La perfección existe y tiene nombre, se llama Alpina B6 3.5 S. Es el protagonista de hoy y posiblemente uno de los automóviles fabricados en serie más deseados del planeta. La razón principal sea posiblemente que tan solo se crearon 62 unidades de esta joya mecánica. Indudablemente, que sea una preparación de un BMW M3 (E30) es otra de las cosas por la que se ha convertido en un mito.
Pero vayamos por partes. Es indudable que mejorar un producto como el M3 de la Serie 3 (E30), es una tarea ardua y complicada y por supuesto al alcance de muy pocos. Tan solo Alpina o Hartge han sido capaces de recrear versiones de los E30, consiguiendo mejorarlos y hacerlos aún más exclusivos gracias a unas preparaciones verdaderamente espectaculares y dignas de mostrar en cualquier museo.
El caso de nuestro protagonista es la mejor muestra de lo que comentamos. Alpina era consciente de lo que representaba el M3 en el mercado. Sabía que de modificarlo, debía de ser para mejorar el coche en todos los aspectos y a la vez, hacer un producto que siguiera siendo deseable por los adeptos al modelo.
El Alpina B6 3.5 S es sin lugar a dudas uno de los coches más exclusivos del preparador alemán
Para ello se centró en conseguir un vehículo aún más potente, mejorando el confort y dotándolo de mayor suavidad y facilidad de manejo. Nada mejor que instalar en su vano motor el 3.5 de seis cilindros en línea de la marca -el M3 era un cuatro cilindros-, con código interno denominado M30 L6 SOHC 12v. Pero para el preparador germano no era suficiente la potencia con la que el propulsor nacía de serie, ya que era prácticamente la misma que proporcionaban las versiones EVO del M3.
Siendo conscientes de ello, en Alpina decidieron modificar algunos puntos del motor M30 para potenciar e incrementar los 218 CV de origen. Después de rebajar la culata, instalar pistones Mahle de alta compresión y menor peso, un nuevo sistema de escape y árbol de levas modificado, se incrementó la potencia hasta los 254 CV a 6.000 RPM, logrando un par de 346 Nm a 4.000 RPM, todo ello asociado a un cambio manual Getrag con la primera invertida, denominado Sport.
Con estos valores de potencia, nuestro protagonista era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,6 segundos y alcanzar una velocidad punta de 251 km/h, consiguiendo así ser más rápido que cualquiera de los M3 fabricados hasta ese momento, algo meritorio teniendo en cuenta su peso 125 kilos superior al de su hermano el M3, aunque este incluyera el aire acondicionado y por ende su tara final incrementara.
Con un motor de seis cilindros potenciado hasta los 254 CV de potencia, el B6 3.5 S lograba ser más rápido que cualquiera de los M3 (E30), gozando de una conducción más suave y menos exigente que estos
Con la mecánica potenciada, Alpina se centró en otros aspectos como las suspensiones, donde instaló un nuevo equipo con un tarado más firme y amortiguadores de gas firmados por Bilstein. Además, dispuso al B6 3.5 S de un nuevo kit de frenado sobredimensionado con discos ventilados en la parte delantera y unas nuevas llantas radiales de 16 pulgadas con neumáticos de medida 225/45, que daban a este Alpina ese plus de estabilidad y aplomo para gestionar el incremento de potencia del nuevo propulsor.
En el interior, y como es costumbre en los coches del preparador alemán, unos nuevos asientos deportivos Recaro con las distintivas rayas azules y verdes sustituyeron a los de serie del M3. Incorporó un nuevo volante de cuatro radios forrado totalmente en piel con el logotipo de la marca en el centro, al igual que el pomo en este caso de madera.
Una pequeña pantalla digital en la que se proporcionaban algunos datos como temperatura exterior o consumo medio, en el lugar del aireador central del conductor y la placa distintiva con el número de la unidad, eran entre otros, el resto de detalles con los que se podía identificar este automóvil. Como opción se ponía a disposición del cliente un kit de adhesivos exteriores, para completar la decoración típica de Alpina.
El Alpina B6 3.5 S se mantuvo en producción desde noviembre de 1987 hasta diciembre de 1990, tiempo en el que tan solo se fabricaron 62 unidades, por lo que podemos decir con total seguridad que estamos ante uno de los coches más exclusivos del preparador alemán y posiblemente del planeta.
En la actualidad es casi imposible hacerse con uno, pero vistos los precios por los que se venden algunas unidades de M3 de la generación E30, es casi con total seguridad que un Alpina B6 S dejaría en mantillas dichas cantidades, de darse la opción de poder adquirir uno.
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J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS