Coche del día: McLaren M8

Coche del día: McLaren M8

Además de ser dominante en la CanAm hasta la llegada de los Porsche 917, fue el coche con el cual encontró la muerte Bruce McLaren


Tiempo de lectura: 4 min.

Disputada en los Estados Unidos y Canadá entre 1966 y 1987, la CanAm es una competición con marcado sabor americano en la que las escuderías británicas fueron las dominadoras. Especialmente Lola – con sus seis victorias – pero también McLaren gracias a sus cinco títulos consecutivos. No obstante, lo cierto es que en materia de motores no se puede negar una clara preponderancia norteamericana. Algo visible cuando hablamos de Chevrolet. Responsable de equipar a todos esos mismos McLaren y Lola incluyendo también cuatro escuderías más. De hecho, exceptuando las dos victorias del Porsche 917 toda la CanAm está presidida por Chevrolet propulsando modelos como el McLaren M8.

Posiblemente el ejemplo más refinado y canónico entre todas las creaciones de la CanAm, homologadas en su primera época dentro del atrevido Grupo 7 de la FIA. Una categoría para sport prototipos tan abierta que los fabricantes podían experimentar con casi cualquier idea. De esta forma, los chasis vieron la incorporación de materiales como el titanio. Los motores equiparon unos increíbles turbocompresores capaces de elevar la potencia hasta los más de 1.500 CV en el caso del Porsche 917/30. Y, en el caso de la aerodinámica, se pudieron equipar unas carrocerías específicamente pensadas para esta competición dejando de lado cualquier consideración por la seguridad.

De hecho, uno de los puntos por los cuales el McLaren M8 sigue siendo un icono para el mundo de las carreras es porque en uno de ellos encontró la muerte en 1970 el propio Bruce McLaren. Concretamente en el circuito inglés de Goodwood, mientras perfilaba la preparación de la temporada de 1970 al perder adherencia debido a la falta de carga aerodinámica en la trasera. Hecho que provocó la pérdida de su control sobre el vehículo, acabando estrellado contra una caseta de comisarios. De esta manera, el McLaren M8 se convirtió en un coche desgraciadamente conocido. Aunque en un plano mucho más positivo ese mismo 1970 ganó nueve de las diez carreras diputadas en la CanAm.

Desgraciadamente, el McLaren M8 no sólo es recordado por haber ganado cuatro veces seguidas la CanAm, sino también por haber sido el coche con el cual se mató Bruce McLaren durante unas jornadas de puesta a punto en el circuito inglés de Goodwood

McLaren M8, siete evoluciones para ganar en cuatro campeonatos

Aunque la mayor parte de la afición la asocie a la F1 y esporádicos modelos de serie, McLaren es una escudería que ha dejado huella en Le Mans y otras carreras de resistencia. No obstante, su participación más reseñable fuera de la categoría reina del automovilismo deportivo fue la firmada en los circuitos americanos de la CanAm. De hecho, la segunda edición de la misma la ganó con el propio Bruce McLaren a los mandos de un M6A propulsado por Chevrolet.

Una de las uniones más exitosas entre ligero chasis británico y potente motor inglés, justo a la forma y manera que Shelby hiciera con los motores Ford y las bases AC pero desatando la creatividad de los ingenieros para irnos a cifras realmente espectaculares. Y es que, para su primera evolución en 1968 el V8 de Chevrolet ya presentaba siete litros de cilindrada y más de 600 CV.

Todo ello con un potente par motor desde muy bajas vueltas, ya que los enrevesados circuitos de la CanAm – con curvas cerradas y rectas no muy largas – requerían de una entrega de potencia inmediata. Características que llevaron al McLaren M8 a la vitoria desde el primer momento, ganando en su estreno en 1968 para revalidarlo en 1969 alternando a Bruce McLaren con Denny Hulme, campeón de F1 en la temporada de 1967 a los mandos de un Brabham.

mclaren m8 (2)

El reglamento de la CanAm era bastante abierto, posibilitando la aparición de coches dotados de enormes potencias, muy bajo peso y escasa carga aerodinámica. Muy efectivos para las carreras, pero también extremadamente inseguros e inestables

Para 1970 se presentó la versión posiblemente más icónica del McLaren M8. La M8D. Dotada de unas espectaculares aletas en base al cambio en materia aerodinámica del reglamento – haciéndolo más laxo -, su motor en posición central elevó la cilindrada hasta los 7,6 litros para rendir 670 CV. Una evolución que funcionó, cosechando la victoria en 1970 y 1971 con Hulme y Peter Revson al frente respectivamente. Sin embargo, en el desarrollo de esta versión murió su propio creador. Paradojas del destino precisamente por esa combinación de más potencia y menor carga aerodinámica presentada por el McLaren M8D. Una tragedia que, no obstante, debe servir como ilustrativa lección de ingeniería y seguridad.

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Miguel Sánchez

Todo vehículo tiene al menos dos vidas. Así, normalmente pensamos en aquella donde disfrutamos de sus cualidades. Aquella en la que nos hace felices o nos sirve fielmente para un simple propósito práctico. Sin embargo, antes ha habido toda una fase de diseño en la que la ingeniería y la planificación financiera se han conjugado para hacerlo posible. Como redactor, es ésta la fase que analizo. Porque sólo podemos disfrutar completamente de algo comprendiendo de dónde proviene.

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