A los que sepan que el Saab 9000 y el Lancia Thema eran el mismo coche quizá no les pille tan de sorpresa este extraño modelo denominado Saab-Lancia 600, lanzado en el año 1980 tras unas negociaciones bastante interesantes entre ambas marcas.
Sus primeros contactos habían ocurrido años atrás, cuando los suecos habían pensado recurrir a la firma italiana para que les suministraran motores para su modelo más pequeño, el 96. Finalmente fue Ford quien les proporcionó los V4, pero al dirigente de Saab no se le fue de la cabeza la idea de colaboración con Lancia porque según él tenían una ideología similar en su forma de entender la automoción.
El citado Saab 96 llevaba ya muchos años en el mercado y querían reemplazarlo, y además Saab pretendía entrar en un nuevo segmento por encima de su segundo modelo, el 99. De esta última intención surgió el proyecto sobre la plataforma Type 4 que desembocaría en 1984 en los Alfa 164, Fiat Croma, Lancia Thema y Saab 9000.
Volviendo al más pequeño, Lancia tenía ya listo y a la venta el nuevo Delta, ganador del galardón de Coche del Año en Europa. Para los italianos suponía una buena oportunidad de adentrarse en los mercados del norte de Europa a través de los concesionarios de Saab, así que compartieron el Delta y el Autobianchi A112. Los suecos no tendrían que retocar nada, aunque sí decidieron hacerle algunos cambios mecánicos para que soportara la climatología nórdica.
Así, se reforzaron elementos de la carrocería para la corrosión y se mejoraron el estárter o el sistema de inyección y calefacción. Este último no debieron de retocarlo demasiado bien y provocó que algunas de las primeras unidades se recalentaran demasiado, y para colmo de males, aquel primer verano de comercialización Suecia sufrió una ola de calor desconocida en años.
Por tanto, casi desde el principio su fiabilidad quedó en entredicho. Fue una pena, porque en conjunto el coche no iba nada mal. De los dos motores con los que se vendía el Delta, a Saab solo llegó el más potente. Se trataba de un 1.5 de 85 CV y 123 Nm de par asociado a una transmisión manual de cinco velocidades. Ofrecía unas prestaciones dignas para un vehículo pequeño, pues su velocidad máxima era de 165 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 12,5 segundos.
Y aunque inicialmente iba a ser el sustituto natural del 96, el Saab-Lancia 600 resultaba más pequeño. Medía 3,88 metros de largo, si bien su distancia entre ejes de 2,47 metros era generosa. En este sentido, el diseño que condicionaba su batalla distaba demasiado de los Saab tradicionales de largos voladizos. Y el perjudicado fue un maletero de apenas 260 litros que le alejaban del planteamiento de coche único para toda la familia.
No obstante, no fueron ni su fiabilidad ni su origen los culpables de que no triunfara. Como muchas veces ocurre, la causa radicó en el precio. Costaba prácticamente lo mismo que su hermano mayor, y que a la postre era un Saab genuinamente sueco. Por ello, de los dos acabados que se ofrecieron para el 600, GLS y GLE, pronto se prescindió del segundo para dejar únicamente la versión más accesible.
Debido a todo ello, el Saab-Lancia 600 dejó de venderse en Suecia apenas un par de años después de su desembarco, si bien continuó en concesionarios noruegos hasta 1984. Afortunadamente, el segundo proyecto de la alianza les salió mejor y el 9000 fue un coche relativamente popular con un diseño también de Giugiaro pero inequívocamente sueco a pesar de todo.
Años más tarde recurrirían a la carrocería del Subaru Impreza para regresar al segmento compacto con el fallido Saab 9-2X.
Ángel Martínez
Soy uno de esos bichos raros a los que les apasiona hablar de coches y se pasaría horas comentando modelos o repasando la historia de la automoción. Pienso que la mayoría de ellos tienen su encanto, desde el deportivo con el que soñamos hasta el utilitario que te encuentras en cualquier esquina.Al menos al Impreza si le retocaron la estética para hacerlo más Saab, aunq les fue igual de bien que con el Delta… Nunca he entendido estos remarcados q no cambian nada estéticamente