“Somos capaces de crear un motor para responder a las demandas de una mayor potencia, pero en este momento no tenemos ningún plan para hacerlo”. Mazda ha sido ganadora de innumerables elogios en los últimos años; una apuesta en el segmento automotriz que va a contracorriente del resto de fabricantes, aplicando lo que desde Hiroshima es designado como rightsizing.

Un lenguaje de diseño triunfal, buenos acabados y una puesta excelente pueden ser algunos de los atributos del nuevo Mazda3. Aun así, el fabricante japonés no se ha entrometido en la batalla de los compactos deportivos desde hace ya más de un lustro, con el MPS 2.3 turboalimentado de 260 CV. Y, aunque la compañía tiene la capacidad para construir un nuevo Mazdaspeed a la altura de las expectativas, parece que no hay ningún plan de que llegue a ver la luz.

Hiroyuki Matsumoto, jefe de desarrollo y planificación global de productos de Mazda, es el encargado de confirmarnos esta desalentadora noticia atendiendo a la entrevista realizada por los chicos de Cars Guide. Son dos las generaciones que Mazda está dejando escapar para crear un auténtico rival dentro del segmento. Dicho colectivo que está más animado que nunca, con compactos de la talla del Hyundai i30 N, el Honda Civic Type R o el Renault Mégane Trophy RS.

Los clientes que deseen un Mazda3 más potente y agresivo tendrán que conformarse con acudir al mercado de accesorios, donde se podrá extraer algo más de potencia de los motores SKYACTIV y obtener una imagen más imponente. Desde el medio australiano destacan su deseo de ver un nuevo compacto deportivo entre las filas de Mazda, pero la empresa no tiene ninguna intención de llegar a ese punto.

Tal vez sea una táctica para mantener a raya a los especuladores de noticias de veracidad dudosa, pero Mazda es una compañía significativamente más pequeña cuando se compara contra otras de la talla de Volkswagen y Honda. Invertir en un vehículo prestacional de nicho mientras la compañía invierte dinero en nuevas tecnologías, como el motor SKYACTIV-X, al mismo tiempo que desarrolla híbridos y vehículos eléctricos, tiene poco sentido financiero.

“Podríamos, pero solo hemos elegido no hacerlo”, manifestó Matsumoto. Actualmente, el Mazda3 se puede pedir con tres niveles de potencia: un diésel 1.8 de 116 CV (SKYACTIV-D), un gasolina 2.0 de 122 CV (SKYACTIV-G) y el nuevo 2.0 de 180 CV (SKYACTIV-X). Este último consigue unas prestaciones respetables, con un 0 a 100 km/h en 8,2 segundos y una punta de 216 km/h. Lo mejor es su consumo combinado de 5,8 l/100 km en ciclo WLTP.

El nuevo motor SKYACTIV-X es uno de los bloques que más estábamos esperando, quizá no tanto como sus prestaciones como por su tecnología de funcionamiento a la hora de optimizar cada gota de combustible. Sin embargo, los límites de la estructura y de la puesta a punto del último Mazda3 aún están muy lejos de lo que este motor es capaz de ofrecer. Ojalá Mazda recule y vea un pequeño presupuesto para ver un Mazda3 con 300 CV (o más).