Coche del día: Porsche Boxster S (986)

Coche del día: Porsche Boxster S (986)

Más potencia y retoques en el chasis lo hacían todavía más interesante


Tiempo de lectura: 3 min.

El Porsche Boxster S; aparecido en 1999, ponía el segmento de los roadster deportivos patas arriba. Era más potente, tenía un bastidor más afinado y no tardó en ganarse a la prensa especializada y en recibir halagos del tipo “es uno de los mejores deportivos del mundo”. Uno de sus principales rivales era el BMW Z3 M, o bien el Mercedes SLK 32 AMG –se lanzó en 2001 con casi 350 CV–, aunque solo el Z3 M era tan deportivo como el Boxster S.

Quizá se haya olvidado, pero a finales de los años 90, Porsche no estaba en su mejor momento. De primeras, solo tenía dos modelos en catálogo: 911 y Boxster, y aunque ambos se vendían más o menos bien, no podían mantener a la firma a flote por sí solos. Por ello llegó, ya en el Siglo XXI, el Porsche Cayenne, para poder llenar las arcas y salir del agujero; había que generar ingresos a toda costa y un SUV parecía la opción perfecta después de ver el enorme éxito del BMW X5 –e53–.

Pero ocurrió, como decíamos, en pleno Siglo XXI, en el año 2001. Antes, la compañía alemana tenía que seguir con sus modelos existente y ampliar poco a poco el catálogo, lo que permitiría potenciar el interés de los usuarios y revitalizar las ventas. Y la mejor forma de hacerlo es poner en circulación versiones más prestaciones, algo que saben hacer más que bien en Stuttgart. Así se presentó el Porsche Boxster S, que presumía de motor más grande y de toda una serie de cosas que lo hacían más rápido y eficaz; era uno de los mejores deportivos del mundo.

La primera versión del Porsche Boxster tenía un motor de 2,5 litros y 204 CV, que luego fue sustituido por un 2,7 litros que pasaba a rendir 220 CV y mejoró, según la prensa, un coche al que le faltaba algo de garra. El Boxster S iba un poco más allá y su propulsor de seis cilindros boxer alcanazba los 3,2 litros, 3.179 centímetros cúbicos exactamente. La potencia se iba hasta los 252 CV a 6.250 revoluciones y el par, hasta los 305 Nm a 4.500 revoluciones. Hoy son datos que casi cualquier compacto puede lucir, pero en aquellos años hacían del Boxster un coche muy sugerente y apetecible. De hecho, todavía resulta un coche superinteresante para salir a quemar curvas.

Porsche nunca se dejó llevar por la moda del techo duro retráctil, pero llamaba mucho la atención que la luneta del Boxster era de plástico y no de vidrio

No era un coche lento, por supuesto, podía superar los 250 km/h y hacer el 0 a 100 km/h en 6,3 segundos o bien, el 0 a 1.000 metros en 26,4 segundos, pero las cualidades del coche no se quedaban ahí. Por ejemplo, si tomamos como referencia la prueba publicada en el número 606 de la revista Coche actual, tendríamos un automóvil con una adherencia especialmente elevada, con el que se puede afrontar virajes a ritmos altísimos, con un agarre a la salida del mismo muy alta.

También decían que la rigidez del chasis era sorprendente y a pesar del tamaño de las ruedas –255/40 17 detrás, 205/50 17 delante– y del tarado de suspensiones, la dirección tenía un tacto sensacional y apenas se notaban vibraciones en el volante.

El Porsche Boxster S era, como cabe esperar, carísimo: 9.068.782 pesetas, 54.505 euros de 1999 –sin sumar inflación–. Sin embargo, como curiosidad, el BMW Z3 M Roadster era todavía más caro con sus 9.450.000 pesetas –56.795 euros de 1999– y también era más potente –321 CV–, pero no era más deportivo ni tampoco más eficaz.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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