Tanto el Chevrolet Corvette (C8) como el Ford Mustang Shelby GT500 2020 son dos potentes deportivos estadounidenses que en Europa no podemos ni siguiera soñar con oler (al menos no a través de los concesionarios). Por otro lado, Hennessey Performance siempre trata de exprimir todos los coches que pasan por sus manos. El dúo de Detroit ya ha caído y, antes de empezar a tratar con sus entrañas, nos han podido mostrar algunas medidas de aceleración interesantes.
El preparador con sede en Texas, que ya está poniendo a punto su propia visión de un Corvette turboalimentado (y suena de maravilla), recientemente enfrentó una unidad de serie con el kit opcional Z51 Performance Package contra la realeza de los muscle car, el nuevo Shelby GT500, que deja al Dodge Challenger SRT Hellcat como un mero segundón de la clase. Sin embargo, el nuevo Corvette tiene un as bajo la maga, y es que su motor está colocado en posición central.
Con ello se consigue un centro de gravedad más bajo y un mayor apoyo sobre el eje trasero. En términos de hacer una salida desde parado, estás particularidades consiguen que la tracción sea más eficaz que en la cobra sobrealimentada, además de tener cierta ventaja en el ancho de los neumáticos (315 vs 305 mm). Ambos cuentan con un mecánica de ocho cilindros y una caja de cambios automática de ocho relaciones, pero en cuanto a cifras, el Mustang gana por goleada.
Estamos a unos años del próximo Corvette ZR1. Por primera vez en su historia, recurrirá a un V8 biturbo de cigüeñal plano que, posiblemente, hibridado y una potencia cercana a los 1.000 CV
El nuevo Corvette hace gala de un corazón de 6,2 litros atmosférico capaz de producir 495 CV y 630 Nm gracias al empuje adicional proporcionado por el escape de alto rendimiento que viene con el paquete deportivo. El GT500 es una bestia diferente, ya que cuenta con un tamaño menor de 5,2 litros, pero acude a un compresor volumétrico para entregar 770 CV y 847 Nm. Sobre el papel, el GT500 tiene ventaja, pero también es cierto que hay 386 kilos en su contra (1.530 vs 1.916 kg).
En una carrera de resistencia directa, el más ligero Corvette vuela fuera de la línea abriendo una ventaja inmediata de varios metros, con un sprint hasta los 100 km/h en 2,9 segundos frente a los 3,3 s del Shelby GT500. Sin embargo, la fuerza adicional del coupé de Ford le permite alcanzar rápidamente al ‘Vette en el momento en que alcanza la quinta marcha, un poco más allá de los 160 km/h. Aún así, es destacable que el deportivo de Chevrolet se mantenga firme hasta los 190 km/h.
Para la segunda prueba, una carrera de aceleración lanzada desde 64 km/h, la mayor potencia y la línea roja más alta del Shelby (7.300 vs 6.450 RPM), no es rival para el indefenso Corvette. Por lo tanto, la única sorpresa real aquí es lo bien se engancha al asfalto el nuevo Corvette. Pero eso es lo que hace una mejor distribución del peso respecto al eje motriz. Cabe decir también que el General Motors todavía está trabajando en las variantes Z06 y ZR1, por lo que todavía hay mucho por venir de esta nueva plataforma de motor central.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS