Los malos políticos son uno de los defectos de la democracia, aunque esto es extensible a cualquier sistema de gobierno, mas en el caso democrático han resultado elegidos. Es un fenómeno mundial. Tenemos a un presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que propone acabar con el coronavirus inyectando lejía en la gente o dándoles rayos ultravioleta; a este le votaron. Jair Bolsonaro, el de Brasil, tose a diestro y siniestro ante las multitudes; a este también le votaron. El presidente de Turkmenistán, Gurbanguly Berdymukhamedov, eleva el listón: negar la existencia del patógeno y convertirlo en tabú hace que el país esté libre de él.
Sin ir a ejemplos tan extremos, en la fauna española tenemos literalmente de todo, aunque en las últimas horas ha sonado muy fuerte este nombre: Janet Sanz, la número 2 del grupo de Barcelona en Comú en el Ayuntamiento de la ciudad condal. Verifica la teoría de Albert Einstein, el que no sabía si el universo o la estupidez humana podían ser infinitos.
La interfecta no es una cualquiera, sino la segunda teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona. Recientemente se celebró un seminario virtual (webinar) organizado por Ciclosfera, en el que tomaron parte los responsables de movilidad de Barcelona, Valencia, San Sebastián, Bilbao y Logroño, así como la Asociación de Marcas de Bicicletas de España. Discurrieron sobre el papel de la bicicleta en el contexto de la pandemia (y después).
Esto que viene a continuación es para enmarcarlo: “Y otra medida estratégica que es la reconversión industrial de todo el sector automovilístico de nuestro país. Es ahora o nunca. Hay que evitar que todo eso se reactive, por lo que necesitamos un plan estatal para que esa industria y esos trabajadores se puedan trasladar a sectores más limpios”. No es un bulo, podéis leerlo en la página web de Ciclosfera.
En estos momentos la industria del automóvil en toda España está viendo cómo volver a la normalidad. Entran en juego varios aspectos: que se pueda garantizar la salud de los empleados, si hay necesidad de producir con un mercado parado, ¿hay suministros para empezar a trabajar? Afortunadamente, el Ayuntamiento de Barcelona carece de competencias para llevar a cabo semejante ocurrencia.
El impacto de la automoción en la riqueza de Cataluña es similar al del resto del Estado, casi el 10 %. Las fábricas de Nissan y SEAT daban en 2019 empleo directo a 50.000 personas, y de acuerdo al Clúster de la Indústria d’Automoció a Catalunya (CIAC), a otras 143.000 personas en las empresas auxiliares. Las fábricas principales están dentro de la provincia de Barcelona. A lo tonto, hablamos de casi 200.000 empleos. Qué barato es decir sandeces, pero más barato aún es usar el cerebro.
No parece el mejor momento para tocar las narices
El destino de Nissan y SEAT es dispar. Mientras que SEAT Martorell batió récord de producción en 2019, la planta de Nissan ha tenido muy mala suerte. Del plan de producción aprobado hace unos años, que incluía un modelo compacto (Pulsar), una furgoneta compacta (NV200) y el pick-up de una tonelada (Navara, Alaskan y Clase X), se ha quedado en solo los pick-up (y con baja demanda), las NV200 solo en versión eléctrica (baja tirada, porque las dCi contaminaban) y el compacto cesó su fabricación en 2018. La planta de Barcelona está muy por debajo de su capacidad.
Durante toda la crisis financiera global solo cerraron dos fábricas de automóviles en España, la de Santana en Linares, y la de Irisbus en Barcelona
No es ningún secreto que la tensión provocada por el sector secesionista catalán ha puesto los pelos de punta en el sector del automóvil. De hecho, uno de los puntos álgidos de la tensión se dio cuando SEAT amagó con mover su sede fiscal a Madrid en octubre de 2017, después de que miles de empresas decidieran trasladar sus sedes fiscales huyendo del procés, bancos incluidos, como La Caixa o el Sabadell. El artículo 155 de la Constitución, que intervino la Generalitat, se aplicó días después.
En 2019 Luca de Meo, todavía como CEO de SEAT en España, tuvo que dar otro aviso a navegantes: Volkswagen tiene más opciones fuera de Cataluña, en el contexto de multitud de protestas del separatismo porque no les gustó una sentencia judicial, la que condenó a los líderes del procés, salvo los que están fugados de la justicia. De Meo pedía que les dejasen trabajar y dedicarse a lo suyo, fabricar coches.
En el caso de Nissan, con 12.500 despidos anunciados a nivel mundial, ventas menguantes y la necesitad de empezar a tomar medidas dolorosas, Barcelona no las tiene todas consigo. A Nissan le han golpeado por varios frentes a la vez: Carlos Ghosn pasó de ser un vitoreado ejecutivo a un villano que se fugó de la justicia japonesa por presunta corrupción, pago de multas por chanchullos de otros directivos, incluyendo el sustituto de Ghosn, y la amenaza del “Brexit” para su joya de la corona, Sunderland, donde se producen los superventas Qashqai, Juke y Leaf. Hay mucha preocupación en el sector, sindicatos incluidos.
El partido de @AdaColau veía los coches oficiales un "privilegio innecesario". Era antes de las elecciones ? https://t.co/NiOzg0Dd9N
— Crónica Global (@cronicaglobal) April 24, 2020
Está el patio como para agitar más el árbol y asustar a los ejecutivos, aunque la amenaza velada venga de una iletrada en estos temas. No esperéis que tenga una memoria económica en la que se detalle qué se va a hacer con casi 200.000 personas, y cómo Cataluña puede ir tirando si chapase uno de sus principales motores económicos. Ha sido una ocurrencia como la copa de un pino, fruto de un momento de incontinencia verbal por mala digestión intelectual.
Y ahora viene una de las mayores ironías. Recientemente afloró la noticia de que la “jefa” de Janet Sanz, la conocida Ada Colau (desde 2015), acaba de estrenar coche oficial, ese privilegio que había que suprimir antes de las elecciones. No es un coche tan suntuoso como el Audi A6 de Xavier Trias, anterior regidor barcelonés (2011-2015), pero tampoco podemos decir que el Peugeot 3008 Hybrid sea un coche barato. Al igual que el SEAT Alhambra TDI que reemplaza, no se ha fabricado en España.
Si se ha pagado por transferencia -lo desconozco-, 47.000 euros sin contar posibles descuentos. Si se ha acogido a la misma fórmula de financiación que oferta Peugeot, 290 leuros al mes, tras aportar 6.052 euros de entrada, entregando un coche a cambio y 47 cuotas por delante. El pago final es un “leñazo” de 25.977,43 euros. Son números dignos de una versión modesta del Audi A6. Es “ecológico”, sí, y también un SUV, y con 300 CV combinados que seguramente no son necesarios para la alcaldesa. Espero que al menos lo enchufe a la red de vez en cuando, o de ecológico tendrá lo que servidor de bailarina del ballet ruso.
Arrel del debat generat sobre les reflexions que vaig fer en el marc d’una xerrada sobre el futur de la ciutat i la mobilitat sostenible, vull compartir aquests tres punts ? pic.twitter.com/XOTw94ohUB
— Janet Sanz (@janetsanz) April 24, 2020
En un sistema democrático los malos gobernantes no aparecen ahí por ciencia infusa, aparecen ahí por ser votados, y haber sido votados mal. Sí, se puede votar bien y se puede votar mal, esto es independiente de las siglas que defienda cada candidato, los hay buenos y los hay malos en todas partes. El sector del automóvil se va a transformar de todas formas, y sí se volverá un sector más limpio, y también un sector que no necesitará tanta gente trabajando en pocos años.
La reconversión implica perder empleos, Sanz patina hasta en la matización: “La reconversión de la industria es la mejor estrategia para mantener los puestos de trabajo”. Los motores y los vehículos eléctricos en general necesitan mucha menos mano de obra, eso sí, más especializada, porque hay muchísimos menos componentes. Y los fabricantes principales tienden a llevarse las fábricas “pata negra” a sus sedes nacionales.
Y existiendo el riesgo de perder producción en fábricas de cualquier esquina del país, algunos están mucho más guapos manteniendo la boca cerrada. Oficialmente no ha trascendido si Tesla evitó montar la Gigafactory 4 en Cataluña y acabó prefiriendo las afueras de Berlín, en el polígono industrial de Freienbrink, cerca de Grünheide (Mark), lander de Brandeburgo. Ni siquiera allí Elon Musk se libró de las ínfulas de los tontos contemporáneos, colectivos ecologistas retrasaron y entorpecieron la construcción de la fábrica. A un fabricante de coches eléctricos.
Está claro que las ciudades van a rehumanizarse y a ir prescindiendo del coche privado, y aumentará el uso de alternativas de movilidad más limpia, más pedaleo y más pateo. Hay formas y formas de llevar a cabo esa transformación, y debe hacerse de la forma menos lesiva posible, y con especial cuidado de no espantar el dinero ajeno. El coronavirus ha puesto todo patas arriba. Hoy, más que nunca, estamos comprobando las consecuencias de que lleguen al gobierno (a cualquier escala, de local a nacional) personas y gestores inadecuados.
A los barceloneses les queda el consuelo de que las sanciones por la entrada en vigor por el estado de alarma se han congelado en lo relativo a la zona de bajas emisiones, aquella donde no se puede circular entre semana durante 13 horas al día, si se tiene un vehículo sin distintivo ambiental y no se está dentro de un colectivo exento. Ídem ha ocurrido con aparcar en zonas de estacionamiento regulado.
El sentido común se ha tenido que imponer, en un momento de uso del vehículo privado de máxima necesidad. Ojalá se imponga más a menudo.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Tenemos los políticos que nos merecemos.
INEPTOCRACIA: “Un sistema de gobierno en el que los menos preparados para gobernar son elegidos por los menos preparados para producir, y los menos preparados para procurarse su sustento son regalados con bienes y servicios pagados con los impuestos confiscatorios sobre el trabajo y riqueza de unos productores en número descendente, y todo ello promovido por una izquierda populista y demagoga que predica teorías, que sabe que han fracasado allí donde se han aplicado, a unas personas que sabe que son idiotas”, Jean d’Ormesson.