina Brougham o el enorme Sixty Special. Por cierto, en lo referido a las mecánicas no es ninguna sorpresa desvelar que se echó mano de poderosos V8 con más de cuatro litros. La potencia mínima era de 170 CV y la máxima de 295 CV. Puro rodar a la americana.

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Sobre mí

Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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