La nueva serie 6 de BMW surgió por la necesidad de ofrecer a sus clientes un coupé que continuase con la tradición de los modelos 2000 C/CS, 3.0 y 3.5 CS/CSi/CSL. El modelo que nos ocupa significa Serie 6 Coupé Sport Inyección electrónica (de ahí las siglas) con un motor de 3.453 cc; el BMW 635CSi.
La carrocería fue desarrollada por Paul Bracq, jefe de diseño de BMW entre 1970 y 1974, mientras que la parte técnica corrió a cargo de Bernhard Osswald, y salió a al venta en 1976. Lo más característico del nuevo modelo era su frontal con inclinación negativa, su gran superficie acristalada, sus archiconocidos dobles riñones que forman la calandra del radiador y sus dobles faros redondos.
Para mover este coupé se escogió el motor M30B34 de seis cilindros en línea -adaptado desde el mismísimo BMW M1- y un sistema de inyección electrónica L-Jetronic, desarrollando 218 CV a 5.200 RPM y un par motor de 310 Nm a 4.000 RPM. La potencia se transmitía a las ruedas traseras a través de una caja de cambios Getrag de cinco velocidades con diferencial autoblocante para controlar la potencia. Alcanzaba los 222 km/h, mucho para la época.
Nada más sentarnos en el asiento delantero observamos que se ha pensado sobre todo en el conductor, era fácil ajustad volante y asientos al cuerpo de cada uno. Era interesante la estudiada ergonomía del salpicadero, dividido en dos zonas: una dirigida hacia el conductor, donde se agrupaban todos los instrumentos que informaban del funcionamiento mecánico del coche, a su izquierda el ordenador que comprobaba el buen funcionamiento del los sistemas de seguridad y los mandos de las luces, y a su derecha los que controlaban el equipamiento del vehículo.
Todo su interior estaba tapizado en cuero y los asientos delanteros sujetaban muy bien, y tenían todo tipo de reglajes. Atrás había el espacio correcto para dos peques o adultos de talla pequeña. La visibilidad era muy buena gracias a unos finos pilares A y a unas grandes ventanillas, y nos podíamos deleitar mirando su enorme capó.
No esperéis que BMW saque vídeos como este, ¡ahora sería muy políticamente incorrecto!
Al disfrute de la conducción contribuía un suave embrague acompañado de una palanca de cambios de recorridos cortos y precisos; el motor ofrecía el 85% de su generoso par motor a tan solo 2.000 RPM. Su comportamiento era irreprochable y tanto la dirección como la suspensión y los frenos cumplían excepcionalmente.
La frenada estaba encomendada a cuatro discos, y la amortiguación era bastante sofisticada, pues en el eje delantero llevaba brazos transversales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora, y en el eje trasero brazos oscilantes longitudinales junto con los amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora. La dirección ZF era de tuerca a bolas y estaba servoasisitida, pero con la dureza necesaria para ser comunicativa y desmultiplicada para facilitar las maniobras.
Debido a su gran tamaño -4.755 mm de largo por 1.725 mm de ancho y 1.365 mm de alto- y su peso -1.480 kg- no gozaba de un comportamiento muy ágil en carreteras reviradas, mientras que en autopistas y demás vías rápidas poseía un gran aplomo. Resultaba bastante agradable escuchar el grave tono de su motor de seis cilindros y sentir como se insinuaba su trasera en rotondas y en curvas cerradas, mientras la dirección llevaba el coche exactamente donde quería el conductor. Su consumo, en consonancia con el resto del coche, unos 18 litros a los 100 kilómetros.
¿Te gusta conducir? Este tipo de coches, sí. Nelson Piquet está de acuerdo, ojo al vídeo a partir de 2:33, lo da todo en Paul Ricard con un M635CSi.
Ginés de los Reyes
Desde que tengo conciencia me llamó la atención cualquier cosa con ruedas. Aprendí a montar en bicicleta al mismo tiempo que a andar, y creo que la genética tiene algo que ver: mi padre adoraba los coches, les ponía nombres, mi abuelo conducía y participaba en el diseño de camiones, y le privaban los coches...Ponce le sacó más partido, que él no tenía escapatorias…
Qué coche… todos los BMW de esa época me parecen excepcionales.