En el mes de septiembre del año 2000, Porsche dio a conocer un prototipo espectacular, un coche que estaba destinado a las pistas de carreras, pero cuyo final acabó siendo las “vulgares” carreteras. Era el primer Porsche fabricado con fibra de carbono y estaba animado por un bloque V10 atmosférico de nuevo diseño el cual, también se había desarrollado para competición.

Obviamente, hablamos del Porsche Carrera GT, un coche que dejó a los aficionados de la marca con la boca abierta y a la prensa especializada con los pelos de punta. Ha sido uno de los coches más racing y rápidos que han salido de los talleres de Stuttgart, aunque por desgracia nunca tuvo una versión de competición y eso que, en primera instancia, nació con ese propósito.

El Porsche Carrera GT es un modelo derivado de un prototipo para Le Mans, con un propulsor de 612 CV capaz de generar un enorme escalofrío con cada acelerón. Y si no habéis escuchado nunca el aullido de su motor V10, os estáis perdiendo uno de los mejores conciertos del mundo. Pocos coches pueden presumir de un sonido como el emitido por los escapes de un Carrera GT, ni siquiera todos los Ferrari pueden estar a la altura (puedes deleitarte con el vídeo de abajo)

No obstante, recuperando la idea del coche de carreras, hay que decir que en realidad si hay una versión de competición y además, no es una creación de la propia marca, sino del especialista GPR Racing. Sus creadores lo han llamado Porsche Carrera GT-R y fue idea de un cliente que se hizo con una unidad del espectacular deportivo alemán en 2005 para, según llegó a sus manos, convertir en una máquina de circuitos. La idea, en un principio, era que cumplir la homologación para el Mundial de Resistencia aunque, como todos los demás Porsche Carrera GT, se quedó con las ganas de competir porque nunca recibió la homologación para ello.

El caso es que se trata del único Carrera GT destinado a pista cerrada del que se tiene constancia. el único que se ha configurado para competir de todos las unidades que se fabricaron del superdeportivo alemán. Una configuración, por cierto, que ha requerido de muchos cambios, más de los que en un principio podría parecer, aunque también es verdad que el Carrera GT era todo un Porsche de calle, recubierto de cuero, equipamiento y cosas totalmente prescindibles en circuito.

Así, por tanto, se puede esperar que todo lo que no es necesario para ir rápido ha sido eliminado dejando el habitáculo completamente al desnudo. Posteriormente, GPR Racing instaló una jaula antivuelco al mismo tiempo que se reforzó el monocasco de fibra de carbono. Todo siguiendo la normativa FIAR para el Mundial de Resistencia. El volante con airbag típico de los Porsche de finales de los 90 e inicios del 2000 ha desaparecido, dejando su lugar a un volante Sparco de carreras tapizado en piel vuelta, mientras que la instrumentación pasa a ser una pantalla digital configurable.

Los tapizados de piel, los asientos o el equipo de sonido desaparecen y en su lugar se añade mucha fibra de carbono. Sin ir más lejos, el asiento es una simple pieza de fibra de carbono sin ningún tipo de acolchado. Te sientas directamente sobre la fibra y te sujetas a él con arneses de seis puntos Williams y el asiento del copiloto ha sido sustituido por un extintor y una nueva centralita con las tomas de datos y una unidad de control Motec. Todo es muy radical y extremo, muy “de carreras”, al fin y al cabo. Pero aunque no lo parezca, el coche conserva la homologación para circular por vías públicas…

El V10 trasero central también ha recibido las atenciones de los especialistas de GPR Racing, que aumentó la cilindrada de los 5,5 litros a los 5,7, logrando extraer 650 CV, que llegan a las ruedas traseras a través de una caja de cambios de competición. De esta forma, la relación peso-potencia se queda en 2,25 kilos por caballo, una cifra que obligó a cambiar los frenos, algo en lo que Porsche sobresale por encima del resto de fabricantes. Para la ocasión, se ha instalado material AP Racing, junto a una nueva suspensión.

Si te gusta y te lo quieres llevar a casa, está a la venta a través de Mechatronik, una empresa alemana especializada en vehículos de alta gama. Lo único malo es el precio, un total de 849.000 euros. No se puede decir que sea un precio muy disparatado, sobre todo cuando la preparación para competir costó en su momento más de 220.000 euros.

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